Martiño Noriega: "El modelo de convivencia está roto"
El alcalde de Santiago cree que la gestión del conflicto en Cataluña pone "en cuestión" la independencia de poderes.
El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha reiterado su "preocupación" por "el inicio de una etapa de regresión en los derechos fundamentales y las libertades del Estado" a raíz del conflicto abierto en Cataluña, cuya gestión por parte del Gobierno central y la justicia española pone "en cuestión" la "independencia de poderes".
"No es positivo confundir lo que son los intereses de Estado con un Estado de Derecho", ha asegurado este viernes el regidor compostelano, quien ha vaticinado que la "judicialización y criminalización de conflictos políticos" desembocará en situaciones "terriblemente complicadas".
"Todo lo que está pasando es una expresión de fracaso de la propia política", ha manifestado el alcalde santiagués, que se ha preguntado "hasta dónde se va a llegar con la judicialización de lo que está pasando".
En esta línea, ha incidido en que el de Cataluña es un "problema político" que no se ciñe a "unos responsables institucionales", sino que "afecta a muchísima gente", por lo que "o se desactiva políticamente, o de verdad tenemos un problema", ha augurado.
CONVIVENCIA
"El daño que se le está haciendo a los derechos fundamentales y a las libertades es irreparable. El modelo de convivencia está roto", ha remarcado antes de comentar que "sólo se utiliza el argumento del ordenamiento jurídico o de la ley" para tomar decisiones desde los poderes del Estado.
"Yo lo puedo entender o respetar, pero el marco jurídico está para respetar el modelo de convivencia. Cuando el marco jurídico y político no está para garantizar el modelo de convivencia es que algo falla", ha comentado.
Además, cree que la gestión del conflicto en Cataluña está infringiendo un "daño irreparable" a "los derechos fundamentales", a las "libertades" individuales y a la "credibilidad" del Estado español "a nivel internacional".
Asimismo, Martiño Noriega ha asegurado que su apuesta pasa por afrontar "una nueva etapa" con la activación de un "proceso constituyente" que garantice "un compromiso en clave social" y establezca "el derecho de los pueblos a decir".
Con todo, se ha mostrado pesimista sobre este extremo: "Decir esto en estos momentos es casi como hablar de imposibles porque el camino es otro y se está comprobando", ha concluido.
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