La USC se rebela contra la universidad privada CESUGA que dice tiene todo en regla

La USC aprobó una declaración institucional para frenar la creación de la Emilia Pardo Bazán, respaldada por empresas como Alumán o Estrella Galicia. El documento, respaldado por su claustro ayer , urge al Parlamento gallego, la a Xunta y organismos como la ACSUG a "paralizar" el proceso. La institución santiaguesa defiende un modelo universitario "público, inclusivo y al servicio de Galicia", replicando el mensaje lanzado días antes por la Universidade da Coruña (UDC) y su rector, Ricardo Cao.

La iniciativa privada, presentada en marzo de 2024 por Cesuga, choca con un informe desfavorable del Ministerio de Educación, según reveló Radio Coruña Cadena SER. El texto cuestiona la solvencia económica del proyecto para construir sus campus, pese al compromiso de los promotores de cederlos a la Xunta. 

Aunque el Consello Galego de Universidades tiene la última palabra, la administración autonómica se abstuvo en la votación del organismo estatal del año pasado, junto a otras comunidades gobernadas por el PP. Venancio Salcines, presidente de Cesuga y ex-concejal del PSOE en Cambre, insiste en que su proyecto cumple la ley, pero admite "advertencias técnicas" que generaron rechazo. 

Salcines: Depende de las decisiones políticas de nuestros gobernantes, de los de aquí, los de Galicia.

"Hace meses que a la administración autonómica ya le hemos justificado todo aquello que le preocupaba y nos ha dicho que lo considera correcto. ¿El futuro? Depende de las decisiones políticas de nuestros gobernantes, de los de aquí, los de Galicia.", señaló Salcines esta semana. 

Mientras, la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, defiende el apoyo del Ayuntamiento a cualquier iniciativa pública o privada presentada para el beneficio de la ciudad.

Hay que tener en cuenta que el convenio de adscripción actual con la Universidad San Jorge de Zaragoza, clave para validar sus títulos, expira en 2026. Cesuga, que ya rompió vínculos con el University College Dublin, busca desde 2022 su independencia académica. Un primer intento de desmarque en 2024 derivó en una prórroga de dos cursos, comprando tiempo ante la incertidumbre regulatoria.

La Emilia Pardo Bazán aspira a iniciar su actividad en el curso 2026-2027, con un campus propio en Galicia. Sin embargo, su futuro pende de un hilo: la Xunta debe autorizarla, pero su postura ambigua —ni apoyo ni veto— deja el conflicto en tablas. Mientras las universidades públicas movilizan su influencia política, el sector privado alega que aportará "competitividad" al sistema.

El debate trasciende lo académico: para unos, es una cuestión de equidad y calidad; para otros, de libertad empresarial. Con la comunidad educativa dividida y la política en standby, Galicia aguarda una resolución que marcará el rumbo de su educación superior.