Incendios Ourense: Los medios están superados, arden casas y se corta la comunicación con Madrid
El fuego de Chandrexa suma una semana ardiendo sin control, lo que prueba hasta qué punto el enorme dispositivo no da abasto. De hecho, por tercer día seguido se ha cortado el tren, la autovía y la nacional hacia la Meseta. Algo que puede provocar caos en unos días cuando miles de turistas madrileños y de otras partes de España empiecen a abondar Galicia tras sus vacaciones. Pasarán cerca de pueblos como A Caridade, donde hay imágenes dantescas, propias de una zona de guerra.
La situación en el centro de Galicia ha alcanzado niveles de emergencia inéditos, con la Situación 2 decretada en toda la provincia de Ourense y una alerta constante por la propagación de los incendios. En el municipio de Chandrexa de Queixa, las llamas cumplen ya una semana sin control desde su inicio el 7 de agosto en la parroquia de Requeixo, arrasando 4.500 hectáreas.
El temor de brigadistas y expertos a que el fuego se extendiera por las dificultades de acceso y las condiciones meteorológicas se materializó con un segundo incendio iniciado el 12 de agosto en la parroquia de Parafita, que en apenas dos días devoró otras 5.000 hectáreas.
El balance provisional de Chandrexa asciende a 9.500 hectáreas calcinadas, acercándose a los registros históricos de grandes incendios en Galicia como el ocurrido en O Courel en julio de 2022, que afectó a 11.800 hectáreas, y el de Valdeorras ese mismo verano, con 10.500 hectáreas destruidas.
El epicentro del desastre está ahora en Monterrei y Oímbra
La emergencia en Ourense no se reduce a Chandrexa. Oímbra, con un incendio originado en la parroquia de A Granxa, acumula ya 5.000 hectáreas afectadas, un incendio que ha dejado al menos tres brigadistas heridos por quemaduras. Uno de ellos es un joven con el 60% del cuerpo calcinado. Está ingresado en el CHUO y su situación es grave.
Ese fuego ha saltado al municipio de Monterrei donde ha arrasado mucho monte aprovechando que es una de las zonas del país que más ha sufrido la despoblación.
En los últimos días se han confinado o evacuado aldeas como Flariz, Medeiros o Sandín. En la vecina A Caridade ardieron casas, murieron animales calcinados, el fuego arrasó coches. Ahora la situación más crítica está en Albarellos, cerca del Castelo de Monterrei.
La situación en A Mezquita, en la parroquia de A Esculqueira, es también preocupante, con 4.000 hectáreas arrasadas y evacuaciones forzosas. Los fuegos de A Mezquita, Oímbra y Monterrei han provocado sucesivos cortes de la Nacional 525 y de la Autovía A-53.
Es decir, las comunicaciones por las principales vías terrestres entre el Sur de Galicia y la Meseta y Madrid son difíciles, esporádicas. Se avecina un serio problema en los próximos días, cuando miles de veraneantes vuelvan al interior de España al terminar la primera quincena vacacional de Agosto. Hay que tener en cuanta, además, que el fuego mantiene cortada la línea del AVE Madrid Galicia.
En Maceda, el fuego en Santiso ha superado las 1.700 hectáreas, y Vilardevós y Larouco suman focos activos adicionales, aunque de menor superficie calcinada hasta el momento.
Mientras, algunos incendios van mostrando mejoría. La Consellería do Medio Rural ha informado de la estabilización, aunque sin control definitivo, de fuegos en Maceda-Castro de Escuadro (450 hectáreas), Dozón-O Castro en Pontevedra (400 hectáreas), Vilariño de Conso (180 hectáreas), Montederramo (120 hectáreas), Ourense-Seixalbo (100 hectáreas) y Vilardevós-Moialde (40 hectáreas).
El recuento total de hectáreas calcinadas desde el inicio de la campaña de alto riesgo supera ampliamente las 25.000 en toda Galicia, según los datos oficiales que solo computan los incendios superiores a 20 hectáreas. Es decir, el total real andará cerca de las 30.000.
Evacuaciones y confinamientos
La noche en Monterrei ha sido especialmente dura, con evacuación de 27 vecinos del núcleo de Albarellos y el confinamiento de otros poblados como Mixós, Estevesiños, Vences y A Pousa. El pabellón municipal de Verín ha servido de albergue provisional para los afectados.
Además, 47 mayores evacuados de la residencia de A Mezquita y 25 grandes dependientes del centro de Chandrexa han sido reubicados en instalaciones de Arnoia y As Burgas, respectivamente. La vuelta a sus hogares, por el momento, resulta inviable debido a la proximidad de los focos activos. Las comunicaciones han sufrido importantes afectaciones: la interrupción de los servicios ferroviarios entre Galicia y Madrid sigue vigente, como medida preventiva ante la evolución impredecible del fuego en la provincia de Ourense.
El miedo a las consecuencias directas de los incendios se ha extendido a la vida diaria de miles de gallegos. Los vecinos de Bustelo, en Vilardevós, han sido confinados como medida de protección; en Vilaseco da Serra, tras el desalojo, los residentes han podido regresar a sus hogares. La inquietud crece con cada hora, con la comunidad volcada en seguir las indicaciones de las autoridades de protección civil y unidades especializadas.
El drama de los incendios ha desatado una confrontación política. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, calificó la situación como “terrorismo incendiario”, denunciando la alta proporción de fuegos provocados intencionadamente y criticando duramente la gestión del Ejecutivo central, al que acusa de “llegar tarde” y “estar de vacaciones”.
Feijóo demandó que el Gobierno solicite ayuda urgente a la Unión Europea para reforzar los medios materiales, especialmente aéreos, y subrayó la necesidad de máxima colaboración ciudadana: cualquier movimiento sospechoso en zonas forestales debe ser comunicado a las fuerzas de seguridad. Además, el líder popular defendió que la coordinación entre el Gobierno central y las comunidades autónomas es esencial, lamentando que la actual recae en exceso sobre las autonomías y la UME.
Desde el Ejecutivo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, recordó que las comunidades autónomas pueden pedir la declaración de emergencia nacional si consideran insuficientes sus recursos. El ministro subrayó la importancia de mantener una “coordinación efectiva entre administraciones” y presidió la reunión extraordinaria del Centro de Coordinación de Protección Civil ante la magnitud de la crisis que afecta no solo a Galicia, sino también a otras comunidades como Castilla y León, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.
Estos son los medios estatales desplegados en Galicia:
El reto: un verano marcado por el fuego y la incertidumbre
La ola de incendios de agosto en Galicia, especialmente en Ourense, ha superado por mucho las cifras habituales de las últimas campañas estivales. Este año va camino de ser uno de los peores de los últimos ejercicios.
El fuego se cebó en zonas del Macizo Central y en municipios emblemáticos, dejando tras de sí un paisaje devastado de alto valor ecológico -aunque por ahora no hay confirmación de que el fuego haya entrado en el PArque Natural do Invernadeiro- , miles de personas evacuadas, mayores dependientes desplazados y un clima de tensión entre administraciones y partidos políticos. Hasta el momento, la previsión meteorológica no da tregua con otra semana por delante de ola de calor, lo que perpetúa la amenaza y dificulta el trabajo de brigadas y operativos antiincendios.
En este escenario, las reivindicaciones para mejorar la dotación de medios -los sindicatos de brigadistas alertan de que la Xunta no cubrió el 100% de las bajas antes de la campaña por lo que faltarían unos 200 efectivos- y la necesidad de reforzar la coordinación interadministrativa copan el debate público.
“Cuando un monte se quema, algo suyo se quema, señor marqués”
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