Cambios en la Xunta: oposición pide cese de la conselleira tras marcha de los directores xerais de los incendios

El final de año ha dejado un movimiento relevante en el Ejecutivo autonómico. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, aprobó este lunes seis cambios en puestos clave de su administración, tres de ellos en la Consellería do Medio Rural, el área más afectada por una remodelación que llega después de una de las campañas de incendios más graves de la historia de Galicia, especialmente dura en Ourense y el sur de Lugo.

Entre los relevos figuran el del director xeral de Defensa do Monte, Manuel Rodríguez, sustituido por Manuel Francisco Gutiérrez, técnico del ámbito forestal; el del secretario xeral técnico, Jorge Atán, reemplazado por Marta Forés Lojo, funcionaria con experiencia en gestión territorial; y el del director xeral de Planificación e Ordenación Forestal, José Luis Chan, cuyo puesto ocupará Luisa Piñeiro, exalcaldesa de Moraña y hasta ahora gerente de la empresa pública Seaga.

El Gobierno gallego justifica los cambios como una “nueva etapa”

Rueda defendió la reestructuración como una forma de “impulsar nuevas etapas” en departamentos sometidos a una gran presión durante 2025. En el caso de Medio Rural, expresó su agradecimiento a los cesados y subrayó que los nuevos responsables deberán reforzar los dispositivos de prevención de incendios de cara a 2026. El presidente evitó atribuir responsabilidades directas por los errores de gestión, pero reconoció que se trata de un ámbito “especialmente exigente”.

Aun así, la reorganización ha sido interpretada como un gesto político ante el desgaste provocado por los incendios del verano, que calcinó miles de hectáreas y dejó en evidencia carencias en la prevención, coordinación y planificación forestal. En los últimos meses, numerosos colectivos rurales habían reclamado un cambio de rumbo en las políticas del sector.

Críticas del BNG: “Cambiar caras no basta”

Desde la oposición, el BNG consideró que la decisión de Rueda confirma el “fracaso” y el “desastre” de la gestión del área dirigida por María José Gómez, a la que acusan de ser la máxima responsable de la crisis incendiaria. El portavoz nacionalista en materia de medio rural, Secundino Fernández, afirmó que este “cambio de caras de segundo nivel” es “insuficiente” para revertir las políticas “erróneas y negativas” que, a su juicio, han marcado la legislatura.

Fernández insistió en que los ceses representan solo a las “primeras víctimas políticas” del desastre, pero que los problemas de fondo seguirán mientras no se produzca un cambio profundo en el modelo de gestión forestal y territorial. “No basta con sustituir nombres —sostuvo—, hace falta revisar las políticas desde la raíz”.

El BNG reclama, además, una reordenación integral del territorio gallego que apueste por la producción agroforestal sostenible y una defensa “efectiva” del medio rural frente a los incendios.

El PSdeG denuncia “improvisación y desorden”

También el PSdeG se unió a las críticas. Su portavoz de política forestal, Carmen Dacosta, señaló que los ceses evidencian el “desastre” en la gestión de la conselleira, caracterizada —según dijo— por la “falta de planificación, el desorden y la improvisación permanente”. Los socialistas consideran que la responsabilidad es tanto de Gómez como del propio presidente Rueda.

Dacosta recordó que las hectáreas quemadas durante el pasado verano demuestran el “fracaso” de las políticas de prevención y criticó que, a estas alturas, “el Pladiga sigue sin publicarse”, pese a ser una herramienta esencial para planificar la lucha contra el fuego. Para el PSdeG, los ceses eran previsibles, pero “llegan tarde” y no abordan el problema estructural de la consellería.

La formación socialista concluyó que el Gobierno de Rueda responde al desgaste con medidas cosméticas, sin asumir las responsabilidades políticas que exigen los daños sufridos por el monte gallego.

La conselleira salva el puesto, por ahora

Pese a la presión de la oposición, María José Gómez se mantiene al frente de la Consellería do Medio Rural. Su continuidad ha provocado malestar entre las bancadas del BNG y PSdeG, que consideran injustificable su permanencia tras la gestión del verano. Sin embargo, en el entorno del presidente se interpreta su permanencia como una apuesta por la estabilidad en un momento de transición administrativa.