Los gallegos alérgicos al polen podrán estar tranquilos esta primavera

El invierno seco permite pronosticas una primavera con niveles de polen bajos, pero la contaminación debe ser otro factor a tener en cuenta.

Buenas noticias para los alérgicos al polen. La primavera, una de las fechas más temidas para las personas que padecen esta enfermedad, será menos agresiva que en anteriores ocasiones para los alérgicos. El invierno, más seco de lo habitual, permite pronosticar una primavera y un verano con niveles de polen no muy altos.

“Un invierno seco supone menos carga de polen en el ambiente y, por tanto, menos síntomas alérgicos y más leves, aunque habrá que esperar a ver cómo avanza esta estación, sobre todo en cuanto a los niveles de contaminación”, expone el doctor Julio Canabal Sanmartín, alergólogo de HM La Esperanza de Santiago de Compostela. Con todo, el Dr. Canabal advierte que este tiempo seco y cálido también es beneficioso para la contaminación, un aspecto que podría afectar a la virulencia de las partículas de polen sobre las personas alérgicas.

INVIERNO DE PAÑUELOS EN LA MANO

A pesar de la entrada de la primavera, para las personas alérgicas parece que lo peor ya ha pasado, después de un invierno en el que se han incrementado el número de consultas por el alto nivel e polen en el ambiente.

“Destacó el polen de las cupresáceas, como los cipreses y las arizónicas”, afirmó el alergólogo de HM La Esperanza de Santiago. En la comunidad, las alergias respiratorias están mayormente vinculadas a las gramíneas, luego las malezas, especialmente en zonas costeras, y por último el polen de los árboles, con mucha presencia en el área metropolitana de Vigo.

El Dr. Canabal recomienda, para minimizar el impacto de las alergias, “evitar realizar actividad al aire libre y no secar la ropa fuera en días secos y ventosos, conducir con las ventanillas cerradas y utilizar filtros en los coches, mantener las ventanas del domicilio el mayor tiempo posible cerradas y utilizar gafas de sol y filtros nasales”.

PREVENCIÓN

“El único tratamiento que modifica el curso de la enfermedad, reduce síntomas y uso de medicación sigue siendo la inmunoterapia, la vacunación”, señala el Dr. Canabal, ya que en muchos casos existen ya vacunas específicas que han demostrado su eficacia. Con todo, el especialista recuerda que “para la gran mayoría de los cuadros alérgicos” pueden aplicarse “tratamientos sintomáticos que, bajo supervisión médica, alivian los síntomas y mejoran la calidad de vida del paciente”, aunque su recomendación es, en caso de sospecha de padecer alguna alergia o a los diagnosticados, acudir al alergólogo y realizar un seguimiento periódico.