Brigadistas denuncian precariedad extrema y comida insuficiente
El malestar crece entre los trabajadores del Servicio de Prevención de Incendios Forestales (SPIF) de la Xunta de Galicia, que acusan a la administración de desatender sus necesidades más básicas durante las largas jornadas de extinción de fuegos. La CNT ha hecho pública una nota de protesta en la que denuncia condiciones que califican de indignas y peligrosas para la salud y la seguridad de las brigadas.
Precariedad y falta de recursos marcan el día a día de los equipos que combaten los incendios forestales en Galicia. Según la denuncia del sindicato CNT, los trabajadores del SPIF apenas reciben un bocadillo y un litro de agua para afrontar jornadas que pueden superar las doce horas, a lo que hay que añadir los desplazamientos desde las bases hasta los focos de los incendios, muchas veces a grandes distancias. Esta situación, que se repite especialmente en los periodos de alto riesgo, agrava el cansancio y la exposición al peligro de quienes están en primera línea.
La desatención de la Xunta hacia estos profesionales ha sido señalada como un factor que incrementa la dureza de su labor. El sindicato sostiene que la administración no solo incumple la normativa laboral y de seguridad, sino que somete a los brigadistas a un trato que califican de humillante y degradante. El menú diario, insuficiente para la exigencia física de la tarea, es uno de los ejemplos más claros de esta precariedad, argumenta.
Caos organizativo y falta de personal
En los últimos meses, el caos organizativo ha sido otro motivo de protesta. Según la CNT, la aplicación de nuevos acuerdos laborales ha provocado el desdoblamiento de cuadrillas, dejando a muchas de ellas sin jefes y con apenas uno o dos bomberos forestales por equipo. La falta de cobertura de bajas y vacantes obliga a realizar desplazamientos entre distritos para cubrir los incendios, lo que, según el sindicato, compromete la eficacia y la seguridad del dispositivo.
La falta de medios humanos también afecta al uso de vehículos motobomba, ya que la escasez de conductores impide operar muchas de las unidades disponibles. Cuando se producen varios incendios simultáneamente, la capacidad de respuesta del SPIF queda al límite, lo que incrementa la presión sobre los trabajadores y pone en riesgo la protección de los montes gallegos.
Desde la Xunta, en cambio, se han anunciado medidas para mejorar las condiciones laborales, como la ampliación progresiva de los contratos de seis a nueve meses para el personal laboral y la convocatoria de nuevas pruebas físicas para acceder al servicio, así como la renovación de equipos y vehículos. Sin embargo, algunos sindicatos consideran que estos avances no son suficientes para garantizar la dignidad y la seguridad de los profesionales del SPIF.
Exigencias de mejoras y reconocimiento
El reconocimiento de la experiencia y la trayectoria de los bomberos forestales es otra de las reivindicaciones del colectivo. Los trabajadores denuncian que los procesos selectivos actuales no valoran adecuadamente los años de servicio y la especialización adquirida en campañas anteriores, lo que genera incertidumbre y desmotivación en un sector clave para la protección del medio rural gallego.
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