El SERGAS reconoce 37.000 gallegos pendientes de cirugía, pero hay más de 30.000 fuera de la lista, según pacientes y usuarios

La pandemia de la Covid-19 obligó a reestructurar  la Atención Primaria y hospitalaria, con más teleasistencia y menos conslutas presenciales. Sin embargo, y pese a la mejoría de la situación epidemiológica, la sanidad gallega no ha recuperado la normalidad , algo que se ha hecho notar en las listas de espera.

La Asociación de Usuarios e Pacientes do CHUS atiende a Galiciapress para desgranar los  tiempos de espera del SERGAS, donde de media un gallego espera 70 días para ser operado. Sin embargo, mientras que Sanidade reconoce más de 37.000 gallegos pendientes de una operación, los afectados podrían prácticamente multiplicarse por dos.

"Una estimación muy prudente de las listas de espera publicadas en el último trimestre no reflejan más de 32.000 pacientes en espera no estructural para una intervención quirúrgica", denuncia la plataforma.

Pacientes en la sala de espera | Foto: EP

De media, un gallego espera 70 días para operarse por la sanidade pública, un tiempo que se dispara hasta los 111 días en Cirguía Plastíca o reparadora, los 95 de Neurocirugía o los 80 de Cirugía Cardíaca. 

Con estos tiempos de espera tan dilatados en el tiempo, desde la Asociación de Usuarios e Pacientes do CHUS no dudan en recordar que, en primer lugar, la Xunta no está cumpliendo con los plazos de reactivación asistencial en el ámbito hospitalario, un acuerdo aprobado el pasado mayo y que debería estar realizado el pasado 3 de julio. Más de dos meses de retraso para recuperar la asistencia anterior a la declaración de pandemia. “Los datos oficiales indican que no se restableció la situación y que el Plan es un estrepitoso fracaso con graves consecuencias para los pacientes del SERGAS”, critica Fernando Abraldes, presidente de la asociación.

En ese sentido, señalan que a 30 de junio, cuando se actualizaron las listas, “el número de pacientes que estaban incluidos en una lista de guardia, que acumulaban esperas superiores al límite legal máximo de 180 días para una consulta externa, era de 2.681”. Sin embargo, y según las cifras oficiales, el 31 de diciembre de 2019, justo antes de la crisis, solo dos pacientes superaban ese límite.

Para Abraldes, el fracaso del plan se debe a que el “objetivo” era “evitar la presencialidad de los pacientes en las consultas impulsando como procedimiento de atención a la consulta telemática y trasladar sobre el paciente los costes del cierre de los servicios, aumentando el tiempo de espera con las consecuencias que eso tiene en términos de salud, calidad de vida y curación”. De igual manera, destaca la falta de voluntad política para dotar al servicio de los medios humanos que permitiesen aliviar la alta demanda, por lo que se mantiene “confiscado el derecho a la salud”.

UNAS CIFRAS “DISTORSIONADAS Y MANIPULADAS”

Las cifras oficiales reflejan que más de 150.000 gallegos están pendientes de una cita en el hospital y más de 37.000 esperando a ser intervenidos. Con todo, para la asociación estos datos son “una fotografía distorsionada y manipulada de la realidad asistencial que solo sirven para montar discursos políticos que avalen una supuesta gestión eficiente”.

“El tiempo medio de espera en días en ningún caso es una magnitud representativa de la realidad por cuanto, incluye pacientes con demoras muy superiores al límite legal, y que soportan, de facto, un abandono asistencial y la vulneración de su derecho a atención. La realidad está muy lejos de las cifras oficiales, que se hacen públicas semestralmente, que tan sólo incluyen a los pacientes en lista de espera estructural para la primera consulta, intervención quirúrgica o prueba diagnóstica”, recalca el presidente de la plataforma.

Por esto, los afectados recuerdan que hay que considerar otros elementos, como segundas citas o aquellos que están pendientes de incorporarse a la lista estructural, así como aquellos en lista de espera no estructural, un listado que no haría más que disparar las cifras oficiales y que solo en 2010 representaban el 43,2% del total de pacientes en espera para ser operados. “Teniendo en cuenta la situación actual de pandemia es muy probable que este porcentaje sea superior, por lo que en una estimación muy prudente las listas de espera publicadas en el último trimestre no reflejan más de 32.000 pacientes en espera no estructural para una intervención quirúrgica”, cifra Abraldes, a la vez que puntualiza que la cuantía podría ser incluso superior.

FALTAN PROFESIONALES MIENTRAS EL CHUS DESPIDE RADIÓLOGOS

En cuanto a las especialidades que acumulan más retrasos, como Neurología con dos meses de espera o Psiquiatría con 35 días, desde la organización piden “una mayor dotación de medios humanos y materiales”. “En los últimos meses preocupan especialmente la situación de los servicios de radiología por cuanto trátese de un servicio central que atiende a todas a las especialidades y que tiene una relevancia capital en el diagnóstico rápido de las dolencias”, reconocen. Pese a esta necesidad, denuncian que el pasado junio la gerencia del CHUS despidió a dos radiólogos. Sin ellos, se pierde la capacidad de realizar miles de estudios radiológicos al año, por lo que “aumentarán las demoras para la detección temprana y el diagnóstico de dolencias, con el correspondiente precio en vidas humanas y secuelas por atención tardía”.

Ya en el plano de las operaciones, encontramos a los 262 gallego que tendrán que esperar más de un año por su cirugía y más de 1.800 cuyo tiempo de espera va desde los seis ata los doce meses. “Lo realmente alarmante no es solo que respeto al último semestre anterior a declaración de la pandemia, aumentaron en 4.956 las personas en lista de espera, sino que el número de pacientes que vieron vulnerado su derecho a ser atendidos en el tiempo máximo de espera legalmente establecido (180 días) pasaron de 317 a 2.199 (693% de incremento). El impacto de este hecho sobre la salud de las personas es demoledor”, sentencian desde la plataforma.

CONSECUENCIAS DE LA ATENCIÓN TELEMÁTICA

Con esta demora, la consecuencia lógica es un aumento de pacientes en la sanidad, privada, algo que han percibido desde la organización, algo que ya era “relevante” antes de la crisis sanitaria y que ahora es mucho más frecuente. “El aumento de la sanidad privada es directamente proporcional al deterioro de la sanidad pública”, tachan los afectados, a la vez que inciden en que el plan de reactivación “fue un paso trascendental para precarizar el Sistema Público de Salud y quebrar definitivamente el principio de equidad en el acceso”.

Pese a que muchos pacientes ya están sufriendo las consecuencias de esta falta de atención presencial, desde la Xunta se muestran reticentes a recuperar la actividad pre pandemia. De hecho, recientemente Sanidade admitió que la presencialidad en Atención Primaria “es probable” que “no vuelva” a ser “cómo se entendía antes de la pandemia".

La intención del SERGAS, según Abraldes, es “redefinir la relación médico paciente que se sustenta sobre la consulta presencial en la que el paciente es analizado de manera integral”. “La atención telemática o solo deja fuera a muchos pacientes crónicos de edad avanzada que, o no disponen de medios informáticos adecuados, o no tienen las habilidades necesarias para su uso, sino que bajo una visión gerencial, muy alejada de la visión ética y deontológica de la medicina, se pretende reducir costos de atención, cargando sobre lo paciente cuidados que hasta ahora venían siendo prestados por los servicios públicos de salud”.

Desde la plataforma no rechazan la atención telemática, que podría ser usada para dispensar fármacos o consultas puntuales, pero no para “pacientes no diagnosticados”, algo que en la actualidad “constituye un síntoma del nivel de deterioro de la asistencia sanitaria y un riesgo adicional de graves errores en el diagnóstico”.

MÁS PERSONAL, LISTA DE ESPERA NO ESTRUCTUAL, FIN DEL HOSPITALCENTRISMO...

Ante este panorama, la receta de los pacientes para curar a la sanidad gallega pasa por “modificar la normativa estatal y dictar normativa autonómica específica en materia de publicación de las listas de espera, aumentando la transparencia informativa”. “Los pacientes y usuarios tenemos derecho a conocer la situación global de las listas de guardia y poder evaluar en términos reales el desequilibrio entre medios disponibles y demanda asistencial”. A renglón seguido, reclaman que se publiquen también las listas de espera no estructurales y “poner fin” a que se penalice a los pacientes que rechazan ser derivados a la privada.

Del mismo modo, reclaman un aumento en el gasto para dotar a la centros de más personal “suprimiendo cualquier límite a tasa de reposición de personal vigente en los últimos años, que hizo que la brecha entre necesidades y medios sea casi insalvable”. También el aumento progresivo en el gasto en Atención Primaria para abandonar el modelo “hospitalocéntrico”. “La implantación de la sanidad pública comunitaria en el ámbito local, con participación de pacientes y usuarios y la dotación de medios especializados de diagnóstico y prevención, va a revertir en una mayor calidad en la salud de la población y en una reducción de los recursos destinados a curar”, concluyen.