¿A quién favorece que se haya disparado el voto por correo y una alta participación?

A primera vista, los datos del voto por correo apuntan a una alta participación en las elecciones del domingo. Más de 59.000 gallegos han depositado su sufragio, acaba de informar  Correos.

Eso es un 37% más que en 2016, un 96% más que en 2012 y un 73% más que en 2009. (La comparación con 2020 no es útil porque entonces hubo un récord de voto por correo pero fue excepcional, debido a la covid). Por lo tanto, algunos esperan que el 18F haya una alta participación. 

La pregunta que se hacen muchos de ellos  ante lo elevado del voto por correo desvelado hoy  es lógica. ¿A qué partido favorece una alta participación?  Algunos van más allá: ¿si hay una alta participación el domingo, menguan las posibilidades del PP de conseguir los 38 diputados de la mayoría absoluta? 

Lo primero que nos indican las cifras de la comparación es que los resultados del Partido Popular no varían mucho en función de la participación. En las elecciones celebradas este siglo, que son las que tomamos en cuenta e. este análisis,los conservadores se mueven en una horquilla estrecha, entre 37 y 43 diputados.

Ahora bien, sí se aprecia cierta relación entre participación y resultados del Partido Popular. En términos generales, cuanta más gente voa, peores son los resultados del PP.  De aquí nace  la percepción, muy extendida, de que el votante gallego de derechas es más fiel y constante que el de izquierdas.

Así, el récord de participación, 64% en 2005 y 2009, coincide con las dos elecciones en las que el PP sacó peores resultados, 37 y 38 escaños respectivamente.

Eso sí, es evidente que una alta participación no implica automáticamente que el PP vaya a perder la mayoría absoluta. De hecho, aunque la perdió con el cuasi-récord de 2005, la recuperó cuatro años después, cuando hubo incluso un poquito más de participación (64,2% frente a 64,4%).

No hay relación directa entre mucho voto por correo y mucha participación

El optimismo de la izquierda ante los números de Correos de hoy parten de una premisa que no se soporta en la estadísica, que mucho voto por correo implica también mucha participación. En las elecciones gallegas no ha sido así.
 

Dejando al margen la excepcional cita de 2020 por la pandemia, el récord de voto por correo emitido está en 2016, con 42.000. Pese a que entones  hubo mucho voto por correo, fueron los comicios de este siglo con menos participación (53,6%). 
 

Cuando hubo menos votos por correo, en 2001, la participación estuvo en la media (60%). 

En definitiva, con estos datos sobre la mesa no se puede afirmar que el gran número de votos por correo emitidos implique necesariamente una alta participación, más bien lo contrario. Por lo tanto, tampoco se puede afirmar, como esperan los afines a la izquierda, que más votos por correo sean el primer indicio de que una caída de los apoyos al Partido Popular.

El primer dato mínimamente fiable será el que se conozca el domingo al mediodía, el avance de participación real. Entonces sí se podrá intuir si habrá mucha o poca abstención. 

Lo que indican las series históricas de datos es que cuanta más abstención, más posibilidades tiene el PP de conservar una holgada mayoría y cuanta más participación más posibilidades tiene de perderla, aunque sea por un solo diputado, o de conservarla pero solo por los pelos.