Cardoso, crónica de un estropicio anunciado

Miguel Cardoso vive sus últimas horas en Vigo, mientras la directiva busca la forma de reconducir el rumbo.

Hugo Mallo, tal vez uno de los hombres que más y mejor ha defendido el Celta y el celtismo en los últimos años, fue cristalino ante los micrófonos de BeIN Sports. "Parece que no pasa nada. Nos tiene que doler, nos tiene que joder. Tenemos que irnos a casa jodidos y estar dos o tres días encerrados en casa esperando al próximo partido". Con ese mensaje entró Hugo Mallo, el capitán del Celta, en las casas de los aficionados celtiñas. El lateral expresó el malestar de un equipo y una afición que no puede aguantar otra semana de sin sabores. Toca advertir de que “el que no esté comprometido y no aguante la presión, fuera”. Porque ya no es el Celta el que mira al descenso, ahora es el descenso el que mira al Celta. Se acabó el depender de uno mismo. Se acabó la etapa de Cardoso en Vigo.

EL PROBLEMA CARDOSO

“Cuando no se mantiene el compromiso y la concentración al final, y se dejan de luchar por los balones, es difícil ganar”. Curiosas palabras de Miguel Cardoso, un hombre que en la previa ante el Real Valladolid dijo no tener tiempo para pensar en si su cargo corría o no peligro. Tal vez debió dedicar algo de tiempo, apenas una centésima de segundo, en pensar en que sí corre peligro, porque de haberlo hecho es posible que la imagen que se vio por televisión no fuera la de un hombre incapaz de reconducir el rumbo, totalmente perdido y al que parece que empieza a darle igual todo.

Lo cierto es que nueve partidos después y 7 puntos de 27 posibles, Cardoso ya no tiene cabida en Balaidos, un sitio al que llegó confundiéndolo con Riazor en su presentación. El proyecto nació muerto y el técnico luso parece que vivirá su segundo despido en una misma temporada, porque cabe recordar que el Nantes ya prescindió de sus servicios en octubre por ser incapaz de darle vuelo al proyecto del club francés. Ya se advirtió en su momento que la idea de poner a un hombre sin apenas experiencia y que se había movido como asistente hasta hace apenas dos años a los mandos de la nave celeste era una idea bastante peregrina. La cúpula del Celta, con Mouriño a la cabeza, hizo caso omiso y siguió adelante con su plan de arramplar con el poco legado del ‘Turco’ Mohamed. Ahora, los resultados son estos y toca apechugar con las consecuencias.

Ahora bien, si nos cargamos a Cardoso…¿qué hacemos? Ya es tarde para subir al primer equipo a Rubén Albés, un técnico que conoce perfectamente la casa y cuya plantilla se adapta como un guante a su propuesta de juego. Las prisas en buscar soluciones ya han sacado a relucir la opción Michel, el nombre que siempre suena y que se ha convertido en una broma popular, menos para el equipo que lo ve como su salvador. También Fran Escribá parece haberse posicionado como candidato, un entrenador más resultadista que preciosista y cuyas últimas dos aventura, en Getafe y Villarreal, también terminaron antes de tiempo. En Vigo ahora sondean el mercado en busca de la opción más atractiva pero también la más eficaz para poder salir del pozo en los meses que quedan. Por fortuna Paco Herrera ya tiene equipo, porque esta directiva de gatillo fácil seguro que ya tenía apuntado su nombre en la agenda.

La cuestión ahora es: con el descenso mirando al Celta a la cara, ¿qué hay que hacer ahora? Hasta el próximo domingo, y si un cese o el mercado de fichajes no lo arregla, la actualidad celeste parece que va a girar en torno a esta patata caliente que todos pasan con un “Porque yo, y es que tú, y mira aquel, etc”…En definitiva, todos por el Celta y la casa sin barrer. Y mientras, a esperar que el Rayo no dé la campanada en Mendizorroza para que, al menos durante una semana, el agua no sobrepase el cuello. “Parece que no pasa nada porque la semana que viene hay otro partido, pero no puede ser así”. Todo sea por respirar siete días más, Hugo. O al menos eso dicen los del palco.