¿Por qué llegamos a este punto en la Sanidad Pública gallega?

El Sistema Sanitario Público Gallego es un buen sistema, probablemente de los mejores del mundo. En teoría: es Público, es Universal, es Gratuito, mantiene la Equidad y es de Calidad...siempre y cuando  los gestores y gestoran que lo tienen que organizar, sean eficaces. ¿Sucede esto en Galicia? En los últimos 11 años, el Sr. Feijóo y el PP hicieron una serie de recortes en servicios básicos de salud que nos llevaron a estar en estos momentos en una situación de precariedad asistencial, por diferentes motivos.

La Atención Primaria está en crisis permanente desde que el Sr. Feijóo, cuando accedió al poder, eliminó de un  plumazo el Plan de Mejora de la Atención Primaria, consensuado con todas las fuerzas sindicales, organizaciones científicas y profesionales. A consecuencia de los recortes presupuestarios y de personal, junto con el abandono del modelo de salud y del trabajo en equipo, supuso la falta de la promoción, de la prevención, de la rehabilitación y del trabajo comunitario lo que precisa de equipos con más personal médico, de enfermería, de fisioterapia, de psicología clínica, de terapia ocupacional, de logopedia o de farmacia clínica.

Se cedió el tema de la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) a los laboratorios farmacéuticos, a las multinacionales, a la banca y a los fondos de inversión, que se apropiaron de la inteligencia del sistema sanitario.

La Plataforma Electrónica Vortal Connecting Bussines, participada por Microsoft, Telefónica e Indra, gestiona la teleasistencia, la receta electrónica y la historia clínica. Se privatizaron todos los recursos necesarios para la planificación y gestión estratégica del sistema, que está en manos de multinacionales que acceden a toda la información de la población y de los centros sanitarios públicos y deciden las políticas y estrategias de acuerdo a sus intereses. La mayor crítica de Feijóo al Gobierno de Sánchez es por la falta de material: cuando Feijóo, privatizó el “Servicio de Suministro y Logística la empresa Severiano Servicio Móvil”.           

Se privatizó la financiación, construcción y gestión de nuevos hospitales, mediante la Colaboración Público-Privada, lo que incrementó su precio y nos pusieron en las manos de fondos de inversión, de constructoras y de bancos. Los recortes en el nuevo Hospital Álvaro Cunqueiro limitan su capacidad asistencial, incrementa su lista de espera y favorece la concertación privada. El recorte de 400 camas de este hospital se hizo para renovar el Concierto Singular con Povisa, que mejoró sustancialmente sus condiciones y que posteriormente fue comprado por una aseguradora norteamericana (Centene Corporation) por tan sólo 22 millones de euros, sin que el SERGAS hubiese ejercido siquiera el derecho de tanteo. Este centro, con una oferta limitada y la mayor lista de espera, sigue condicionando la asistencia hospitalaria de Vigo que ya está completamente en manos privadas. El incremento de la concertación de la atención hospitalaria con el sector privado promueve la privatización de la asistencia. La asistencia sanitaria es prestada en un 25%  por centros privados.

Las Listas de Espera (en teoría defendidas por la Ley de Garantías -menudo eufemismo- creada por el PP en solitario y en contra de todos) siguen siendo ocultadas y maquilladas de manera sistemática (el no recoger el “ya le  llamaremos”) y que supone una vulneración del derecho a la atención de la población, generan temor e intranquilidad y justifican las derivaciones de pacientes a centros privados. El tiempo medio entre primera consulta y la intervención quirúrgica es de más de medio año.

Prosigue el deterioro de la Salud Mental. La falta de planificación y de recursos, determinan que los problemas de Salud Mental en Galicia sean de los más complejos y acuciantes del estado español, tanto por magnitud y prevalencia como por la saturación e inaccesibilidad a los servicios de atención. El Movimiento Gallego de Salud Mental estima que es necesario un 30% más de personal de Psiquiatría.

La Salud de las Mujeres (queda por desenrollar el Plan Integral de Atención a Mujer) está discriminada, se vulnera el derecho a una buena salud reproductiva, deteriorando y cerrando la orientación familiar y limitando la interrupción del embarazo en el sistema público.

Se mantiene y acrecienta el abandono de la Atención a las Drogodependencias, sin recursos ni personal suficientes para su atención.

Se puso fin a la limitada participación ciudadano en la planificación y control de la actividad y la calidad asistencial del sistema, reconocido por la Ley General de Sanidad y anulada con la reforma de la Ley Gallega de Salud. Desaparecieron (mejor dicho: hizo desaparecer el PP) el Consejo de Salud de Galicia y los Consejos de Salud de Área Sanitaria.

La ausencia de planificación, los recortes y la privatización de los Servicios de Ambulancia ponen en riesgo a vida de la población que vive en áreas rurales, con muertes por tiempos de espera inaceptables (cómo sucedió recientemente).

Como dice Albert Sabaf, el Supremo Líder, en el libro de Daniel Asorey ‘Las mujeres del fin del mundo’: “Para detener aquello, solo quedaría convertir a toda la Tierra en un bollo tóxico e inhabitable. La muerte para todos. Así pues, mejor era el engaño y el control”.

Conjuguemos el verbo aprender, para cambiar. El bien más preciado que tenemos es la salud y  los responsables de que el Sistema Sanitario Público Gallego funcione, no lo están haciendo bien. En nuestra mano está resolver la política de recortes aplicada por el PP nos últimos 11 años. ¡De nosotros depende!