Desnudar un santo para vestir otro

En los últimos años, con los gobiernos del PP en Galicia: la precariedad laboral, la inestabilidad y la privatización (por desmantelamiento) de la Sanidad Pública, es algo evidente. Lleva consigo que no tengamos personal sustituto para hacer frente a las vacaciones, bajas y otros motivos de ausencia. La administración no ataja el problema de raíz, que pasaría por hacer contratos estables, tener un salario digno y un futuro esperanzador en la Sanidad Pública, con una carrera profesional que permita a los profesionales tener un futuro prometedor.

¿Qué sucede si falta un profesional en Muros? Lo desplazan de Outes... ¿y qué pasa en Outes? Se quedan sin ese profesional mientras está “apagando el fuego” de Muros… ¿Qué pasa si falta un pediatra en Lousame? Lo mandan de Noia... ¿y qué pasa en Noia? Se quedan sin el servicio. La falta de pediatra en Santa Comba, “se resuelve” mandando a los niños a A Baña o a Mazaricos. Sí faltan en Bueu, los derivan de otro centro de salud, con el consiguiente déficit en el servicio de origen. Los vecinos de Corrubedo llevan varios meses movilizándose los jueves para demandar un médico a tiempo completo…¡sin éxito! La problemática de la asistencia sanitaria ocurre en todo el país: de A Guarda a Laxe, de A Mariña a Viana do Bolo. Hay falta de pediatra en Soutomaior (casi un año). En el centro de salud de Marín están sin cubrir seis médicos (de 14) y la espera media para consulta es de 15 días. Posible cierre del consultorio de Ponte Sampaio. En Cangas tienen un déficit de personal que ya hace insostenible las consultas acumuladas de otros profesionales. En A Mezquita solicitan médicos sustitutos. Sin cubrir O Eixo. En Moaña siguen las movilizaciones para recuperar el Servicio de Urgencias. Es la táctica de “desvestir un santo para vestir otro” (Se emplea cuando se intenta arreglar algo... estropeando otra cosa: según el refranero multilingüe del Centro Virtual Cervantes). ¿Es la solución? ¡Desde luego que NO! Y además: el Consejo Económico y Social (nada sospechoso) en su informe anual, se muestra contundente en la “mala gestión de la Sanidad Pública Gallega, con graves problemas de ineficiencia y gestión".

La precariedad laboral lleva consigo que muchos profesionales se marchen a lugares lejos de Galicia donde prestigian y dignifican la sanidad, con unas condiciones laborales que sean atractivas para alguien que tuvo que estudiar y hacer prácticas durante muchos años y que, una vez que finalizan su carrera, quiere un puesto de trabajo acorde con el esfuerzo realizado y que responsabilidad de quien ejerce en el Sistema Sanitario Público.

La irresponsabilidad de pagarle el Complemento de Exclusividad a Médicos que trabajan en la Pública y en la privada (sectores afines al PP y los Colegios Médicos) es de tal magnitud que lo que era un dinero por la “Exclusividad” ahora va a ser para todos, con lo cual el concepto queda desvirtuado y será un palo más para los profesionales que solo trabajan en la Pública. 

Otro “santo” que se desviste: lo de realizar las Interrupciones Voluntarias del Embarazo en la Sanidad Pública Gallega. El derecho de las mujeres en Galicia, gracias a la “ocurrencia” de esta semana del SERGAS, se verá privado y los abortos se realizarán en una entidad privada. Se pagarán 1,4 millones de euros, en 3 años, prorrogables por otros 2 (hasta 2,5 m. de €.) para realizar lo que debería estar garantizado en la Sanidad Pública; dicen que “ante la falta de recursos, tanto materiales como humanos en el servicio sanitario público”. Ah...y lo de la Objeción de Conciencia, como excusa, es un mecanismo no regulado por la administración del PP y un cajón de sastre que exime, por cuestiones ideológicas, de defender los derechos de las mujeres gallegas. En Galicia no existe un Registro de Objetores de Conciencia lo que vulnera la legalidad. Otro escalón más en la privatización (a la vez que desmantelamiento) de la Sanidad Pública Gallega.

La Inspección de la Xunta de las Residencias de Mayores “avisa” de cuando van a hacer las inspecciones, para que puedan adaptar las residencias a visita de los inspectores.
 

De la falta de profesionales en Salud Mental y de las dramáticas listas de espera para un problema tan importante, hablaremos en otro artículo. El futuro…¡Dios dirá!