El canto del cisne de En Marea

Manoel Barbeitos
Economista

A estas alturas, resulta pertinente afirmar que los resultados electorales de los años 2015,2016 (elecciones municipales, autonómicas y generales) propiciaron una euforia excesiva en las fuerzas emergentes quien llegaron a dar por sentado que se consolidaba el cambio de régimen. Que, en el caso de Galicia, solo cabía navegar por un mar de  soberanismo y quiebra del bipartidismo. Unos resultados electorales que, por caso, llevaron a muchos dirigentes y cuadros de EN MAREA a pensar que el  soberanismo era hegemónico en un sentido muy semejante a lo que ocurría en Cataluña y en el Padres Vasco. Pocos entendieron que esos resultados eran producto tanto de una crisis del régimen bipartito cómo de una indiscutible indignación con la  partitocracia y la corrupción que impulsaron una creciente desigualdad social y territorial. Eran mas producto de rechace al viejo que de una adhesión al nuevo que, en cualquiera caso, se veía cómo algo aun muy difuso y  inconcreto.


Esta circunstancia dibujaba un nuevo mapa electoral pero en una situación de clara provisionalidad. Que se mantuviese y se consolidase dependía tanto de que las fuerzas emergentes fues quien de gestionar bien esa indignación como de que las fuerzas tradicionales no modificasen, siquiera parcialmente, sus liderazgos y sus  planteamientos. 


Entre las fuerzas emergentes EN MAREA nunca fue quien de consolidarse de acuerdo a sus principios orgánicos y políticos. Por una razón muy simple: los partidos que en ella se integraron (ANOVA, IZQUIERDA UNIDA, PODEMOS) jamás aceptaron que EN MAREA había llegado a ser un proyecto político autónomo actuando así mas como fuerzas  centrífugas que centrípetas. Este comportamiento tuvo consecuencias claramente negativas para EN MAREA tales como una clara pérdida de capacidad e iniciativa política, una intensificación de las tensiones internas y la proyección de una imagen exterior muy negativa. Hechos que se vieron ampliados tanto por la falta de un mínimo aparato burocrático que sustentase administrativamentela EN MAREA como por el insuficiente nivel político de muchos de sus cuadros. Si lo primero originó defectos orgánicos insólitos lo segundo impidió la consolidación de un proyecto político claro. 


Los hechos citados tuvieron también su reflejo negativo en la actividad parlamentaria, municipal y social. Así, por ejemplo, tanto los diputados en los Parlamentos español y gallego como los responsables municipales fallaron en aspectos claves que supusieron un claro incumplimiento de los compromisos contraídos con el electorado gallego. En relación a actividad en el parlamento español fue decepcionante tanto la renuncia a crear, como se había prometido durante la campaña, un grupo parlamentario que había sido referencia en Galicia, como la carencia de una agenda política propia que diera paso a intervenciones autónomas y  referenciales. En Galicia el grupo parlamentario, debido a las tensiones internas y de la inanición de demasiados diputados, no fue quien de ejercer debidamente su papel de líder de la oposición y aspirante a gobernar la Xunta de Galicia. Por sí todo esto no suese suficiente a nivel local las principales mareas  municipalistas enseguida demostraron carencias relevantes en la gestión gubernamental, provocando una gran decepción que se acentuó por la exhibición, en diversas ocasiones, de un comportamiento distante. Finalmente a nivel social, EN MAREA careció en todo momento de un referente sindical y social, como le está sucediendo la PODEMOS, y tampoco fue quien de crear un sistema informativo alternativo que compitiese con la información segada que sobre sus actuaciones venían dando la mayoría de los medios de información y opinión gallegos, tanto públicos como privados.


Hubo también una serie de factores externos indiscutibles. La moción de censura, absolutamente necesaria, a pesar de ser apoyada por la mayoría de los partidos democráticos presentes en el Parlamento español, entre ellos EN MAREA, beneficiaria especialmente al PSOE sin que EN MAREA por razones muy diferentes fuese quien de capitazarlo en la parte que le correspondía y en el espacio propio: Galicia. La aparición de fuerzas de extrema derecha disparó los miedos entre muchos ciudadanos españoles y gallegos que vieron en el PSOE ek  principal y seguro baluarte frente a  involución. Algo que no vieron en las fuerzas emergentes. La mayoría de los medios de comunicación y opinión estuvieron siempre muy activos en el papel de desprestigio y  desacreditación de las fuerzas emergentes como EN MAREA cuyos errores fueron siempre amplificados al tiempo que silenciados sus aciertos. UNIDOS PODEMOS, marca con la que se identificó la EN MAREA a nivel español, experimentó un creciente desgaste en su imagen devudi tanto de sus errores tácticos cómo de sus batallas internas. Desgaste que se sumó al propio de EN MAREA. 



EN MAREA precisa de una refundación y seguramente un cambio de nombre. El proyecto original ya no es viable, por las razones citadas, por lo que es necesario uno replanteamiento tanto ideológico cómo estratégico y táctico.  


Con todo este panorama era difícil que EN MAREA no tuviese un claro desgaste electoral. Se puede discutir sí fue excesivo o no pero no es discutible que resultó lógico. Ahora solo cabe reflexionar para ver que camino seguir. Un camino que debe trazarse a partir de varias premisas indiscutibles. EN MAREA precisa de una  refundación y seguramente un cambio de nombre. El proyecto original ya no es viable, por las razones citadas, por lo que es necesario uno replanteamiento tanto ideológico cómo estratégico y táctico. EN MAREA no fue, ni será, un lugar de encuentro de las fuerzas a la izquierda del PSOE, ni tampoco una síntesis de fuerzas soberanistas y de ámbito estatal. 


En este marco y frente al próxima cita electoral de las elecciones autonómicas, habida cuenta las experiencias que ponen en evidencia que en Galicia no hay espacio político para tres fuerzas a izquierda del PSOE, aparece como bastante evidente que habida cuenta el actual mapa electoral de Galicia, la opción de presentarse en solitario parece una invitación al suicidio. Cabe entonces debatir, a nivel táctico, sobre las posibles alianzas así como sobre un programa común que las  solidifique.


En Marea aplaza el



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