Las pintadas sobre edificios parecen haberse convertido en una nueva amenaza al patrimonio histórico. Elementos químicos que pueden dañar tanto a piedras como a pinturas. Los motivos detrás de estas acciones pueden ser variadas igual que las personas que las realizan pero sobre todo está un afán de protagonismo en base a "perpetuar" una firma usando un elemento patrimonial. La eliminación o borrado, por su parte, es algo muy delicado y costoso que deben realizar las diferentes autoridades competentes
Las pintadas en el transporte ferroviario el pasado año llevó a la identificación de 124 personas, puestas a disposición judicial.
La asociación ‘Mina Touro-O Pino Non’ condena los grafitis y se desmarca de los mismos.