El magosto es bueno para el corazón: expertos de Quirónsalud alaban los saludables beneficios de la cataña

Es tiempo de magosto en toda Galicia. Aquí y allá nos llega el rico olor de las castañas asadas, un producto típico del invierno y que consumimos al calor de la chimenea y, si es posible, acompañados de buena música. Esto, que puede parecer una fiesta -y lo es-, en realidad es una excusa perfecta para cuidarnos, pues es la castaña un alimento que guarda muchos beneficios que resultan ideales para una correcta salud cardiovascular, como otros muchos productos de temporada. 

PRODUCTOS DE TEMPORADA

Así lo enfatiza la nutricionista de Quirónsalud Marta Pilar de Villar Castilla, que pone el ejemplo de la castaña, como ocurre con las nueces y otros productos de temporada, como un aporte nutricional fantástico para nuestra salud. Así, ya sean "al natural o asadas", resultan "buenísimas para cuidar nuestra salud cardiovascular e ideales para picar entre horas sin sentirnos para nada culpables".

De hecho, los profesionales recomiendan precisamente incluir en nuestra dieta un puñado de frutos secos al día, ya que son muy beneficiosos para una buena salud, y el otoño aporta muchos para mantener una dieta equilibrada y acorde a la temporada. 

Precisamente, en otoño, podemos echar mano de naranjas o mandarinas para no olvidarnos esas "tres piezas de fruta al día" que nos recomiendan los nutricionistas, pero también de manzanas o peras, pudiendo cocinarlas "al horno con un toque de canela", o incorporar a nuestras ensaladas granadas e higos, además de los ya mencionados frutos secos. 

No podemos obviar tampoco las calabazas, los boniatos, las setas o todas las legumbres, en especial lentejas y garbanzos, tan socorridas en días de lluvia y frío, pues resultan "una manera barata y sencilla de proporcionar un buen aporte de proteína vegetal". De Villar también nos invita a darnos algún caprichito pequeño, como puede ser el queso con membrillo, que sirve también "para cuidar nuestro sistema digestivo y aportar calcio".

Estas propuestas son, a su juicio, "la mejor manera de recibir lo que la naturaleza nos ofrece; primero porque los productos de temporada estarán en su momento óptimo de consumo, tanto por su sabor como por sus propiedades; y también porque estaremos contribuyendo a cuidar el medio ambiente". A renglón seguido, considera oportuno "aprovechar el cambio horario y la disminución de las horas de luz para adelantar la cena, y así contribuir a mejorar las digestiones y el descanso nocturno".