En Marea, el alacrán y la rana

Manoel Barbeitos
Economista

Seguramente que la fábula del alacrán y la rana venga como anillo ak dedo para explicar la crisis actual en la que se tambalea EN MAREA. Recordemos que en esta fábula, que se le atribuye la Esopo, se relata como un alacrán que no sabe nadar pide ayuda a una rana para cruzar un río con la promesa, delante de la desconfianza lógica de la rana, de que no le hará daño alguno. La rana, confiando en la inteligencia del alacrán, acepta pues sabe que sí le ataca morirán los dos ahogados. La rana, con el alacrán subido a sus espaldas se lanza a cruzarlo  pero cuando están la mitad del trayecto el alacrán pica con el aguijón a  la rana envelenándola. La rárana ingenua ella, pregunta: “¿Cómo puedes hacer esto?, ahora moriremos los dos”. El alacrán le contesta: “no puedo hacer otra cosa, es mi naturaleza”.


Dado que, como ciudadano no adscrito a partido alguno, participé desde el primero momento (en reuniones celebradas, por caso, en la carballeira de Santa Susana) en el movimiento que dio lugar la EN MAREA creo poder afirmar que fui testigo de todos los avatares acaecidos por este movimiento. Dado también que ya tengo ciertos años y participé, en momentos mucho mas duros para los demócratas, en procesos políticos y sindicales de cierta relevancia puedo señalar, sin falsas modestias, que no me cogen de sorpresa determinados comportamientos políticos que se repiten una y otra vez en el seno de la izquierda. Comportamientos que llevan la que, como bien decía Beltort Brech, “la izquierda sea quien de arrancar la derrota de las fauces de la victoria”.


No voy a relatar ahora el devenir de EN MAREA por ser suficientemente conocido y me voy a ceñir mis impresiones y opiniones personales, que como tales asumo. Desde loelprimero momento tuve muy claro que si aquel intento brotaba con un cierto éxito entre la ciudadanía gallega progresista, enseguida aparecerían los partidos políticos tradicionales, especialmente los minoritarios y/o casi marginales, apuntándose al proyecto para así  conseguir una audiencia y una representación que por sí solos no eran quien de lograr. Todos, claro está, enarbolando la bandera de la unidad, mucho mejor sí se acompaña de popular.


Sorteados unos primeros escollos por todos conocidos, finalmente finalizó no sin enormes dificultades, en un proyecto político horizontal, de nombre muy atractivo (EN MAREA)  en la que participamos además de un grande número de “adscritos” no partidistas partidos políticos como ANOVA, IZQUIERDA UNIDA y PODEMOS. Una participación partidaria que tendría, desde el primero momento, grandes costes. Costes que, como estamos viendo, el tiempo pondría en evidencia.


Así para muchos  quedó claro algo que señalaba al principio. Los partidos políticos, desde el primero momento, consideraron la EN MAREA como un paraguas cuyo cobijo les iba a permitir conseguir una presencia institucional que por si solos nunca conseguirían. EN MAREA no era para ellos, para ninguno pero muy especialmente para sus dirigentes mas que para sus bases, un proyecto estratégico autónomo sino una oportunidad de conseguir una representación, que viene acompañada de una visibilidad en la medios y en la sociedad así como de unos ingresos nada desprezables, algo que de otro modo nunca tendrían. Las pruebas del que señalo son irrefutables.

No hay que ver en este razonamiento un plantexamento maniqueo sino político. Resultaba evidente que la presencia en el seno de EN MAREA de partidos políticos de corte tradicional (PODEMOS actuó siempre como tal, muy especialmente desde su alianza con IZQUIERDA UNIDA) algunos de ellos, casi todos, con dirigentes políticos de corte muy ortodoxo y amplia experiencia política iba suponer varios problemas para EN MAREA. El primero que ninguno de ellos iba a renunciar su militancia e interés partidario. El segundo que esa posición iba acarrear en medio plazo un claro conflicto interno en EN MAREA especialmente con los inscritos no adscritos a partido alguno. Tercero una lucha por el control partidista de EN MAREA: algo que quedó en evidencia tanto en la elección de la COORDINADORA como en el último PLENARIO.


Problemas que son políticos pero que derivan de opciones partidistas que, en casos como los de EN MAREA, pueden ser de dudosa legitimidad por entrar en contradicción con los principios programáticos y políticos de la propia EN MAREA. Problemas que, sin embargo, se vienen repitiendo en el seno de la izquierda a lo largo de la historia: ¿Hace falta recordar cuantos proyectos unitarios de la izquierda, tanto en Galicia como en España, pasaron por las mismas vicisitudes que actualmente EN MAREA?¿ Hace falta recordar como finalizaron?


Hoy EN MAREA, a pesar de los grandes esfuerzos de muchos/as de sus dirigentes y adscritos/as, está pasando por los mismos problemas. Así podemos comprobar cómo en los respectivos grupos parlamentarios gallego y español muchos/as de los/las diputados/as, que se presentaron bajo las siglas de EN MAREA, actúan mas como funcionarios/as de sus respectivos partidos políticos (PODEMOS, IZQUIERDA UNIDA, ANOVAque como diputados de EN MAREA lo que, en el caso del parlamento gallego, debilita enormemente el papel de líder de la oposición que los electores le habían concedido con sus votos. Al mismo tiempo los representantes locales mas cualificados (COMPOSTELA ABERTA, MAREA ATLANTICA, FERROL EN COMUN) se comportan mas como jefes locales de tribu que como representantes locales de un proyecto gallego denominado EN MAREA. Opciones políticas que serían muy respetables si no fuese por que se acogieron todas/os al paraguas electoral de EN MAREA que ahora, conseguido el objetivo de la representación, ningunean cuando no destorzan. Opciones políticas que serían legítimas sí fuesen acompañadas de un respeto las decisiones que, democráticamente, se toman en EN MAREA, de la lealtad entre camaradas que se presume, pero no se ejerce, y de la imprescindible solidaridad entre miembros de una misma organización que, como tales, habían debido luchar por los mismos objetivos.


En definitiva, lo que está sucediendo en EN MAREA es una clásica lucha por el poder que esconde, con todas sus consecuencias, dos opciones. Una opción, que lidera Luis Villares, que apuesta por una EN MAREA genuina (con su programa y su estrategia). Otra opción, que lideran los partidos políticos, estrañamente juntos siendo tan dispares, como son ANOVA, PODEMOS e IZQUIERDA UNIDA que quieren una EN MAREA tutelada por los distintos partidos que actúe como un paraguas electoral pero sin personalidad política propia puesto que aquellos se reparten entre ellos las distintas parcelas de poder (he ahí por caso tanto como se elaboraron las distintas candidaturas al Consejo como la suya sin par composición).


Lo triste es que en este lucha por el poder algunos, demasiados/as, olvidaron las formas que eran patrimonio de la izquierda. Al mismo tiempo también olvidaron el que le pasó al alacrán de la fábula.


Por todas estas razones puede que la mejor salida sea que EN MAREA camine por sí sola, sin tutelas.





Plenario en marea votación


1 Comentarios

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A xente do espectro da esquerda sempre é reticente a organizarse por medo a ser utilizados. O mal da democracía demagóxica, baseada nunha representación sen ter en conta aos representados vai ser sempre un mal sistema que busca a párticula de poder. O que é preciso é una sociedade civil estuturada e asociada de base, ao marxe do circo político, para que poda realmente influir na "real politic" e non ser un trapo para usar.

escrito por Sined 15/dic/18    11:15

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