Los recortes de la Consellería de Educación acercan la huelga de profesores todavía más en la vuelta al cole
Laura Arroxo, secretaria nacional de CIG-Ensino, atiende a Galiciapress para profundizar en la denuncia hecha por el sindicato sobre los tijeretazos que está acometiendo la Xunta sobre la educación pública, con medidas que afectan especialmente a los alumnos con necesidades especiales y multiplican la "itinerancia" de los docentes.
Con las notas entregadas y los pupitres vacíos, el verano debería ser tranquilo en los colegios e institutos gallegos. No obstante, este esta siendo un verano atípico o, tal vez, no tan atípico, considerando que es en la temporada estival cuando más asoman las tijeras de la Xunta, que desde la Conselleria de Educación está acometiendo recortes un sistema ya de por sí precarizado y que lleva viviendo ya varios veranos convulsos por las decisiones del Gobierno de Galicia. Este es otro más, tal y como inciden desde el área de Ensino de la Confederación Intersindical Galega, que viene de destapar los “recortes e incumplimientos” sobre el personal y el profesorado de cara al curso 25/26 que arrancará en septiembre.
OTRO VERANO DE RECORTES
“Estamos más cerca de empezar el curso con una huelga”, no duda en sentenciar la secretaria nacional de CIG-Ensino, Laura Arroxo, en conversación con Galiciapress a la luz de los datos publicados por el sindicato este lunes. “Ojalá fuese una excepción, pero es la deriva que ha tomado la Consellería en los últimos veranos. Es el momento en el que aprovecha para hacer sus recortes, cuanto más metidos en el mes de julio, mejor”, censura Arroxo, que estima que los tiempos elegidos dificultan la movilización de los docentes en su tiempo de vacaciones.
“Lo vimos hace unos años, con el cierre de un colegio en As Pontes, o el pasado verano con más medidas. Este año repiten lo mismo”, lamentan desde la CIG, que hacen especial hincapié en lo que no dudan en calificar como “parche de la itinerancia”, utilizando esa itinerancia de profesionales para todo “al acuerdo entre las inspecciones de las que dependan, y no a sus direcciones ni a cuestiones más objetivas”.
“La itinerancia debería ser algo muy puntual, excepcional, pero no es así, sino algo que emplean con cada vez más frecuencia”, explica Arroxo, que ve en estos profesores de especialidades itinerantes un nuevo nivel de precariedad en el colectivo, además de las consecuencias que tiene para padres y alumnos el no poder dirigirse a un orientador a tiempo completo en un mismo centro. “Los problemas y conflictos pueden aparecer en cualquier momento, con independencia de si está o no el orientador”, puntualizan desde el sindicato.
"LA DIVERSIDAD NO ES PRIORIDAD"
Otro elemento que ponen bajo el foco es el de la atención a la diversidad, considerando que para la Xunta los alumnos con necesidades especiales están “lejos de ser una prioridad”. A la polémica sobre las dificultades que encuentran muchas familias en Galicia de estudiantes con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) para poder ser atendidos y diagnosticados, la CIG especifica ahora que el curso 25/26 será más complejo todavía si cabe.
“Las instrucciones que nos han acercado desde Inspección y las publicadas por la Consellería restringe la atención de especialistas de Pedagogía Terapéutica (PT) y Audición y Lenguaje (AL) a los niños con Necesidades Educativas Especiales (NEE), y toma como algo muy excepcional la atención a los alumnos NEAE”, detalla Arroxo.
“Queda claro que está lejos de ser la prioridad la atención a la diversidad. Los niños y niñas que necesitan esta atención de especialista deben ser los que determinen los equipos de orientación, no solo a aquellos con discapacidad reconocida. Existen muchas casuísticas en centros educativos, con alumnos que o bien no tienen diagnóstico o que por sus dificultades no llegan a tener una discapacidad, así como alumnos inmigrantes con problemas para adquirir una nueva lengua. Todas estas casuísticas no son una prioridad para la Xunta, sino una excepcionalidad”, critican desde CIG-Ensino.
A lo largo de lo que llevamos de verano los teléfonos en la central sindical han sonado reiteradamente con diferentes denuncias, como la renuncia de la dirección del IES Valadares la pasada semana o las movilizaciones en Cedeira, ambas por la falta de recursos humanos. La falta de personal de PT y AL motiva muchas de estas denuncias, pero también muchas llamadas están estrechamente relacionadas con la masificación de las aulas, una crisis a la que se deberán enfrentar muchos centros después de que la Consellería, asegura la CIG, aprobase una medida para que las aulas no se desdoblen hasta que el número de estudiantes no alcance los 28 “reales”.
“Esto significa que no se tendrán en cuenta a los alumnos con necesidades especiales en el conteo para la ratio. Nos iremos hasta 27 alumnos, algo que está totalmente fuera de la ley, que marca el límite en los 25, que puede incrementarse excepcionalmente con las matrículas tardías, un supuesto en el que no estamos”, reprende Arroxo.
¿HUELGA EN LA VUELTA A LAS AULAS?
Con estos ingredientes, la calidad de la enseñanza se ve muy perjudicada y tras un final de curso complicado, la vuelta al cole promete estar todavía más incendiada. Desde la CIG no descartan que el nuevo curso pueda arrancar en medio de una huelga si no se produce “un cambio de rumbo radical” en la Consellería que dirige Román Rodríguez.
Arroxo, no obstante, no ve ninguna predisposición a negociar, con el ejemplo de las reuniones de las Juntas de Personal de cada provincia donde dialogan sobre las vacantes del concurso de destinos provisionales del profesorado. “Hasta ahora solo nos han remitido la propuesta de vacantes de A Coruña”, afirman desde la CIG, que siguen esperando a que se celebren las reuniones cuando restan apenas dos días para que se publique el concurso de destinos provisionales este 24 de julio.
A Coruña, Lugo y Ourense celebrarán las reuniones entre hoy y miércoles, mientras que para Pontevedra, en la mañana del lunes 21 de julio, todavía no había ni fecha. “La negociación de estos días es ficticia. Sin una propuesta que nos permita hacer una contrapropuesta se desvirtúa por completo la negociación. Ya ocurrió el curso pasado, cuando nos negamos a asistir a la reunión convocada una vez que se dieron a conocer las vacantes provisionales, y este año vamos en la misma dirección”, reprende Arroxo sobre un nuevo “paripé por parte de la Consellería”.
Así las cosas, la huelga gana terreno, toda vez que la expectativa pasa por que la misma se convoque en un clima de unidad sindical. Ese frente amplio sigue sin concretarse, aunque la sintonía de la CIG con STEG o CSIF es evidente, pero con la dificultad de que ni CC.OO., ni UGT, ni Anpe han “roto” con la Consellería de Educación después del acuerdo alcanzado a finales de 2023.
“Estamos a favor de la unidad sindical. El problema son esas tres organizaciones que firmaron un acuerdo con el que no están contentas y que incluso lo han llevado ante la Justicia. Tenemos las puertas abiertas a que los sindicatos rectifiquen y se planten ante la Consellería, no con una denuncia, que está bien, pero tiene unos plazos muy largos, sino en una reclamación con nosotros, para exigir en la calle que la Consellería cambie su forma de actuar y la dirección a la que está conduciendo a la enseñanza pública”, dice Arroxo.
Para las próximas semanas desde la CIG son sabedores de las dificultades para vertebrar movilizaciones, pues finales de julio y agosto son siempre los meses más complicados en este sentido, pero sí muestran su apoyo “a todas esas convocatorias que han salido y que siguen saliendo” en defensa de la educación pública. “Son meses difíciles para docentes y familias, pero tenemos que ver qué ocurre esta semana y no nos podemos cerrar a nada”, concluye.
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