Investigadores de la USC describen la evolución de los asentamientos humanos en España entre 1900 y 2020

Un equipo integrado por investigadores de la Universidade de Santiago (USC), de la Fundación para la Investigación del Clima, así como de las universidades de Colorado Boulder y de Southern California han procesado las huellas de doce millones de construcciones para describir la evolución de los asentamientos humanos en España entre los años 1900 y 2020.

Entre las conclusiones que aporta el artículo 'HISDAC-ES: historical settlement data compilation for Spain (1900-2020)', publicado en la revista 'Earth System Science Data' y del que ha informado este martes la USC, se evidencia que la cuota de superficie construida en Madrid evolucionó del 1,6% en 1900 al 6,5 en 2020, mientras que en el caso de Castilla y León el porcentaje disminuyó, pasando del 21% al 11%. Los resultados obtenidos podrían servir para modelar la influencia del crecimiento urbano del clima.

La USC señala que las mediciones multitemporales que cuantifican los cambios en la superficie de la tierra son fundamentales para comprender muchos de los procesos naturales, antropogénicos y sociales, tal y como explican desde el equipo del que forman parte los investigadores de la USC José Antonio Aldrey Vázquez y Manuel Borobio Sanchiz.

"Para cuantificar y comprender mejor dichos procesos, se requieren fuentes hitórico-geoespaciales como es el caso de los datos catastrales con datos relativos a la propiedad, uso del edificio y año de construcción", indican.

Tomando esa información como punto de partida, el equipo ha desarrollado una técnica innovadora que permitió crear las primeras superficies cuadriculadas del desarrollo de asentamientos históricos de España de 100 por 100 metros que muestran la densidad de edificación, la intensidad edificada y el uso del suelo edificado. Además de los investigadores Aldrey y Borobio, integran el equipo Dominic Royé, Johannes Uhl, Stefan Leyk y Keith Burghardt.

Según ha señalado José Antonio Aldrey, los resultados mostraron claramente dos sistemas de población distintos en España, cada vez más diluidos, asociados a su evolución histórica y climática.

Así, en el noroeste y el área cantábrica (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, norte de Navarra y parte de Cataluña) se produjo una tradicional dispersión de la población rural en casas aisladas y o pequeños asentamientos asociados a un clima atlántico, con agricultura y ganadería intensiva favorecida por la presencia abundante de agua.

En cambio, el resto del territorio, de clima mediterráneo, experimentó asentamientos centrados asociados a cultivos de cereales, viña y olivo, así como a una ganadería extensiva.