El apoyo, condicional, de Baltar casi asegura a Rueda ser presidente 'in pectore' de la Xunta y del PPdeG

Hay dos factores, muy improbables, que podrían descarrilar el ascenso de Alfonso Rueda a líder del Partido Popular de Galicia y de la Xunta. El primero, que Alberto Nuñez Feijóo jamás lo ha designado abiertamente como sucesor. El segundo, los posibles movimientos del único sector algo crítico, el baltarismo. Sin embargo, las últimas palabras de Manuel Baltar indican que no tiene intención de moverle la silla, al menos por ahora.

Alfonso Rueda y Manuel Baltar en una imagen de archivo 

"Todo parece indicar que hay un orden de preelección en las vicepresidencias. Por tanto, todos parecemos coincidir en que aquella persona que lleva con Feijóo desde 2009, formando parte del Gobierno de Galicia, (en esas apuestas de las que usted habla), está con muchísima ventaja", ha dijo Baltar el domingo, preguntado sobre las quinielas de la sucesión, en una entrevista con Onda Cero.

El barón ourensano, por lo tanto, parece dar el visto bueno a la previsible promoción del vicepresidente primero, Alfonso Rueda. Por delante del vicepresidente segundo, Francisco Conde, del portavoz parlamentario Pedro Puy y del presidente del PP de A Coruña, Diego Calvo . Ellos son los únicos políticos con cierto peso que cumplen el requisito legal para ser presidente de la Xunta, ser diputados autonómicos.

APOYO SÍ, PERO CONGRESO TAMBIÉN

Baltar no le planteará batalla a Rueda ahora, pero está por ver qué pasa en el futuro. Hay que recordar que Rueda era el número 2 del partido cuando Feijóo y el aparato intentaron acabar con el baltarismo montando una candidatura alternativa en el congreso del PP de Ourense en el que Manuel 'heredó' el cargo de su padre, Xosé Luis Baltar Pumar.  

¿Habrá superado el clan de Esgos aquella afrenta, que llevó a 'Baltar Padre' a engordar la plantilla de la Deputación para asegurar la sucesión a su hijo, algo que le valió una condena judicial?  Durante todos estos años, Manuel Baltar ha sido pragmático. De vez en cuando realizó alguna declaración disonante, enarbolando su supuesto mayor galleguismo, o se desmarcó de Santiago  apoyando a Soraya Sáez de Santamaría, mientras Feijóo apostaba por Pablo Casado. 

Sin embargo, a la hora de la verdad, Baltar Blanco jamás ha puesto en serios aprietos a San Caetano. En más de una década de feijooismo  , lo más 'rebelde' que hizo fue criticar el cierre del paritorio de Verín. Nada comparable a los órdagos en toda regla que le lanzara su padre a Manuel Fraga y Xosé Cuíña en otros tiempos para asegurarse su cuota de poder en el Gobierno de la Xunta.  

A cambio, Rueda y Feijóo han dado carta blanca casi total a Baltar Blanco en la política provincial. El aparato gallego ha tragado y aún defiende, por ejemplo, el cambio de cromos que mantiene a Baltar en la Deputación a cambio de entregar la tercera ciudad de Galicia a un otrora rival tan polémico como el localista Gonzalo Pérez Jácome.

Lo previsible, es por lo tanto, que el baltarismo aspire a mantener bajo Rueda la misma pax que disfrutó bajo Feijóo, consciente, entre otras cosas, de que su domino electoral y de la vida del partido en Ourense ya no es tan incontestable como en tiempos pasados.

Ahora bien, por si acaso, Baltar Blanco ha dejado claro que Rueda tiene su apoyo para ser el sucesor provisional, pero que el candidato a las próximas elecciones deberá salir de un nuevo congreso autonómico antes de los comicios de dentro de dos años. Ahí será cuando los ourensanos podrían volver a exigir una cuota de poder en el Gobierno de Galicia.

FEIJÓO DICE QUE SU SUCESIÓN SERÁ "PREVISIBLE" 

El otro factor que amenaza remotamente con tumbar las aspiraciones del eterno delfín es el propio presidente. Por mucho que Rueda siempre ha sido un muy fiel escudero, lidiando con a menudo con la más fea, con la hostelería por ejemplo en la crisis del covid, Feijóo jamás ha dado una señal inequívoca de quién será su sucesor.

Sin embargo, en este mutismo inlfuye que al de Os Peares siempre le gusta ejercer el poder de quien marca los tiempos. Feijóo es muy proclive a guardar las formas orgánicas, a escenificar un proceso desde  la base cuando quien decide en realidad es la cúpula.  Véase, por ejemplo, su propio empeño en lanzarse a una campaña interna en el PP de España cuando no tiene ni un rival.

Además, en los últimos días Feijóo ha dicho que su sucesión será "previsible". Lo que en boca de un político poco dado a adelantar acontecimientos como él, se puede interpretar como un respaldo claro a quien lleva décadas siendo su mano derecha y fontanero de confianza.

OTROS NOMBRES IMPROBABLES

El único requisito legal para asumir la Presidencia de la Xunta es ser diputado, condición que también reúne el vicepresidente segundo y responsable económico, Francisco Conde; el portavoz parlamentario, Pedro Puy, eternamente presente en las quinielas para entrar en el Gobierno, algo que nunca se ha materializado, recuerda Europapress.

También forma parte del amplio Grupo Popular en el Pazo do Hórreo el presidente provincial del PP de A Coruña, Diego Calvo, a quien muchos ven como "una opción de futuro", por pertenecer a una generación siguiente a la del propio Feijóo y de otros dirigentes de su entorno. 

TELLADO, PROBABLE SUCESOR PROVISIONAL EN EL PP

En el frente orgánico, lo normal -siempre ha sido así en un conservadurismo gallego que jamás ha tenido bicefalias- es que el presidente de la Xunta lidere el PPdeG. Es decir, que Rueda acabe presidiendo también el Partido Popular de Galicia, aunque no tiene porqué ser inmediatamente forzando un Congreso Extraordinario.

Feijóo deberá dimitir esta misma semana como presidente del partido en Galicia --así lo estipulan los Estatutos del PP, es incompatible dirigir el PP gallego y ser el presidente nacional--. Lo que pasará a continuación dependerá de los tiempos que marque el propio Feijóo y de las fórmulas que ampare la normativa interna del partido.

En principio está garantizada una solución provisional para cuando Feijóo dimita: el secretario general, Miguel Tellado, recordó que su liderazgo "interino" mientras no se decide qué pasos dar está perfectamente "previsto". Eso cubriría el partido, al menos unos meses, tiempo suficiente para cerrar el relevo institucional.

¿NUEVO PRESIDENTE DE LA XUNTA ESTA PRIMAVERA?

Es compatible legalmente que Feijóo presida la Xunta y el PP estatal, pero aún así ya ha avanzado su intención de hacerlo solo durante "unas semanas" y ha situado el horizonte de cambio a partir de abril. En el partido hay la sensación de que no lo dilatará en exceso, y que la solución en el partido podría ir de la mano a la salida institucional.

El comité ejecutivo gallego, plenamente en vigor ya que fue renovado en julio, podría reunirse y ratificar como presidente del partido al 'elegido' para la Xunta. Otras vías como la gestora o un congreso extraordinario tienen amparo en los Estatutos populares, pero podrían generar más ruido con las municipales ya muy a la vista, algo que puede no interesar a ningún segmento del partido, al menos inmediatamente.