Vientos del este, vientos del oeste

Manoel Barbeitos
Economista

En una de sus mejores novelas (“Vientos del este, vientos del oeste”) la magnífica escritora estadounidense  Pearl S.  Buck, quien vivió en China muchos años, retrata como se presentan en el seno de una nueva familia china las contradicciones entre las supuestas tradición (Este) y modernidad (Oeste). Como soplan vientos en direcciones contrarias que provocan inevitables conflictos. Una novela que leí hace muchos años y que cuya lectura recomiendo.


Me vino esa obra a la memoria observando el escenario político español, y muy concretamente la batalla partidaria entre el PSOE y PODEMOS que, dado el  cesarismo de ambas organizaciones, parece una batalla entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias,  en torno a la naturaleza del próximo gobierno. De sí había debido ser un gobierno monocromático (PSOE) o un gobierno de coalición (PSOE/UP). Una batalla que no resulta especialmente gratificante y está siendo demasiado larga.

Una batalla que deja en evidencia como una cosa es la campaña electoral, donde son suficientes las promesas y los compromisos, y otra muy distinta la acción política posterior y la propia  gobernanza. No por casualidad, sino por mor de este tipo de comportamientos escasamente democráticos, está muy extendida entre la ciudadanía la desconfianza hacia los dirigentes políticos y sus partidos.


Resulta indiscutible que el resultado de las elecciones generales revalidó el pluralismo político en España. El partido más votado, en este caso el PSOE, ni siquiera consiguió un tercio de los votos emitidos (28,6%) aunque el sistema electoral español tan  sesgado a favor del bipartidismo monárquico le permite tener un número de diputados (123) claramente superior la ese porcentaje (37,8%). Sí resulta lógico esperar que la jefatura del estado encargue la formación de gobierno al partido más votado y con notable diferencia sobre el resto, en este caso el PSOE, también es indiscutible que para gobernar ese partido precisará inevitablemente de forzar alianzas. Unas alianzas que sí tomamos en consideración tanto el resultado de las urnas como las promesas electorales de Pedro Sánchez hubiesen debido procurarse preferentemente en el seno de los partidos que apoyaron la moción de censura, y muy especialmente de los partidos de las izquierdas cuya hegemonía corresponde, hoy por hoy, a UNIDOS PODEMOS (33 diputados).


Evidentemente que ese no es el pensamiento de las élites económicas y sus altavoces, mayoría entre los medios de comunicación, que  tiran por otro tipo de alianza más orientada hacia el lado derecho (Ciudadanos, preferentemente). Una campaña que, por caso, no rechaza la utilización de  pronósticos apocalípticos en caso de que esa alianza no fructifique y el PSOE mire a la izquierda. Una campaña que contiene, como viene sucediendo desde su aparición en el escenario político, tremendas  descalificaciones tanto de PODEMOS como de su “carismático” líder Pablo Iglesias. Una campaña que pone en evidencia como la independencia y el rigor informativo siguen ausentes en muchos de los medios de comunicación y opinión de España y Galicia. Una campaña en la que, hay que decirlo, participan destacados líderes y dirigentes del propio PSOE. Son los vientos del este que  tiran por que el bipartidismo monárquico (con  Ciudadanos en el lugar del PP) siga gobernando en España y así  se mantengan en su mayoría las políticas aplicadas hasta ahora a pesar del dolor y sufrimiento provocados en tanta y tanta gente. Las políticas que situaron a España entre los estados europeos con mayores niveles de desigualdad social y territorial, con mayor índice de familias pobres.


Juega a favor de esta posición el hecho, cada día que pasa más evidente, de que Pedro Sánchez no ha pensado cumplir muchas de sus promesas electorales, incluso de las más reivindicadas como por caso revertir las políticas neoliberales y avanzar en la efectiva descentralización y democratización del estado  borbónico. Una intención de Pedro Sánchez que para el movimiento sindical español (UGT,  CCO) aparece más clara cada día que pasa. Un movimiento sindical muy preocupado y lógicamente, como le corresponde, cada vez más beligerante. Hasta el propio PNV, siempre tan jesuítico, parece haber llegado la esa conclusión.


Frente a esta realidad hay una necesidad política indiscutible. Sí el PSOE, hoy por hoy, quiere realmente revertir las políticas neoliberales y aplicar en España una política progresista, precisa del apoyo de PODEMOS y otras fuerzas progresistas. Algo que pudimos ver en el corto período de gobierno del PSOE luego de la moción de censura (primavera del 2018) durante lo que se aplicaron una serie de medidas muy favorables las clases populares que no se habían habido aprobado sin la presión de, por caso, PODEMOS. La dimensión de las políticas que hoy se precisan aplicar en España y de tal magnitud que el PSOE no podrá hacerlas so con pactos puntuales (“geometría variable”) como parece querer Pedro Sánchez. Mucho menos con pactos con  Ciudadanos, un partido neoliberal.


Soplan vientos del Este y del Oeste, ¿quién soplará mas fuerte? El futuro de España, y muy especialmente de las clases populares está en juego. Pero Pedro Sánchez no debería ignorar aquel mandato de sus bases de “con Rivera no” por que recoge la voluntad de la soberanía popular.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Más opinión
Opinadores

Galiciapress
Plaza de Quintana, 3 15704 Santiago de Compostela
Tlf (34)678803735

redaccion@galiciapress.es o direccion@galiciapress.es
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR POMBA PRESS,S.L.
Aviso legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial - Publicidad
Powered by Bigpress
CLABE