¿Sabían Besteiro y Méndez de las acusaciones de acoso contra Tomé? El alcalde de Ames exige respuestas ya

La crisis interna que atraviesa el Partido dos Socialistas de Galicia (PSdeG) cada vez es menos un asunto circunscrito a las graves acusaciones contra José Tomé Roca para transformarse en un cuestionamiento directo a la cúpula de la formación. Mientras el mutismo impera en los despachos de la dirección autonómica, el alcalde de Ames, Blas García, ha decidido dar un paso al frente. Sus palabras, pronunciadas en los micrófonos de Galicia , marcan un punto de inflexión: ya no basta con condenar los presuntos hechos, ahora se exige aclarar quién sabía qué y desde cuándo.

La pregunta que muchos se hacían en voz baja ha sido finalmente verbalizada por un cargo institucional de relevancia: ¿Estaban al tanto el secretario general, José Ramón Gómez Besteiro, y su secretaria de Organización, Lara Méndez, de los comportamientos atribuidos al presidente de la Diputación de Lugo? La falta de una respuesta contundente por parte de ambos dirigentes, paisanos de Tomé, ha generado un clima de desconfianza en las filas socialistas. De fondo, las dudas sobre quién filtró la existencia de las quejas. 

Blas García: "“stoy realmente indignado, muy indignado, incluso avergonzado, tengo que decirlo, y tengo que ser muy claro: tolerancia cero con el acosador sexual, está claro que sí; pero tampoco podemos ser tolerantes con aquellas personas que tenían conocimiento de que se estaba cometiendo ese acoso sexual y no hicieron nada.”"

Tolerancia cero con el encubrimiento

Blas García no ha utilizado eufemismos para describir su estado de ánimo. "Estoy realmente indignado, muy indignado, incluso avergonzado", ha confesado el regidor amiense en Radio Galicia, poniendo voz al sentir de gran parte de las bases. Para García, la respuesta del partido no puede limitarse a actuar contra el presunto agresor. Su advertencia a la dirección ha sido lapidaria: la tolerancia cero debe aplicarse al acoso sexual, por supuesto, pero "tampoco tenemos que ser tolerantes con aquellas personas que tenían conocimiento de que se estaba cometiendo ese acoso sexual y no hicieron nada".

Estas declaraciones suponen la primera grieta pública al relato oficial enarbolado desde la Calle do Pino. Hasta el momento, la estrategia de contención de daños parecía centrarse en aislar a Tomé, acusado de ofrecer puestos de trabajo a cambio de favores sexuales. Sin embargo, al dar por hecho que existen indicios de que la dirección podía conocer la situación, el alcalde de Ames ha elevado el listón de la responsabilidad política. García considera "incomprensible" que hayan pasado más de 24 horas desde que el escándalo dominó la agenda mediática sin que nadie de la ejecutiva gallega haya comparecido para ofrecer una cronología detalladade los hechos.

García recuerdaa con amargura la contundencia con la que, hace apenas unas semanas, exigían explicaciones inmediatas al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, tras conocerse la denuncia por presunta agresión sexual que implicaba a un miembro de su Ejecutivo, el conselleiro Alfonso Villares, en relación con la presentadora Paloma Lago. Entonces, los socialistas criticaron que el PP tardase meses en reaccionar, que Rueda ocultase la denuncia durante meses. Ahora, García y parte de la militancia se pregunta por qué su partido titubea ante un caso propio.

Mientras la presión aumenta, la actividad  públicade la dirección gallega se ha paralizado. José Ramón Gómez Besteiro lleva dos días desaparecido de los actos en Galicia; ayer canceló una visita prevista a un centro de migrantes en Padrón y hoy mantiene su agenda vacía. Por su parte, Lara Méndez, número dos del partido, tampoco ha programado comparecencias hoy. Aunque la lucense apareció ante los medios el día que saltó la noticia, evitó aclarar si tenía constancia previa de las quejas. Oficialmente, el partido en Galicia se remite a un comunicado enviado la tarde del estallido, donde no se hacía referencia a si sabían antes de las denuncias. 

El poder institucional en el aire

Más allá de la batalla ética, el PSdeG se enfrenta a un terremoto institucional de consecuencias imprevisibles. José Tomé Roca, lejos de apartarse totalmente, se aferra a sus cargos institucionales. Su maniobra deja al Partido Socialista en una situación precaria: sin grupo municipal propio en Monforte y con la Diputación de Lugo en el alambre. Tomé retiene el acta y, con ella, la llave de la gobernabilidad provincial. Su voto será decisivo para elegir a su sucesor o sucesora, lo que otorga al político lucense una capacidad de chantaje que mantiene al partido en vilo.

En medio de este caos, el Comité de Igualdad del PSdeG se reúne esta tarde para intentar poner orden, mientras ya empiezan a sonar nombres para un posible relevo en la institución provincial, como el de la alcaldesa de Burela, Carmela López. Sin embargo, cualquier movimiento futuro dependerá de cómo se resuelva la crisis de confianza a la que Blas García ha puesto voz: la duda sobre si la dirección gallega protegió con su silencio lo que ahora condena en público.