25 millones para limpiar el terreno próximo a las aldeas antes de abril

El Consello de la Xunta de Galicia ha aprobado este martes el nuevo convenio para la limpieza de franjas secundarias de cara a la prevención de incendios forestales, una medida que alcanzará una inversión total de 100 millones de euros durante los próximos cuatro años. Sin embargo, el acuerdo nace sin el apoyo de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), que ha rechazado la propuesta presentada por el Ejecutivo autonómico.

La decisión fue anunciada por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en una rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Gobierno gallego, en la que compareció acompañado por la conselleira do Medio Rural, María José Gómez. Según explicó Rueda, la negativa de la Fegamp, que dijo haber sido adoptada “por un porcentaje del 60%”, obligará ahora a que los concellos se adhieran al plan de manera individual.

El mandatario autonómico lamentó especialmente la ausencia de lo que calificó como un “convenio paraguas”, en referencia al modelo de colaboración tripartita que incluía hasta ahora a la empresa pública Seaga, a la propia Fegamp y a la Administración autonómica. En su opinión, este sistema “facilitaba todo” y permitía una coordinación más ágil entre instituciones para actuar de forma preventiva en el mantenimiento y limpieza del territorio.

Un plan clave para la gestión forestal

El objetivo del convenio, según explicó el presidente, es reforzar una labor que considera “fundamental para la seguridad y la prevención de incendios”: la limpieza de franjas secundarias, es decir, las zonas situadas alrededor de núcleos de población, viviendas o infraestructuras que deben mantenerse libres de vegetación para frenar la propagación del fuego.

El nuevo acuerdo prevé un presupuesto de 100 millones de euros para los próximos cuatro ejercicios, una cuantía que incluye tanto las tareas de inspección como las de ejecución directa de las limpiezas. Cada municipio que se adhiera de forma individual podrá solicitar las ayudas y servicios incluidos en el programa, con la supervisión técnica de la Xunta y de Seaga.

Rueda insistió en que, pese a la falta de consenso con la Fegamp, la Xunta ofrecerá a los ayuntamientos la posibilidad de sumarse uno a uno al convenio, al considerar que se trata de una herramienta imprescindible para cumplir los plazos legales de limpieza y garantizar la eficacia del dispositivo de prevención de incendios. “Los municipios podrán beneficiarse igualmente de esta iniciativa”, afirmó el presidente, que aseguró que su objetivo es evitar “retrasos innecesarios” que puedan poner en riesgo la planificación del próximo verano.

Reproches de la Xunta a la Fegamp

La conselleira do Medio Rural, María José Gómez, coincidió con el presidente en lamentar el rechazo de la Fegamp, que, según subrayó, llegó en un momento determinante. Explicó que la comunicación oficial de la Federación fue remitida “a sabiendas de que estamos en tiempo de descuento” para cerrar los contratos de personal y empresas encargadas de las inspecciones.

Gómez advirtió de que el rechazo de la Fegamp “dificulta la contratación de medios humanos y materiales necesarios” para poder iniciar en tiempo las tareas de control, ya que las franjas secundarias “deben estar limpias antes del 31 de mayo”, tal y como fija la normativa vigente. La conselleira llegó a sugerir que la postura de la Federación podría tener una “excusa de índole política”, insinuando que el desacuerdo no responde a criterios técnicos ni financieros, sino a un cálculo estratégico por parte de los municipios gobernados por fuerzas distintas al Ejecutivo gallego.

La titular de Medio Rural recordó además que el convenio vigente había demostrado su efectividad en campañas anteriores, al permitir actuaciones coordinadas y homogéneas en la gestión forestal. Puntualizó que la Xunta considera que el nuevo marco, pese a requerir adhesiones directas, mantiene las garantías jurídicas y técnicas necesarias para continuar con el trabajo preventivo que cada año afecta a miles de hectáreas en el territorio gallego.

Los argumentos de la Fegamp

Desde la Federación Galega de Municipios e Provincias, la mayoría de sus miembros decidió no respaldar la propuesta autonómica, al considerar que no se ajustaba plenamente a las necesidades de los concellos ni al marco de reparto de responsabilidades económicas. Aunque el Ejecutivo gallego no entró en los detalles de las objeciones de la Fegamp, fuentes municipales habían señalado en días previos que el modelo anterior transfería a los ayuntamientos una carga de gestión excesiva, sin garantizar suficientes recursos técnicos y financieros.

El rechazo se aprobó por “una mayoría del 60%” en la votación interna, cifra confirmada por el propio presidente de la Xunta. Este resultado supone que una parte significativa del municipalismo gallego —incluidos concellos de diverso signo político— prefirió no rubricar el acuerdo global con la Administración autonómica.

Con esta decisión, el Gobierno gallego deberá ahora negociar directamente con cada municipio su incorporación al plan de limpieza. Contexto que, a juicio de la Xunta, ralentizará la aplicación de las medidas y exigirá un esfuerzo adicional de gestión. En cambio, desde la Fegamp defienden que este formato permitirá a los concellos reclamar mayor autonomía para adaptar las actuaciones a las particularidades de su territorio.

Objetivo: evitar otro verano de alto riesgo

El plan de la Xunta se enmarca en la estrategia general de prevención de incendios forestales que la comunidad intensifica cada inicio de invierno. Las franjas secundarias son un elemento clave en esta política, especialmente en zonas rurales y de interfaz urbano-forestal, donde la acumulación de maleza y vegetación densa incrementa notablemente las posibilidades de propagación de un incendio hacia núcleos habitados.

El Ejecutivo gallego recalca que la limpieza de estas áreas reduce el riesgo, mejora el tiempo de respuesta de los equipos de extinción y protege viviendas y explotaciones agrícolas. Por ello, defiende que la continuidad del programa, incluso sin participación global de la Fegamp, es vital para no comprometer la planificación del próximo verano, cuando las condiciones climáticas tienden a ser más extremas y el fuego representa una amenaza constante para el medio rural gallego.

Rueda insistió en que el Gobierno gallego mantendrá su compromiso económico y técnico con los concellos que decidan adherirse, y reiteró que el presupuesto de 100 millones “garantiza los recursos necesarios para cuatro años de trabajo intenso” en materia de prevención.

En los próximos meses, la Xunta prevé abrir un proceso de adhesión voluntaria para los municipios interesados, que podrán sumarse de forma escalonada. Se espera que las primeras firmas se produzcan antes de que finalice el invierno, con el objetivo de tener la maquinaria administrativa y operativa lista antes de la primavera, cuando comienzan las tareas de limpieza más intensivas.