El incendio de Ponteceso mantiene desalojadas para viviendas y hay nuevos fuegos en Fonsagrada, Vilardevós y Mondariz

El municipio de Ponteceso, en la provincia de A Coruña, está sufriendo una de las peores oleadas de incendios de los últimos años, con especial gravedad en la parroquia de Corme Aldea. El fuego, que comenzó a primera hora de la tarde del martes, ya ha arrasado unas 60 hectáreas de superficie forestal. El origen de las llamas se localizó cerca de la zona de Guxín, en un entorno con núcleos de viviendas, lo que propició la activación de la Situación 2, el nivel de alerta que contempla riesgo real para la población. 

La Xunta confirmó rápidamente la necesidad de evacuar, por precaución, a varias familias. La carretera autonómica AC-424 permaneció cortada durante varias horas como parte del operativo de emergencia, restringiendo la movilidad tanto de los vecinos como de los equipos de extinción.

Refuerzo militar ante el avance de los incendios

Las llamas, avivadas por un intenso viento del nordeste y empeoradas por la ola de calor que azota la comunidad, pusieron contra las cuerdas a los medios locales y autonómicos. Los servicios de emergencias de Galicia solicitaron el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se incorporó durante la noche del martes con un despliegue de equipos y tecnología avanzada. 

Drones de vigilancia comenzaron a sobrevolar la zona en busca de puntos calientes, mientras los efectivos militares se sumaban a las tareas de remate y liquidación de focos activos. A pesar de las dificultades meteorológicas, dos aviones operaron en las últimas horas de la tarde del martes, a pesar del riesgo por las intensas rachas de viento.

También acudieron a ayudar dotaciones enviadas por el Ayuntamiento de A Coruña, que actuaron en el incendio de CormeAldea y también en el vecino fuego de Xaviña. Incluso ganaderos de la zona ayudaron con las cisternas de sus tractores.

En las labores de extinción participan tres técnicos, diez agentes forestales, doce brigadas, once motobombas, cuatro palas y tres unidades de apoyo técnico, con el respaldo de los bomberos de la provincia. Las intervenciones resultaron especialmente complejas en puntos como A Hermida, A Costa y O Osmo, según los testimonios de los servicios participantes. Aunque algunos vecinos tuvieron que abandonar sus casas por precaución, la mayoría ya ha regresado a sus domicilios tras ser considerados fuera de peligro, según los últimos datos de 112 Galicia.

Sexto incendio en Ponteceso en apenas cuatro días

La crisis en Corme Aldea se enmarca en una cadena de incendios que asola la comarca: es el sexto fuego declarado en el municipio en menos de una semana. La Consellería do Medio Rural confirmó que uno de los focos recientes, en la parroquia de Cospindo, ya ha sido extinguido tras arrasar 245 hectáreas, y otro, en Brantuas, con 170 hectáreas afectadas, se mantiene estabilizado. El incendio de A Graña, cerca de 100 hectáreas, está controlado, mientras que otros dos con menor impacto se dan por sofocados. 

Las primeras investigaciones gubernamentales apuntan a la intencionalidad detrás de varios focos, especialmente en el caso de Corme Aldea, calificado como un “atentado” por la conselleira era de Medio Rural, María José Gómez. En paralelo, se investiga la posible relación del incendio de Balarés con un fallo en una línea de alta tensión.

Mientras se centra la atención en Ponteceso, el municipio de Camariñas también enfrenta una situación complicada por un fuego Xaviña, que ya ha quemado unas 50 hectáreas. En la zona se emplean para la extinción un técnico, ocho agentes, diez brigadas, seis motobombas y un helicóptero. Ambas localidades se encuentran bajo la Situación 2, máxima emergencia, debido a la cercanía de las llamas a las viviendas y a la rápida propagación del fuego causada por el viento.

No es el único foco relevante en Galicia. La parroquia lucense de Monteseiro, en A Fonsagrada, suma 90 hectáreas de monte calcinadas desde la tarde del martes. El operativo movilizó tres técnicos, nueve agentes, doce brigadas, once motobombas, tres palas, seis helicópteros y siete aviones, reflejando la magnitud del dispositivo desplegado en toda la comunidad para contener los incendios. Por su parte, en la provincia de Pontevedra, en Mondariz (Riofrío), y en Vilardevós (Ourense, parroquia de Terroso), diferentes incendios permanecen controlados, con 20 hectáreas y 570 hectáreas calcinadas respectivamente.

El avance de los incendios en Galicia se produce en el contexto de una ola de calor que, junto a las fuertes rachas de viento, dificulta todas las tareas de extinción. Estas condiciones no solo han obligado a suspender el uso de medios aéreos en momentos puntuales, sino que han incrementado la velocidad de propagación del fuego.

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