El astrónomo José Ángel Docobo desgrana para Galiciapress las conclusiones del 'Resumo meteorolóxico do ano 2024 da cidade de Santiago de Compostela' elaborado por el Observatorio Astronómico Ramón María Aller de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) que él mismo dirige. Un documento que deja varias curiosidades en torno al clima de la capital gallega, que inició el 2025 con precipitaciones, abundantes el pasado año pese a ser, curiosamente, el segundo con más horas de sol desde que hay registros.
Los avisos amarillo y naranja se suceden en distintos puntos de la comunidad, donde el viento y las precipitaciones serán una constante en las próximas horas.
Tras un inicio de 2025 de relativamente buen tiempo, enero empieza a mostrar sus garras, con dos borrascas s que, entre el martes y el miércoles, dejarán fuertes vientos, lluvias persistentes y un notable ascenso de las temperaturas. Este martes MeteoGalicia ha activado la alerta naranja por viento y temporal marítimo en varios puntos de la comunidad, con especial incidencia en la costa y zonas de montaña. El miércoles la situación empeorará.
La bajada de la temperatura se hará notar a partir de la noche del sábado y la inestabilidad atmosférica será una constante durante todo el puente.
En España, la responsabilidad sobre las alertas meteorológicas se divide entre la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y los gobiernos autonómicos. Aemet emite avisos meteorológicos a nivel nacional sobre fenómenos adversos, mientras que cada comunidad autónoma, a través de sus sistemas de Protección Civil, interpreta estos avisos y activa alertas específicas para su población. Este sistema descentralizado permite una respuesta adaptada a las características locales, pero también puede generar variaciones en la rapidez y efectividad de la comunicación de riesgos meteorológicos, como ha quedado claro en las riadas de Valencia. La Xunta abre una ofensiva política para hacerse con el control de todas las alertas oficiales, también las del tiempo.
Fuertes rachas de viento, lluvias copiosas y olas de hasta cinco metros afectarán sobre todo a las provincias del norte y a las zonas de montaña del país a partir ya de la madrugada.
El litoral de la provincia de A Coruña se encuentra en la mañana de este jueves, 14 de noviembre, y hasta las 15,00 horas, con aviso amarillo por fuertes vientos.
La sensacion de frío aumentará en las próximas horas debido a fuerte vedaval del norte que se prolongará hasta el jueves. Para el fin de semana se prevé menos frío.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, respondió a las cuestiones de Galiciapress sobre las pretensiones del Gobierno de Galicia de reclamar al Estado las competencias en materia meteorológica, de fin de que MeteoGalicia asuma más responsabilidades. "Dependemos de la clasificación de AEMET para los fenómenos meteorológicos que se producen en Galicia", justifica Rueda, al tiempo que asume que es la Xunta la que "tiene en sus dos primeros niveles que activar todos los medios y reacciones frente a una situación de emergencia".
Las condiciones climáticas y orográficas de Levante favorecen estas lluvias tan repentinas. No sucede lo mismo en las costas atlánticas que, sin embargo, están mucho más expuestas a otro tipos de fenómenos meteorlógicos -como los temporales y tormentas de origen tropicas- que pueden ser igual de peligrosos, aunque quizás menos repentinos.
La Dirección Xeral de Emerxencias e Interior de la Vicepresidencia Primera de la Xunta ha activado para este miércoles la alerta naranja por la previsión de tormentas en la montaña de Lugo.
Un frente atlántico entrará este lunes, 17 de junio, en la península y provocará especialmente inestabilidad en Galicia, donde A Coruña y Pontevedra estarán en aviso amarillo por precipitaciones, pese a que las temperaturas seguirán aumentando por lo general, según la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La próxima semana se prevén temperaturas próximas a los 30 grados en las zonas del interior de Galicia por la llegada de un anticiclón. Mientras tanto, toca prepararse para un fin de semana de viento y lluvia, sobre todo en la provincia de Pontevedra y en la costa.
La previsión del tiempo para los próximos días indica que no será posible disfrutar del sol hasta, por lo menos, el lunes de la próxima semana. Además, la borrasca actual está siendo tan virulenta que AEMET ha tenido que aumentar el nivel de riesgo en la costa, con vientos de más de 100 kilómetros por hora.
Meteogalicia que el principio de la primavera muy similar al final de este invierno, con muchísimas precipitaciones y temperaturas relativamente suaves. Algo que podría perjudicar las perspectivas del turismo para Semana Santa.
Se avecina un fin de semana complicado en lo meteorológico en Galicia. El viento, con olas de hasta 9 metros, y el frío, con nieve en las zonas altas del interior, compartirán el protagonismo.
Las fuertes rachas de viento y el olejae previsto también han llevado a Meteogalicia a decretar alerta naranja en casi todo el litoral y en las comarcas de Montaña. Lo peor de la borrasca se espera para la mañana del jueves aunque se prolongará hasta, por lo menos, el viernes.
Las olas superaron los 7 metros, en Oia cubrieron el faro. Cerca de Tomiño, un árbol cayó sobre un coche en marcha en el que viajaban tres ocupantes, que resultaron levemente heridos. Varios aviones tuvieron que desviarse a otros aeropuertos ante la dificultad para aterrizar en Santiago o Vigo. Los incidentes más frecuentes fueron caídas de árboles, deslizamientos de tierra y derrumbes. También hubo incendios alimentados por el vendaval, uno en Trabada, uno de los cuatro de Mariña. En esa comarca los vientos superaron los 200 kilómetros hora.
Los datos oficiales confirman las previsiones científicas del calentamiento global con más calor y lluvias que se salen de los ritmos habituales según han explicado hoy los meteorólogos de Meteogalicia en rueda de prensa en Santiago.
El jueves el tiempo mejorará notablemente y se espera que por la tarde deje de llover. Hasta entonces, los gallegos vivirán pegados al paraguas para combatir la lluvia y un viento que puede soplar con bastante fuerza, hasta 80 kilómetros por hora.