Residencias de mayores: ¿preparadas para atender a los usuarios en verano?

El personal de las residencias privadas está preocupado y en muchas de ellas han convocado paros en contra de unas condiciones laborales que consideran muy precarias. Por otra parte, en verano se “mueven” las listas del SERGAS para las residencias públicas, las cuales ofrecen mejores condiciones que las privadas. Esto creará un déficit en los cuadros de personal que verá incrementadas sus tareas. Si esto sucede, las y los profesionales se verán expuestos a mayor carga músculo-esquelética en su perjuicio y posibles bajadas de tensión ante el aumento de tareas agravadas por el calor. Existen también condicionantes como el uso de mecanismos de aire acondicionado, pues estos pueden ser origen de infecciones respiratorias si no se mantienen en condiciones óptimas. Sin embargo, también es posible que no se usen aunque suban las temperaturas de forma excesiva. 

DÉFICIT DE PERSONAL 

Galicia presenta un déficit de 13.850 plazas residenciales para alcanzar la ratio recomendada de 5 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años. Actualmente, existen 22.096 plazas, de las cuales el 75,4% son de financiación pública y el resto privadas. Este déficit implica listas de espera prolongadas y una presión asistencial elevada en los centros existentes, especialmente durante el verano, cuando la demanda suele incrementarse por la ausencia de familiares que se desplazan de vacaciones o por el aumento de necesidades sociosanitarias.

El colectivo de trabajadoras de residencias, especialmente en el sector privado, denuncia condiciones laborales precarias, bajos salarios y sobrecarga de trabajo. Como apunta Ana Domato, CIG, se pueden doblar turnos en verano varias veces, con lo que son 16 horas al día, horas que son compensadas con días libres. “Son 16 horas de trabajo que incluyen cambiar y mover a personas que son grandes dependientes”. Esto pude suponer que haya una o dos personas para bañar a 15 usuarios a veces en períodos de dos horas. Algo que impide el trato personalizado que puede requerir una persona gran dependiente.

Los profesionales advierten además que en los próximos años aumentará la población demandante de residencias. Si la situación actual de falta de trabajadoras continúa, en unos años las residencias privadas tendrán un serio problema de atención para sus usuarios.

Otro elemento preocupante para el personal de residencias privadas es la “fuga” de personal a residencias públicas. Esto se debe, señala Iria Estévez de CCOO, a que las listas de personal en residencias públicas se “mueven” en verano para suplir vacaciones o cubrir plazas por jubilación, y es que las condiciones laborales y salariales son mejores que en el sector privado. A esto, los sindicatos y asociaciones profesionales añaden el incumplimiento del convenio sectorial por parte de las empresas. 

También se ha eliminado la obligatoriedad de contar con personal de enfermería presencial las 24 horas en grandes residencias. Sobre esto alertan los sindicatos de un empeoramiento en la calidad asistencial y un aumento de riesgos para los mayores. En muchos turnos, especialmente nocturnos, las tareas de administración de medicamentos y atención sanitaria recaen en gerocultoras sin la formación específica necesaria. 

CONDICIONES 

Los sindicatos y asociaciones profesionales denuncian el incumplimiento del convenio sectorial por parte de las empresas. En lo referente al salario, hay personal cobrando por debajo del SMI, aunque para cubrir las cantidades que faltan las empresas “absorben” determinados pluses para completar los 1.184 euros mensuales de salario mínimo. La CIG denuncia también que muchas de estas empresas se niegan a pagar horas extraordinarias, incumpliendo así el convenio laboral. 
 

En las negociaciones entre trabajadoras (se trata de un sector muy feminizado) y empresas se está buscando una solución también al problema de la turnicidad, pero unos cuadros de personal reducido no van a permitir mejoras, aún, en este apartado. Otro extremo que también está muy tocado son las bajas médicas. En este punto, las bajas son dadas por el o la médico cuando la trabajadora se ve ya muy afectada. Y esto se debe a la escasa cuantía en las remuneraciones en período de baja médica. 

La atención que pueden recibir los y las usuarias de estas residencias durante los meses de verano va a depender mucho de las condiciones generales de las instalaciones. Es posible que los y las grandes dependientes queden encamados durante todo el período estival, algo que finalmente puede repercutir de forma negativa en la evolución de estas personas. 

En definitiva, las residencias privadas gallegas afrontarán sobrecarga de trabajo y falta de personal sanitario especializado, especialmente en turnos nocturnos. También puede haber riesgos asociados a la atención de pacientes con necesidades complejas sin recursos adecuados. Es posible que haya una apertura de nuevas residencias y plazas, aunque insuficientes para cubrir toda la demanda. Todo esto crea un debate social y sindical sobre la calidad del modelo de cuidados, la privatización y la inversión pública.