#Claves de la semana

¿Están divididas o simplemente es un movimiento diverso? Abolicionistas y transinclusivas analizan este 8M

De un tiempo a esta parte, la sociedad parece percibir una cierta división dentro del feminismo, con dos posturas que, en su escinificación durante las grandes manifestaciones, parecen enfrentantadas. Galiciapress charla con las diferentes sensibilidades que hay en el feminismo gallego.

 


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De un tiempo a esta parte, la sociedad parece percibir una cierta división dentro del feminismo, con dos posturas que, en su escinificación durante las grandes manifestaciones, parecen enfrentantadas. 

 

Representantes de la Plataforma Feminista Galega y la Plataforma do Feminismo Radical de Galicia responden a las cuestiones de Galiciapress en la previa al 8 de marzo, el día más grande del movimiento feminista y en el que, si bien marcharán las dos formaciones juntas, la lectura del manifiesto la harán por separado. 

 

La 'Ley Trans' y la Ley del 'Solo sí es sí' parecen haber acrecentado el distanciamiento entre dos bandos -en una esquina las llamadas 'Terf'; en la otra las transinclusivas- que persiguen un objetivo común pero que tiene en los medios para alcanzarlo y en los integrantes que pueden formar parte del movimiento las principales líneas rojas, que confluyen en un deseo único: erradicar la violencia machista y educar en igualdad.

 

8 m
Manifestación feminista | Foto: EP

 

Inmersos de una vez por todas en la nueva normalidad, las marchas feministas de este 8 de marzo prometen volver a ser las rebosantes manifestaciones de antaño, frenadas en su convocatoria por la pandemia pero no en su poder de promover grandes avances sociales, como los que han motivado una serie de leyes recientemente aprobadas. Sin embargo, a muchos no se les escapa que en los últimos tiempos el propio movimiento feminista ha escenificado por parte de algunas de sus componentes una cierta escisión entre facciones más radicales -así se definen- sobre otras que podrían ser consideradas las de un feminismo tradicional.

 

Así, en los últimos 8M el movimiento feminista ha marchado unido por las calles, reivindicando la lucha de una ola que se encuentra a la vanguardia de muchos cambios de calado. No obstante, durante las marchas algunas participantes lucirán el color verde, que representa al sector abolicionista y que al término de la manifestación se dividirán antes de la lectura del manifiesto principal, para leer en otro punto del municipio su propio manifiesto. Esto ocurrirá este miércoles en todas las localidades en las que hayan convocadas movilizaciones de esta formación. 


 

La Plataforma Feminista Galega está preparando los últimos detalles de las marchas en la víspera de las mismas, dando a conocer los puntos de salida y horarios de las principales manifestaciones, que esperan vuelvan a gozar de una gran afluencia e igual de diversa en años anteriores, sin caer en esa consideración de una fractura dentro del movimiento.
 

“Esto se escenifica mucho más en Madrid, donde resulta más patente y mediático. Aquí hay lecturas del manifiesto paralelas, pero no quiere decir que no formen parte de la manifestación global. Las abolicionistas, y otras más, harán su lectura con su propia visión. Hablamos de un movimiento amplio, diverso, con diferentes posiciones, y en el 8M se aglutinan no solo movimientos sino un llamamiento social. Que existan distintas posturas en un momento tan difícil es lo normal”, consideran desde la Plataforma Feminista Galega. 
 

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Desde la Plataforma do Feminismo Radical de Galicia reivindican que “no existen posturas enfrentadas” en el movimiento feminista y que los objetivos de todo el colectivo es el mismo. La organizacion achaca la sensación de división a “un fenómeno de entrismo por parte de colectivos con agendas y objetivos que nada tienen que ver con la agenda feminista, teniendo en algunos casos un carácter antagónico a esta” y defiende que, a diferencia de otros movimientos, a las feministas se les exige “que defendamos el blanqueamiento y regularización de la explotación sexual o reproductiva, la asunción y dignificación de la cultura de roles en la que se basa la desigualdad social o que renunciemos a nuestras cuotas y espacios de seguridad a favor de otros”. 

 

Por su parte, las abolicionistas consideran que en la actualidad se está dando “un retroceso totalmente inesperado y que no invita al optimismo”. “Nuestra ambición principal es frenar esta deriva neoliberal que amenaza las conquistas feministas que considerábamos definitivas pero que están siendo puestas en cuestión”, alegan sobre este momento de la historia.

 

MOTIVOS DE SOBRA

La brecha salarial, la explotación sexual, los cuidados en el hogar que siguen recalando casi por entero sobre las mujeres…son muchos los aspectos que vuelven a animar a la movilización este miércoles contra la desigualdad. Las cifras para este miércoles, con todo, son una incógnita. “Arrastramos secuelas importantes en los movimientos sociales por culpa de la pandemia. Observamos que en otros movimientos la Covid pasó factura en las movilizaciones”, recalcan las feministas, que ven como todavía existen barreras mentales para poder recuperar la fuerza de las movilizaciones de masas precovid, que suponían en el plano organizativo “un esfuerzo mayúsculo”. 

 

 

Así las cosas, la violencia machista, con una decena de víctimas de la violencia machista en poco más de dos meses, los feminicidios siguen siendo la principal lacra social y motor de las protestas feministas. Desde el bando de las radicales denuncian que las cifras del gobierno solo contemplan las agresiones que se producen en el ámbito de la pareja, por lo que la visión queda sesgada ante una realidad mucho más amplia.  

 

“Una encuesta reciente resuelve que alrededor del 20% de los chicos varones no cree que exista la violencia machista, mientras se incrementa en más del 35% las agresiones de este tipo a chicas menores de edad”, valoran. El problema de fondo, agregan, es educativo, con la pornografía ocupando el espacio que debería corresponder a la educación sexual que no se imparte en los centros escolares, “reforzando el rol de sumisión de la mujer a los deseos violentos del hombre”. 
 

Por su parte, las feministas gallegas censuran que las campañas institucionales, como la del pasado San Valentín o la de noviembre de 2022, no ayudan a normalizar la situación. “Potenciar o desvirtuar la violencia machista no ayuda a erradicarla. Si luego además en los planes educativos no se traduce en respeto, en valores de igualdad, de responsabilidad afectivo-sexuales… No avanzamos. Hay técnicas que ya no funcionan. No basta con decir: ‘Denuncia’. Hay que dotar de herramientas judiciales y de protección, garantizar la seguridad de las víctimas, estudiar la posibilidad de que sean los agresores los que lleven pulseras telemáticas”. 
 

 

“No puede prevalecer la libertad del agresor frente al derecho de la víctima a vivir tranquila y segura. Faltan protocolos y medios. Hay que mejorar y explorar nuevas propuestas”, resumen. 


“SE ESTÁ SACANDO DEL CENTRO A LAS VÍCTIMAS”

Todo esto entronca directamente con la polémica en torno a la aprobación y presumible reforma en las próximas horas de la Ley del ‘Solo sí es sí’, que ha traído consigo la rebaja de penas o excarcelación de en torno a medio centenar de condenados por agresión sexual en Galicia. Las abolicionistas son tajantes al afirmar que el Gobierno de coalición “pasará la historia por su fallida producción normativa” al considerar la calidad técnica de algunos textos “precipitada, falta de debate y participación de personas expertas y de estudio legal”, lo que convierte las normas en “herramienta de retroceso en los derechos de la mujer”
 

“Como viene siendo costumbre durante esta legislatura, el cuestionamiento sobre la calidad y efectos de estas normas es respondido por parte de las promotoras con descalificaciones personales. Así, el estupor producido por los efectos inmediatos con excarcelaciones y rebajas de penas a agresores sexuales es tildado de ‘punitivismo’. La soberbia no es la mejor consejera ante un desatino de este calibre”, censuran las radicales. 

 

La Plataforma Feminista Galega es más reflexiva, que recuerda que, si bien en esta legislatura se recogen y se trata de dar respuesta a algunas necesidades del feminismo, “no es el movimiento el que está goberando”. “Deberíamos tener un momento de serenidad y pensar que ni el Gobierno ni el feminismo son los protagonistas de unas situaciones que vivimos las mujeres cada día. Perdimos un poco el horizonte, que son las mujeres que sufren la violencia”, matizan sobre una ley que tiene “partes muy positivas” pero “otras partes, como el de la rebaja de penas, que debe trasladarse bien a la sociedad, de forma más didáctica, para que entienda qué pretende y exista un diálogo que no se generó”. 

 

Sin embargo, desde la organización argumentan que de ninguna manera quieren “dar munición a esa parte ideológica que utiliza la ley para usar al movimiento feminista políticamente y que gobierna en espacios políticos con la ultraderecha, que no entiende nada y que descalifica la violencia contra las mujeres”, rechazan. 

“Deberíamos tener un momento de serenidad y pensar que ni el Gobierno ni el feminismo son los protagonistas de unas situaciones que vivimos las mujeres cada día. Perdimos un poco el horizonte, que son las mujeres que sufren la violencia”

 

LEY TRANS: LAS DOS ORILLAS DEL FEMINISMO

Mención aparte merece la ‘Ley Trans’, otro texto no exento de polémica y que supone, tal vez, el mayor abismo entre las corrientes del feminismo actual. Desde la Plataforma del Feminismo Radical de Galicia, donde abogan, entre otras cosas, por la abolición del género, reclamaron a los grupos del Congreso que votaran en contra de la ley y cargaron con dureza contra el PSOE, Unidas Podemos y el BNG por apoyar la ley.

 

 

La Plataforma Feminista Galega sí ve una “distensión” en el movimiento con motivo de este debate que en la organización contemplan sin una posición definida pero “abierta a matices” desde “el diálogo y la consideración”. 
 

“Tenemos que tener la empatía suficiente para comprender que el movimiento feminista siempre fue un aliado del movimiento LGTBIQ y las personas trans. De otra forma no tiene sentido el sentir y ser quien eres y como te dé la gana”, apostillan, aunque entienden que existen “ciertas contradicciones” que merecen “un debate más amplio” en el que no van a entrar porque no es el momento y que existen otras prioridades. 
 

Las abolicionistas basan su argumento en que la justicia social “está basada en hechos verificables”. De igual manera que “nadie puede beneficiarse de las medidas concebidas para las personas con discapacidad sin acreditar esa discapacidad”, la organización teme que se aproveche este texto para cometer fraudes ya que “el sexo es un hecho verificable y material que determina la insoportable desigualdad estructural y la violencia hacia mujer” y la ley “confunde deliberadamente el concepto sexo con el género”. Esa confusión también la perciben desde la Plataforma Feminista Galega, que coinciden en la necesidad de aclarar ese punto. 
 

“El fraude resulta un hecho inevitable cuando se carece de medidas que verifiquen la legitimidad del acceso a las medidas correctoras, y los efectos se harán notar en todos los ámbitos. La primera consecuencia será la inaplicación de facto de las medidas derivadas de la Ley de Igualdad o de Violencia de Género, o la expulsión progresiva de las mujeres de sus categorías deportivas por no poder alcanzar las marcas de deportistas de sexo masculino”, consideran las radicales.
 

A renglón seguido, llevan el foco sobre los adolescentes que, “en la etapa más confusa de su vida”, dicen, podrían verse condicionados por una ley con la que “no podrán contar con asesoramiento profesional, ni con la tutela de las madres y padres si no es para reafirmarlos en su idea de vivir en cuerpos equivocados y su deseo de acceder a las intervenciones quirúrgicas y farmacológicas”. “Esto a pesar de que, como los estudios indican, más del 85% de estos adolescentes desisten al superar la adolescencia”, replican desde el bloque de las ‘Terf’ (Trans Exclusionary Radical Feminism), como se las tacha desde otros sectores del feminismo inclusivos con el colectivo trans u otros subgrupos del movimiento LGTBIQ dentro del feminismo. 

 

La plataforma no esconde esa etiqueta de tránsfugas y sostiene que su labor es “proponer debates, aportar argumentos, datos, empirismo y ciencia”, mientras que otros grupos les ofrecen “descalificaciones personales” y “defienden que el sexo no es material”

 

Abolicionistas
Protesta de las abolicionistas | Foto: EP

 

Atacar al portador de argumentos, censurarlo bajo el mantra de la permanente ofensa y cancelarlo y aislarlo socialmente es el recurso de quien no tiene ni datos, ni argumentos que lo respalden”, suponen. Al tiempo, esgrimen su defensa de la libertad “de todos los individuos para adoptar los roles, apariencia o forma de vida que anhelen”. “Ese no es el problema. El problema surge cuando sus anhelos implican el sacrificio de los avances del feminismo del último siglo”, reprenden. 

 

¿IRRUPCIÓN DE LA ULTRADERECHA EN MAYO?

Ya con vistas al mes de mayo, las próximas elecciones locales pueden provocar cambios en el tablero político gallego, tales como la posible irrupción de la ultraderecha en gobiernos locales, como ya ocurrió en otras ciudades de España. Una opción que hoy no parecen contemplar las encuestas pero que sobrevuela sobre algunos concellos. 
 

Las representantes de la Plataforma Feminista Galega no se atreven a hacer una valoración rigurosa de las perspectivas que tiene el colectivo ante esta llamada a las urnas, pero no esconden que “Galicia precisa un cambio” pero con la “precaución” de saber que el actual es “un momento complicado”. “Más que la ultraderecha, para Galicia sería un retroceso que no se hiciese una crítica del Gobierno autonómico, necesaria también en las grandes ciudades para un avance del bloque progresista”, manifiestan. 

 

Al tachar a algunos partidos de la izquierda de la ecuación, el sector abolicionista enfrenta los comicios de mayo con cautela y con crítica hacia las formaciones “que hagan retroceder los logros feministas y pongan en peligro futuros avances”. Su manifiesto fundacional detalla que el espíritu de la organización es lo de "lograr mayor fuerza política para la consecución final de los objetivos de la agenda feminista", por lo que reiteran que “el avance de la ultraderecha nunca es buena noticia”. 

 

Está en juego la continuidad de derechos como el aborto, el matrimonio igualitario, las medidas paritarias o el reconocimiento de la violencia de machista, entre otros. Los ayuntamientos son la administración más próxima a la ciudadanía. La irrupción de fuerzas políticas que nos devuelvan al modelo medieval del cacique déspota no solo perjudica a los avances de la mujer, sino que compromete todos los avances sociales basados en la equidad”, razonan. 
 

El mismo manifiesto fundacional cierra con el siguiente lema: "La mujer es la hembra humana. Si ese no es o tu caso, este no es un espacio pensado para ti". Esto es entendido por muchas personas como un ataque a los y las transexuales, pero también lleva implícita la discriminación de los hombres dentro del movimiento feminista.

“Está en juego la continuidad de derechos como el aborto, el matrimonio igualitario, las medidas paritarias o el reconocimiento de la violencia de machista, entre otros"

 

“Los hombres son la mitad de la sociedad, esa mitad que disfruta del privilegio de nacimiento por el hecho de nacer hombres. Renunciar al privilegio en la busca de una sociedad igualitaria es la mejor contribución que pueden hacer al feminismo”, denuncian. Así, consideran que su aportación no pasa porque “sostengan banderas en las marchas feministas”, sino en los cambios sociales “para alcanzar esa sociedad igualitaria”, levantándose contra el abuso de otros hombres, que “no escondan la cabeza” ante actitudes machistas y “no antepongan la complicidad masculina a la seguridad o dignidad de las mujeres”. 


De cualquier manera, es indudable que la sociedad y la política no pueden vivir de espaldas a este movimiento, que aglutina una gran cantidad de sensibilidades y preocupaciones y que no puede quedarse callado ante la desigualdad, con indiferencia del color político que gobierne: “Tenemos que estar atentas y estar ahí para denunciar aquello que sea incorrecto o insuficiente. La corriente no puede quedarse callada o inerte, sin importar la proximidad de la formación que gobierne”. 
 

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Foto: EP

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