El Gobierno ha aprobado y publicado el decreto de coeficientes reductores que permitirá a los bomberos y bomberas forestales jubilarse anticipadamente, una reclamación histórica del sector que llevaba años demandando un reconocimiento específico de sus condiciones laborales y de riesgo. La medida entra en vigor tras un largo proceso de negociación y presión sindical en el que participaron de forma decisiva CSIF, CCOO y UGT, que celebran ahora que se haya hecho justicia con un colectivo clave en la prevención y extinción de incendios.
Se trata de dos jóvenes de 24 años, uno de 25, otro de 27 y un último de 29, con quemaduras de distinta consideración.
Los brigadistas de la Xunta, pieza clave en la lucha contra el fuego, aseguran sentirse señalados en redes sociales y reclaman un reconocimiento como servicio de emergencia y estabilidad laboral, ya que muchos de ellos solo trabajan ocho meses al año y, además, ahora se enfrentan a unas oposiciones con poco tiempo para prepararse. El sindicato CNT denuncia precariedad, falta de medios -unas carencias que ayer la Xunta negó- y un proceso de estabilización. Demandas que llegan tras el verano más duro de la historia en materia de incendios.
Alfonso Rueda informó del estado de los brigadistas y bomberos heridos en los incendios.
Los dos brigadistas, como el bombero de 46 años herido, presentan todavía pronóstico grave.
Los cuatro, aunque mejoran en cuanto a las consecuencias por inhalación de humo, siguen con pronóstico grave o muy grave en el CHUAC.
Se trata de cuatro hombres de 18, 23, 25 y 46 años.
El joven de 23 años tiene quemaduras de segundo grado con afectación en el 15% de su cuerpo. También presenta como los demás intoxicación por inhalación de humo y evoluciona favorablemente con pronóstico grave.
El fuego de Chandrexa suma una semana ardiendo sin control, lo que prueba hasta qué punto el enorme dispositivo no da abasto. De hecho, por tercer día seguido se ha cortado el tren, la autovía y la nacional hacia la Meseta. Algo que puede provocar caos en unos días cuando miles de turistas madrileños y de otras partes de España empiecen a abondar Galicia tras sus vacaciones. Pasarán cerca de pueblos como A Caridade, donde hay imágenes dantescas, propias de una zona de guerra.
Los tres heridos no tenían que trabajar, pero se presentaron voluntarios cuando el Ayuntamiento de Oímbra los llamó. Estos jóvenes, de 18, 23 y 25 años, están ingresados en la Unidad de Quemados del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña debido a las lesiones sufridas, que incluyen quemaduras de tercer grado y también intoxicación por inhalación de humo. El más grave es el joven de 18 años, con quemaduras en un 40% del cuerpo.
Sindicatos recuerdan que no se han cubierto las bajas en las cuadrillas antes del inicio de la época de riesgo extremo. Ahora faltarían unos 200 efectivos. En la provincia de Ourense son ya 10.000 las hectáreas calcinadas, 16.000 en toda Galicia. Al mediodía permanecen activos por lo menos en A Mezquita, Monterrei, dos en Chandrexa, Oímbra, Maceda, Seixalbo en Ourense ciudad, A Fonsagrada, Verín y Castro de Dozón. El más peligroso ahora mismo es el de Oímbra.
El malestar crece entre los trabajadores del Servicio de Prevención de Incendios Forestales (SPIF) de la Xunta de Galicia, que acusan a la administración de desatender sus necesidades más básicas durante las largas jornadas de extinción de fuegos. La CNT ha hecho pública una nota de protesta en la que denuncia condiciones que califican de indignas y peligrosas para la salud y la seguridad de las brigadas.
El colectivo volvió a protagonizar este jueves una movilización ante la Xunta de Galicia en defensa de unas condiciones mejores
Los trabajadores fijos disconinuos contra incendios de la Xunta llevan décadas reclamando extender sus contratos más allá de la temporada de alto riesgo pero la administración siempre se ha negado. Ahora, en plena precampaña, rectifica y lo hace en un acto con el candidato Alfonso Rueda.
No es la primera vez que la Policía Autonómica detiene algún exbombero en las proxiidades de un fuego forestal y finalmente los jueces archivan el caso por falta de testigos oculares directos. Algo que alimentará la polémica sobre si la llamada economía del fuego ligada a la extinción de incendios. ¿Tiene efectos colaterales que provocan que algunos prendan llamas por miedo a quedarse sin trabajo en los dispositivos para apagarllas?
Menos fuegos, pero cada vez hay más de enorme magnitud, como los que arrasaron el pasado verano gran parte de O Courel. Este aumento de los grandes incendios forestales se debe a una combinación de factores climáticos (el cambio climático está provocando veranos cada vez más secos y cálidos), cambios en el uso de la tierra (cada año desaparecen cientos de granjas dejando al monte cientos de hectáreas de pasto) y décadas de gestión forestal centradas en el eucalipto y el pino.
Informes europeos y colectivos de prevención de incendios demandan a la Xunta actuaciones para evitar un verano como el de 2022.
El colectivo de casi un millar de brigadistas con contratos con una duración de seis meses plantean la necesidad de ponerse a trabajar ante el "alto riesgo" de incendio forestal en la comunidad gallega.
La Federación de Atención a la Ciudadanía de la Unión Sindical Obrera (FAC-USO) ha denunciado que están llegando a los distritos forestales propuestas de sanción, a instancia de la Guardia Civil de Tráfico, por exceso de velocidad, cuando los efectivos acudían a las emergencias.
Hubo brigadas trabajando con solo dos efectivos porque no se cubren las bajas y hubo profesionales más de doce horas sin recibir agua ni comida, denuncian los sindicatos.