Tiroteos en la central nuclear de Zaporiyia (Ucrania)
Zaporiyia no está en primera línea del frente, por lo que no debería haber combates con armas de pequeño calibre como los reportados por la ONU. Hoy Rusia ha acusado a Kiev de atacar la central con drones. Todo en medio de un aumento de la tensión entre Donald Trump, que prometido el envío de más armas en un nuevo cambio de estrategia, y Vladimir Putin, que ha advertido de una próxima ofensiva.
Una noche de intensos disparos y nuevas explosiones cerca de la central nuclear de Zaporiyia ha vuelto a encender las alertas internacionales sobre la seguridad en la mayor planta atómica de Europa, situada en una zona bajo control ruso y epicentro de episodios cada vez más inquietantes en la guerra de Ucrania.
Los observadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) han informado de que escucharon “centenares de disparos de armas pequeñas” durante la noche del sábado en las inmediaciones de la central de Zaporiyia. El suceso, que comenzó alrededor de las 22:00 y se prolongó durante aproximadamente una hora, ha sido calificado de “inusual” por la cantidad de disparos detectados, aunque los expertos no han atribuido la autoría a ningún bando. Durante la inspección matinal, los técnicos hallaron numerosos casquillos de pequeño calibre cerca de los reactores 5 y 6, sin que se observaran daños estructurales en las instalaciones.
La tensión se incrementó aún más el domingo cuando la administración prorrusa de la planta reportó un ataque con drones ucranianos contra un centro de entrenamiento de la central. Según sus declaraciones, no se registraron daños críticos, aunque los informes no han podido ser verificados de manera independiente. Este nuevo incidente se suma a una serie de supuestos ataques con drones y explosiones en las últimas semanas, tanto en la central como en la ciudad de Enerhodar, donde reside la mayor parte del personal nuclear-
El director general del OIEA, Rafael Grossi, ha manifestado su “profunda preocupación” por el aumento de la actividad con drones cerca de las instalaciones nucleares ucranianas desde principios de año, advirtiendo de que la escalada de ataques podría poner en mayor peligro la seguridad de las plantas. El organismo insiste en la necesidad de “máxima contención” por parte de todas las partes para evitar una catástrofe nuclear.
El aumento de la actividad bélica en torno a la central se produce en medio de informaciones sobre una ofensiva rusa en esta región, que considera parte de su territorio.
Información oficiosa a punta a que el ejército ruso capturó la localidad de Kamyanske en el frente de Zaporiyia el 13 de julio de 2025. Además, otras fuentes indican que Rusia ha intensificado sus esfuerzos ofensivos en la región, con asaltos mecanizados y avances tácticos, aunque no siempre con resultados sostenidos. Sin embargo, los avances rusos en Zaporiyia parecen estar limitados a ciertas áreas y no representan una toma de control significativa de la región en su conjunto.
Aumenta la tensión entre Moscú y Trump
Desde que las fuerzas rusas tomaron el control de Zaporiyia en las primeras semanas de la invasión a gran escala en 2022, la planta se ha convertido en un foco de tensión constante. Ambas partes se acusan mutuamente de realizar acciones que podrían desencadenar un accidente nuclear, mientras la comunidad internacional observa con creciente inquietud. A pesar de que los seis reactores permanecen apagados, la central sigue siendo estratégica y símbolo de la disputa territorial en el conflicto.
El gobierno ruso considera la planta como parte de su infraestructura tras la anexión de la región, mientras que Ucrania exige la devolución del control y denuncia la ocupación como ilegal. En este contexto, la presencia permanente de expertos del OIEA busca garantizar la vigilancia y minimizar los riesgos, aunque los incidentes recientes evidencian la fragilidad de la situación.
En paralelo a estos acontecimientos, Estados Unidos ha anunciado el envío de sistemas de defensa aérea Patriot y otros equipos militares avanzados a Ucrania. El presidente estadounidense ha explicado que Kiev necesita urgentemente estos recursos ante la amenaza de una nueva ofensiva rusa, que podría intensificarse en las próximas semanas.
Además, se prevé que el nuevo paquete incluya misiles de largo alcance capaces de alcanzar objetivos en territorio ruso, en un intento de reforzar la defensa ucraniana frente a la escalada del conflicto.
Por su parte Vladímir Putin ha apostado por una gran ofensiva durante este cuarto verano de guerra en Ucrania, intensificando la presión militar especialmente en las regiones de Sumy y Járkov, en el norte del país. El presidente ruso ha justificado estos movimientos como parte de la creación de una “zona de seguridad” en la frontera, argumentando que es una respuesta a los ataques ucranianos sobre territorio ruso y que sus fuerzas están cumpliendo la misión de proteger las regiones de Kursk, Briansk y Bélgorod. Putin ha subrayado que estos ataques ucranianos afectan principalmente a infraestructuras civiles, acusando a Kiev de emplear “métodos terroristas”.
En sus últimas declaraciones, Putin ha dejado claro que el ejército ruso está avanzando en el terreno y que dispone de “fuerza y recursos suficientes para llevar la guerra en Ucrania a su conclusión lógica”. La ofensiva rusa, según expertos, busca consolidar el control sobre el este y el norte de Ucrania, con especial interés en la región de Sumy, donde se han concentrado hasta 50.000 soldados rusos para preparar nuevas operaciones militares. Además, en una conversación reciente, Putin insinuó la posibilidad de una anexión de toda la región de Sumy, lo que iría más allá de las reivindicaciones iniciales de Moscú y supondría una clara escalada del conflicto.
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