“Apps y cajeros no hacen funcionar un banco, somos las personas”, advierte CC.OO. al hilo del ERE en BBVA

El ERE del BBVA forma parte del generalizado tijeretazo de los bancos a sus sucursales. Recortes que el coronavirus solo está acelerando. El argumento de las empresas es apostar por una digitalización, que en la práctica perjudica a muchas personas, sobre todo a los mayores.

Jorge Javier Villarino, secretario xeral de la agrupación del sector financiero de Comisiones Obreras en Galicia, explica a Galiciapress cómo los costes importan cada vez más que la atención cara a cara.

Costes que el BBVA busca recortar, pese a sus beneficios millonarios. Sólo en el cuarto trimestre del año pasado ganó 1.305 millones. Una cantidad que puede parecer elevadísima, y lo es, pese a suponer un recorte del 73% respecto a lo que ganaba antes del coronavirus.

Una pasada protesta de sindicalistas contra despidos de trabajadores del BBVA  | Foto:  Sección Sindical CCOO - BBVA 

Este viernes arrancan las negociaciones entre la dirección del BBVA y los sindicatos para marcar los pasos a seguir en el expediente de regulación de empleo planteado por el banco y que, según las primeras estimaciones, podría afectar hasta a 3.000 trabajadores de la entidad. 

En un contexto de “profunda transformación”, los sindicatos critican una decisión que en la comunidad gallega, donde la plantilla ya es significativamente reducida, podría suponer que muchos clientes se queden sin los servicios que disfrutaban hasta ahora.

Para el secretario xeral de la agrupación del sector financiero de Comisiones Obreras en Galicia, Jorge Javier Villarino, este anuncio no puede ser bien recibido de ninguna manera en CC.OO., sindicato mayoritario en la entidad bancaria y en el sector financiero. 

Jorge Javier Villarino en una imagen de la CRTVG

“Las negociaciones a las que nos han convocado no serán un acuerdo entre caballeros, podríamos decir, ya que no se trata de un acuerdo de prejubilaciones, sino que será un despido colectivo, y eso no puede ser positivo”, recalca Villarino.

Pese a todo, desde el sindicato tienen claras cuales serán las líneas maestras a seguir en la negociación. “Serán los parámetros con los que abordamos cualquier negociación: soluciones tanto para la plantilla que se mantiene como para aquella que tenga que irse, para la que buscaremos medidas voluntarias, pactadas y no traumáticas”, recalca el sindicato.

¿CUÁL ES EL MODELO POR EL QUE APUESTA BBVA?

El principal problema en estos momentos es que, a horas de que comiencen las conversaciones, los sindicatos dicen no saber “qué es lo que quiere el banco”. “Ya no tiene sentido hablar hoy en día de términos como rentabilidad por oficina, porque a pesar de los margenes del entorno de bajos tipos de interés desde hace una década, ahora lo que más pesa es el modelo de entidad, en el modelo organizativo, con mucho peso de digitalización y oficinas grandes en núcleos importantes con especialización por departamentos”, comenta Villarino, que también incide en que este es un proceso que no es exclusivo del BBVA, sino del conjunto de la banca española.

El ERE en el BBVA llega justo en un momento en el que la entidad “presume de tener beneficios con la venta de sus filiales en Estados Unidos y Paraguay”, por lo que Villarino encuentra pocas explicaciones a esta decisión más allá de que responda a temas organizativos. 

Sin embargo, de momento no tienen una justificación por parte del banco para apoyar la decisión. “Te pueden salir por cualquier lado para justificar una causa económica, aunque hablamos de entidades que celebran beneficios en sus cuentas anuales, por lo que suena raro alegar causas económicas”, razonan desde CC.OO., y más teniendo en cuenta que hace unos meses la expansión del BBVA parecía un hecho con su alianza con el Banco Sabadell, un acuerdo que se rompió a última hora.

A este respecto, Villarino argumenta que de haberse dado sería “otroescenario”, pero que no vale la pena “entrar en ficciones”. “Las compras en el BBVA siempre han sido sobre seguro, y de hecho tardó mucho en entrar en la reconversión adquiriendo cajas catalanas y obteniendo garantías más que sobradas. El tema del Sabadell no le encajó aunque supusiese un crecimiento orgánico”, sostiene.

BANCO DE PERSONAS, NO DE ALGORITMOS

Con y sin fusiones, Villarino insiste en que el factor principal es el modelo por el que ha decidido apostar el BBVA en este momento de crisis. “En estos modelos lo que tiene que tener gran importancia son las plantillas, porque las personas que trabajan en banca son las que están posibilitando el pago de las prestaciones del SEPE, la informatización de los créditos del ICO, las novaciones de los créditos del ICO, las moratoria hipotecarias...”, enumera.

“En suma: que el país sigan en marcha, que las empresas abran sus puertas. Eso no lo hace una App o un cajero automático, sino una persona en una oficina con una presión comercial brutal a la que hay que sumar toda esta operatoria de prestamos, moratorias...y que además es esencial, como lo hemos visto durante la pandemia y de cara a la reconstrucción económica cuando vengan los fondos europeos”.

“Lo que no puedes decir ahora es que como durante la pandemia la gente se ha descargado la App pues las oficinas ya no hacen falta. Pero te encuentras con oficinas sin gente, sin forma de cubrir una baja o vacaciones, obligados a adaptarnos a teletrabajar...”, critica Villarino, a la vez que recuerda como hace un año la orden fue “cogernos debajo del brazo el monitor, el teclado, el ordenador e irnos para casa; y así lo hicimos y seguimos trabajando y haciendo funcionar el banco, no fueron los algoritmos o las Apps, sino las personas”.

“AUSENCIA DEL REGULADOR”

El abandono de los núcleos rurales e incluso en los barrio perifericos es la gran preocupación de muchos en este proceso. En Galicia, donde la plantilla del BBVA ya es preocupantemente corta según comentan desde CC.OO., temen que el ERE ahonde todavía más en los problemas que sufre el rural ante la falta de servicios. Todavía no hay estimaciones en cifras de cómo afectará el ERE al conjunto de la comunidad, pero hay que tener en cuenta que en 2020 el BBVA ya aplicó un recorte de personal que, según las cuentas del CIG, afectó al 8% de la plantilla.

“Aquí hemos bajado,como en todos lados, pero el BBVA de manera vegetativa recorta unos 500 puestos de empleo, y en Galicia esto se traduce en un pequeño goteo, no en un impacto importante, porque en la territorial noroeste casi no hay donde rascar”, explica Villarino. “El impacto en el rural es el que hemos tenido siempre”, denuncia el secretario xeral, que pone el foco en lo que considera “las tres patas” de la exclusión financiera que han perseguido en Comisiones Obreras “y que no tiene la atención que merece por parte de los reguladores”.

"La exclusión digital, que es cuando el cliente no es capaz de utilizar los nuevos medios de relación por los que apuesta el banco, deja de lado a los clientes que no interesan porque tienen que ser atendidos por una persona, y esa atención cuesta dinero” 

“La exclusión territorial (cierre de oficinas en el rural), la exclusión por renta (cuando una entidad valora que un cliente no es rentable) y la exclusión digital, que es cuando el cliente no es capaz de utilizar los nuevos medios de relación por los que apuesta el banco, deja de lado a los clientes que no interesan porque tienen que ser atendidos por una persona, y esa atención cuesta dinero”, relata Villarino. “Esas tres patas son las que entendemos que no podemos permitir y que entendemos que en un negocio tan fundamental como es la banca existe una ausencia del regulador a la hora de establecer condiciones de acceso a los servicios”, censura.

UNA DIGITALIZACIÓN ACELERADA POR LA PANDEMIA

No obstante, estas formas de exclusión son las que parecen marcar el proceso de reconversión en el que se encuentran inmersos los actores de la banca española, muchos de ellos en EREs, como son BBVA o el Santander, o las fusiones, como la protagonizada por Bankia y Caixabank o la de Liberbank y Unicaja. Un proceso que, sin duda, viene marcado por la crisis provocada por la pandemia, que sin embargo solo ha sido un catalizador para algo que se venía gestando desde mucho tiempo atrás.

“Ya a finales del S.XX la apuesta era la banca telefónica que iba a ahorrar muchísimos puestos de trabajo; ahora llevamos ordenadores personales en nuestro bolsillo, pero es lo mismo. Ya entonces existía este modelo que intentaba evitar la bancarización de la sociedad y la pandemia solo ha acelerado este proceso”, puntualiza Villarino.

A renglón seguido, señala que esta apuesta antigua “lleva su tiempo, tal vez 20 años”, aunque con los cambios que ha provocado la pandemia, obligando a muchos a adaptarse a las nuevas tecnologías en tiempo récord, el salto ha sido muy fugaz. “La pandemia ha creado ese entorno, pero también ha creado el entorno en el que el personal del sector financiero es más imprescindible que nunca para la reconstrucción económica”, concluye Villarino.