¿Huelga en el SERGAS? División sindical: pacto 'in extremis' con CCOO, UGT y CSIF pero CIG y médicos mantienen el pulso
El Gobierno gallego logra desactivar parcialmente los paros programados para esta semana tras retirar su polémico plan para Atención Primaria, aunque el sindicato nacionalista y las organizaciones médicas específicas amenazan con mantener su plan de movilizaciones, que empieza mañana con una huelga en Atención Primaria.
Las negociaciones de última hora en el complejo administrativo de San Caetano han evitado, al menos parcialmente, el escenario de parálisis total que amenazaba a los centros de salud gallegos esta semana. Tras un maratón negociador que se extendió durante más de nueve horas este lunes, la Consellería de Sanidade ha logrado desactivar la convocatoria de paro general secundada por los sindicatos CCOO, UGT y CSIF para los días 26, 27 y 28 de noviembre.
Sin embargo, la paz social no es completa: la CIG, fuerza con más representación en el sector, se ha desmarcado del pacto y mantiene las movilizaciones, mientras que la incertidumbre persiste a la espera de lo que decidan los sindicatos médicos, cuya postura será clave para la actividad asistencial de los próximos días. Simega y OMEGA, las organizciones de médicos, se reunen esta tarde con la Xunta. CIG Saúde mantiene la convocatoria de paros para 26, 27 y 28 de noviembre. Los sindicatos médicos han ampliado esta convocatoria para los días 9, 10, 11 y 12 de diciembre.
El acuerdo alcanzado supone un balón de oxígeno para la administración autonómica, que se enfrentaba a una semana crítica bajo la amenaza de lo que el propio conselleiro, Antonio Gómez Caamaño, ha calificado como una "tormenta perfecta". La confluencia de una huelga probablemente con un seguimiento masivo con el inicio de la temporada de alta incidencia de gripe y la crónica escasez de profesionales dibuja un panorama de difícil gestión para el Servicio Gallego de Salud. No obstante, la firma del documento de desconvocatoria por parte de las centrales sindicales con presencia en la Mesa Sectorial, a excepción de la central próximo nacionalismo gallego, permite al Sergas respirar, aunque la normalidad en las consultas todavía no está garantizada.
A pesar de no formar parte de la Mesa Sectorial por su condición de organizaciones profesionales específicas, los sindicatos médicos Omega y Simega juegan un papel fundamental en esta ecuación debido a su alta capacidad de influencia sobre el colectivo de facultativos. Ambas organizaciones tienen previsto reunirse con los responsables de Sanidade en la tarde de este martes, manteniendo por el momento vigente el llamamiento a la huelga. La capacidad de la administración para extender los términos del acuerdo a estos colectivos determinará si el paro queda reducido a una protesta testimonial o si, por el contrario, el sistema sanitario sufrirá alteraciones significativas en su funcionamiento.
Un giro de timón para evitar el colapso
El pacto sellado con CCOO, UGT y CSIF implica una rectificación sustancial por parte de la Xunta de Galicia respecto a las políticas de recursos humanos que habían encendido los ánimos del personal sanitario hace apenas un mes. Según han trasladado las organizaciones firmantes, el Sergas ha aceptado la totalidad de las exigencias planteadas, lo que en la práctica se traduce en la retirada completa del polémico documento presentado en la mesa del pasado 17 de octubre. Aquel texto, considerado el detonante del conflicto, incluía medidas que fueron interpretadas por la plantilla como un ataque directo a sus derechos laborales y a la calidad asistencial de la Primaria.
Entre los logros más destacados que han facilitado la "fumata blanca" se encuentra la eliminación de la categoría de Facultativo Especialista de Atención Primaria (FEAP). Esta figura contractual, creada en 2022 y que implicaba condiciones específicas como la obligatoriedad de realizar guardias, desaparecerá del organigrama del Sergas, atendiendo a una de las reclamaciones más insistentes de los representantes de los trabajadores.
Del mismo modo, la administración sanitaria se ha comprometido a no implementar ninguna medida de homologación de títulos de Medicina Familiar y Comunitaria que no pase por los cauces reglados, cerrando la puerta a la contratación de médicos extracomunitarios sin la especialidad reconocida vía MIR.
El acuerdo también contempla avances significativos en el ámbito organizativo y retributivo que buscan equiparar las condiciones del personal de los Puntos de Atención Continuada (PAC) con el resto de la plantilla. En este sentido, se ha pactado la retirada del aplicativo informático de gestión de jornadas en estos centros de urgencias extrahospitalarias, así como el reconocimiento de los viernes como días prefestivos para el personal médico. Además, se procederá a igualar el valor de la hora trabajada por el personal de enfermería de los PAC con el de sus compañeros de otras unidades, corrigiendo así una desigualdad histórica salarial.
Compromisos de futuro y discrepancias estratégicas
Más allá de las medidas de aplicación inmediata, el documento firmado establece una hoja de ruta para los próximos meses que incluye la negociación de un nuevo Plan de Ordenación de Recursos Humanos en un plazo máximo de medio año. Este punto es crucial, ya que pretende abordar los problemas estructurales del sistema desde la planificación y no desde la improvisación. Asimismo, se ha arrancado el compromiso de convocar un concurso específico de traslados para Enfermería Familiar y Comunitaria en el primer trimestre de 2026, junto con la creación de nuevas categorías profesionales que permitan ampliar y reforzar la cartera de servicios que se ofrece a la ciudadanía.
Desde la perspectiva de CCOO, UGT y CSIF, lo conseguido tras estas intensas semanas de presión y negociación constituye un hito para la sanidad pública gallega. Las centrales consideran que combate años de precarización sistemática y falta de recursos, sentando las bases para una recuperación real del primer nivel asistencial. En su lectura de la situación, las mejoras pactadas permitirán reforzar los equipos de trabajo y garantizar una atención de mayor calidad, justificando así la decisión de suspender las medidas de presión para dar un voto de confianza a la nueva dirección de la Consellería.
Sin embargo, esta visión optimista no es compartida por la CIG-Saúde, que ha decidido mantener el pulso en la calle. Para el sindicato nacionalista, las promesas de la Xunta no son suficientes para frenar la movilización en un momento que definen como decisivo para el futuro de la Atención Primaria. La organización entiende que es necesario mantener la presión durante las tres jornadas de huelga previstas para visibilizar el profundo malestar de los trabajadores y exigir una planificación exhaustiva que demuestre una verdadera voluntad política de cambio, más allá de parches temporales para esquivar un conflicto puntual.
La presión se traslada a la calle y a los despachos médicos
La CIG ha confirmado que seguirá adelante con su calendario de protestas, que incluye una manifestación central este martes 26 a las 11:00 horas frente a la sede del Sergas en Santiago de Compostela. La central sindical considera que desconvocar ahora supondría un error estratégico, ya que desconfían de que los compromisos adquiridos sobre el papel se traduzcan en realidades tangibles sin la presión continua de la plantilla. Su postura evidencia la fractura en la unidad de acción sindical, un escenario que la Xunta ha sabido gestionar para dividir al frente común que se había gestado tras la polémica mesa sectorial de octubre.
El origen de todo este conflicto laboral reside en la propuesta inicial de la Consellería para paliar el déficit de médicos, que incluía la movilidad forzosa y la contratación de profesionales sin título homologado, medidas que unieron a todos los sindicatos en un rechazo frontal. Aunque la administración ha reculado, admitiendo tácitamente su error de cálculo y mostrándose dispuesta a "modular" sus pretensiones, la desconfianza generada ha sido difícil de revertir totalmente. El propio conselleiro llegó a afirmar que negociarían "todo lo que haya que negociar", una disposición al diálogo que ha llegado al límite del tiempo de descuento.
Ahora, todas las miradas están puestas en la reunión de esta tarde con Omega y Simega. Si bien son sindicatos minoritarios en el cómputo global de la sanidad, su peso específico entre los médicos de familia y pediatras es determinante. Si deciden sumarse al acuerdo de la mayoría sindical de la Mesa Sectorial, la huelga quedará muy debilitada; si, por el contrario, optan por secundar la postura de la CIG o mantener su propia convocatoria, los centros de salud podrían vivir jornadas de caos a partir de mañana. La sanidad gallega contiene la respiración a la espera de saber si la "tormenta perfecta" se disipa o si, simplemente, ha cambiado de trayectoria.
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