Quejas vecinales por el fuerte olor originaron la investigación policial al club cannábico de Pontevedra 'Casa María'

Unas quejas vecinales por el fuerte olor a marihuana que se percibía en el entorno del Campillo de Santa María desencadenaron la intervención policial en el club cannábico 'Casa María', situado en el centro histórico de Pontevedra.

Así lo explicaron este jueves varios agentes de Policía en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia provincial de Pontevedra contra tres de los integrantes del club por delitos contra la salud pública y asociación ilícita.

Las reiteradas protestas vecinales por el intenso olor y la presencia de gente que entraba y salía de un inmueble llevaron a la Policía Local a establecer un sistema de vigilancia alrededor de la sede de esta asociación.

En esas pesquisas dijeron haber comprobado como numerosas personas de alrededor de 40 años accedían a estas instalaciones e incluso llegaron a identificar a dos jóvenes que portaban unas bolsas con esta sustancia, que indicaron que se las habían adquirido a "un amigo" por un precio de 18 y 13 euros.

El caso pasó después a manos de la Policía Nacional que, tras obtener la autorización judicial, practicó un registro en el inmueble, encontrándose con una actitud "colaboradora con la actuación judicial" por parte del acusado Javier P., uno de los fundadores del club, que les insistió en que toda la actividad era legal haciendo entrega del material que se encontraba en las distintas habitaciones de las dos plantas que fueron registradas.

Javier P. también indicó a los agentes que no tenía inconveniente en que la policía registrase la vivienda de Vilaboa donde se encontraron dos plantas de marihuana, bolsas con hojas, semilleros y esquejes, además de un humidificador, una lámpara y dos ventiladores.

AUTOCULTIVO
Durante la sesión de este jueves también declararon los otros dos imputados, Luis A., también fundador de 'Casa María', y Rubén B., que incidieron en que el club estaba formado por un círculo de amigos con el objetivo de que se realizara autocultivo y consumo de esta sustancia sin tener que acudir al mercado negro.

La iniciativa surgió a raíz de la enfermedad que sufría la madre de Luis A., con la idea de ofrecer a la mujer una terapia alternativa para sus dolencias. Ambos señalaron que desconocían la existencia de sentencias que consideraran delictivas estas asociaciones y afirmaron que el cannabis que se elaboraba en el club tenía un alto contenido en CBD y bajo en THC, de forma que sus efectos no eran psicoactivos.

Los testigos aseguraron, además, que solo de manera ocasional se extraía la droga de la sede porque habitualmente se consumía en el inmueble situado en las inmediaciones del Campillo de Santa María. La vista continuará el próximo martes, 3 de julio.