Cómo esquivar la depresión postvacacional: consejos de Quirónsalud para entrar con buen pie a la rutina
El síndrome postvacacional, aunque no es una patología reconocida, es un tema sobre el que cualquier trabajador puede sentirse identificado.
Cantaba Kase.O aquello de "Septiembre llega con su 'oh, Dios mío'", para recordarnos que el noveno mes del año tiene su particular cuesta, pues significa el fin de las vacaciones y de la buena vida para muchos. Aunque es solo un paréntesis antes de volver a sacar la toalla de playa y las chanclas, ahora toca volver a la rutina, y para no caer en la tan temida depresión postvacacional, desde Quirónsalud acercan unos cuantos consejos para que el final del verano nos resulte más llevadero.
¿HORA DE UN CAMBIO DE RUMBO?
Los especialistas en psicología de Quirónsalud puntualizan, en primer lugar, que es muy frecuente este pequeño bache tras las vacaciones. Volver a madrugar, horarios fijos y los quehaceres diarios pueden afectar al ánimo. La psicóloga Paloma Carrasco apunta que si bien no es un trastorno reconocido clínicamente, la cultura popular lo ha hecho universal.
"No tiene validez científica como tal, pero sí es cierto que muchas personas experimentan síntomas como tristeza, apatía, irritabilidad o falta de motivación al reincorporarse a la rutina", asevera, poniendo especial énfasis en que no debemos asociar todos los síntomas temporales de este caso a algo transitorio, pues en algunas personas pueden enmascarar un problema de salud mental más serio.
Por otro lado, si volver al trabajo nos resulta especialmente duro, o incluso incapacitante al afectarnos emocionalmente y provocar un daño en nuestra salud mental, la experta aconseja reflexionar sobre si será necesario un cambio en el estilo de vida.
"En estos casos, más que resignarse, puede ser necesario evaluar cambios laborales o personales que permitan recuperar la motivación y la conexión con uno mismo, sobre todo teniendo en cuenta que la percepción de libertad y autonomía es clave para el bienestar humano", considera.
En cualquier caso, hay una serie de consejos que pueden ser adecuados para volver con buen pie a nuestro día a día. Un proceso progresivo para adaptar los horarios, sobre todo los del sueño, en los últimos días de vacaciones, establecer rutinas flexibles pero estructuradas, pensando en hábitos saludables de alimentación o ejercicio físico, tratar de incorporar actividades motivadoras o mantener una actitud positiva y proactiva ante los retos diarios son algunas de las recomendaciones de Carrasco: "Mantener una mentalidad agradecida, valorando lo vivido durante las vacaciones, nos ayuda a encarar el presente con más energía, que, acompañado de la realización de ejercicio físico y un inicio de rutinas con sentido puede marcar una gran diferencia en nuestro bienestar emocional".
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