Voluntarios acudirán a restaurar las zonas arrasadas por el fuego en Valdeorras
La comarca de Valdeorras será escenario entre el 17 y el 19 de octubre de una amplia operación de restauración ambiental en los terrenos incendiados este verano. Coordinada por la asociación ecologista Adega y respaldada por los municipios de A Rúa, Petín, O Barco, Vilamartín y O Bolo, la iniciativa movilizará a más de setenta voluntarios procedentes de distintos puntos de Galicia para reparar los efectos del fuego sobre el suelo, los cursos de agua y las captaciones de abastecimiento que surten a buena parte de las poblaciones locales.
Entre los objetivos prioritarios del proyecto está la protección de las traídas y depósitos de agua de las localidades afectadas, muy vulnerables al arrastre de cenizas y sedimentos ocasionado por las lluvias. En los espacios donde la vegetación quedó destruida, la pérdida de la capa forestal ha dejado en riesgo los sistemas de abastecimiento, generando preocupación tanto en las autoridades municipales como entre los vecinos que dependen de estas fuentes naturales.
Adega ha marcado como puntos centrales de actuación los montes de As Arcas, vitales para el suministro de Petín y A Rúa, y el entorno del regato de Fontei, también en A Rúa. Las tareas abarcarán además las laderas del Leira en Vilamartín, la Lomba de Peniguillón próxima a Forcadela en O Barco de Valdeorras, y las cuencas del valle del río Xares, donde se pretende frenar la erosión generada por la falta de vegetación.
Durante la presentación del plan este jueves, el secretario xeral de Adega, Froilán Pallín, señaló que la organización quiere impulsar una respuesta estructural y duradera ante los incendios que cada año arrasan parte de Galicia. El colectivo insta a la Xunta de Galicia, a las confederaciones hidrográficas y a las diputaciones provinciales a crear un sistema de voluntariado gallego permanente para la restauración hidrológica y ambiental de las zonas quemadas. La propuesta incluye una mayor coordinación entre los distintos agentes sociales, administraciones y asociaciones vecinales, con el propósito de integrar las intervenciones en un plan que funcione todo el año.
El equipo técnico de Adega ha explicado que el fuego de este verano, uno de los más agresivos de los últimos años, afectó gravemente al equilibrio hídrico de Valdeorras y su entorno. Los incendios se concentraron en una zona de alta pendiente, lo que incrementa la posibilidad de erosión y pérdida de suelo fértil si no se actúa de manera inmediata. Por ello, los trabajos previstos para este fin de semana se consideran una intervención crucial de emergencia ambiental.
La acción, que reúne tanto voluntarios locales como miembros de asociaciones ambientales de otras comarcas, se enmarca en la estrategia de Adega para reforzar los ecosistemas gallegos tras los incendios del verano. Según la organización, esta labor busca restaurar la capacidad de regeneración de los montes y garantizar la seguridad de los suministros naturales, especialmente el agua.
En paralelo a la restauración de los terrenos de Valdeorras, Adega intervendrá en los próximos días en zonas de especial valor ecológico como Pena Trevinca, dentro de las actuaciones ambientales programadas para octubre. También tiene previsto expandir el mismo tipo de tareas al Teixadal de Casaio, aunque esa actuación está sujeta a la autorización oficial de la Xunta de Galicia, que por ahora no ha hecho pública su posición al respecto.
La organización ecologista subraya la necesidad de proteger las áreas naturales que soportan una gran presión ecológica, especialmente después de los incendios y la sequía prolongada que ha caracterizado este año. Según los equipos técnicos, la combinación de altas temperaturas y escasas precipitaciones ha multiplicado el riesgo de desertificación de estas zonas de montaña.
Desde los municipios valdeorreses, los alcaldes implicados coinciden en destacar la importancia del proyecto conjunto y en pedir mayores recursos a las administraciones competentes para que las iniciativas de restauración puedan mantenerse en el tiempo. La cooperación entre ayuntamientos y entidades ecologistas se considera una fórmula eficaz para afrontar un problema que cada año se repite con más gravedad.
Los agricultores reclaman medidas económicas urgentes
Mientras los trabajos ambientales avanzan, el campo ourensano padece los efectos directos de la sequía y los incendios. La organización Unións Agrarias ha alertado de que la situación lleva al límite las rentas de los agricultores y ganaderos de la provincia, y ha solicitado de inmediato a la Consellería de Medio Rural que anticipe el pago de la Política Agraria Común (PAC) para aliviar las pérdidas provocadas por la falta de agua y el encarecimiento de los insumos.
El sindicato agrario subraya que las ayudas de la PAC constituyen una parte esencial de la renta anual de los productores y recuerda que la normativa europea permite efectuar anticipos de pago entre el 16 de octubre y el 30 de noviembre. Pide a la Xunta que haga uso de ese margen temporal y libere cuanto antes los fondos, especialmente en las comarcas más castigadas por los incendios, como Valdeorras y Monterrei.
Unións Agrarias pone el foco en el aumento del coste del forraje y en la reducción del rendimiento de las cosechas por la prolongada falta de lluvias. Las explotaciones ganaderas dependen cada vez más de la compra externa de alimentos para sus animales, lo que ha disparado los gastos de producción y está comprometiendo el equilibrio económico de muchas explotaciones familiares.
La coincidencia temporal de la restauración ambiental con las reclamaciones del sector agrario evidencia que la comarca de Valdeorras afronta un doble desafío: recuperar su ecosistema natural y proteger la economía rural. El impacto de los incendios del verano, unido al retraso de las precipitaciones, ha dejado secuelas tanto en el suelo como en la producción agroganadera. Las autoridades locales y las entidades sociales solicitan una respuesta integral que combine medidas ecológicas y apoyo económico.
Por su parte, la Xunta todavía no ha detallado qué pasos concretos dará para apoyar las iniciativas de restauración y para aliviar la situación del campo. Los equipos de Adega subrayan que la falta de coordinación puede diluir el esfuerzo de los voluntarios y que es clave establecer una estrategia institucional clara para frenar la degradación del territorio.
La comarca de Valdeorras, situada en el oriente de Ourense, es uno de los enclaves naturales más relevantes del interior gallego, con zonas montañosas que alimentan varios sistemas fluviales y con una destacada actividad vinícola y ganadera. Los incendios y la sequía de este 2025 han golpeado duramente su equilibrio ambiental y económico, haciendo evidente la necesidad de una respuesta conjunta entre las administraciones, las asociaciones ecologistas y el sector primario.
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