Os tempos son chegados

Manoel Barbeitos
Economista

Enmareavotacionplenario

Votacións no plenario de En Marea.


Todas las evidencias apuntan a que, tanto en Galiza como en España, estamos asistiendo a una deterioro económico, social, político y medioambiental sin precedentes inmediatos y tal que, como muchas voces autorizadas señalan, pareciera que volviéramos a los años de la transición democrática.


Un deterioro que si, desde el punto de vista de las clases populares, podemos calificar de gran recesión tiene, sin embargo, causas claramente políticas. Las políticas que desde que explotó la crisis financiera (2008) se vienen aplicando con especial saña en Galiza y en España. Políticas que, hace falta subrayarlo, son impuestas por el binomio PSOE/PP con el incondicional apoyo de C' s –formando así una suerte de nueva troica- para beneficio de los intereses y aspiraciones de las clases dominantes -IBEX 35- pero que provocan enormes perjuicios las clases populares.


Sirva como dato irrefutable a realidad de que con estas políticas los niveles de desigualdad y pobreza se dispararon hasta situar a Galiza, y a España, entre las comunidades europeas líderes en desigualdad. Fenómeno este admitido por entidades tan poco sospechosas como la OCDE y mismo la propia Comisión Europea.


Unas políticas que tuvieron su umbral en la reforma express de la Constitución (reforma artículo 135 de la C.E.) que vino a poner los intereses de los bancos por encima de los intereses generales y muy especialmente de los de las clases populares, que son la mayoría de la población. Políticas que continuaron con las sucesivas reformas laborales que favorecen un aún mayor desequilibro entre las rentas del trabajo y del capital. Que se acompañaron de ajustes fiscales compulsivos que deterioran lo público, debilitan el estado de bienestar y frenan el crecimiento económico y la creación de empleo.


Políticas que pusieron en marcha medidas -por caso, la conocida como ley mordaza- quienes hacen que los derechos y las libertades democráticas (expresión, manifestación, reunión...) estén hoy en grave peligro en Galiza y en España. Las evidencias son diarias y continuas.


Políticas que para más injuria ejecutan gobiernos dirigidos por uno de los partidos políticos (PP) mas corruptos de Europa. Un partido que, como muestran diariamente las evidencias, tiene la corrupción como modus vivendi en Galiza y en España. Un partido imputado por la justicia en asuntos de corrupción que, por eso mismo, debiera estar ilegalizado.


Un partido que, contando con el apoyo del PSOE y de C's, y aprovechando la torpeza política de los independentistas catalanes (JxSi y ERC) está llevando adelante una auténtica demolición del estado de las autonomías –si luego de la aplicación del artículo 155 Catalunya está sin gobierno propio, toca ahora poner el foco en el cupo vasco- al tiempo que desata un frontal ataque contra los ayuntamientos del cambio -he ahí el caso paradigmático del ayuntamiento de Madrid- a los que tratan de la ahogar financieramente para así anular la autonomía local.


Estamos, por tanto, en una situación de emergencia que demanda con urgencia un cambio político tanto en Galiza, como en España. Pero un cambio de tal magnitud exige la creación de un potente movimiento sociopolítico que, liderado por las fuerzas políticas antisistémicas y contando con el apoyo de los agentes y los movimientos sociales, sea quien de dar un giro radical a actual situación política. Un cambio tal que, por caso, en Galiza demanda de EN MAREA -como partido antisistémico hegemónico- un gran esfuerzo de RESPONSABILIDAD, CLARIDAD DE IDEAS y ALTURA DE MIRAS.


Esfuerzo de RESPONSABILIDAD que supone, por caso, que las prioridades políticas han de fijarse en función de los intereses reales de las clases populares gallegas y no de los intereses partidarios internos. Prioridades que marcan que, hoy por hoy, no es el momento de poner el foco en debates internos en los que primen temas como la independencia de Galiza, sino que EN MAREA debe abandonar lo que en los últimos tiempos parece un monotema en toda España y colocar en el centro del debate los problemas reales de las clases populares gallegas. Porque, hoy por hoy, aquel es un debate, camaradas de ANOVA, ya no sólo fuera de lugar -no es ni de lejos una de las prioridades de las clases populares gallegas- sino también un planteamiento suicida tal como está la correlación de fuerzas en la actualidad. Es que no es suficiente argumento la torpeza política y, por tanto, el gran fracaso de las fuerzas independentistas catalanas?


Que es necesario, camaradas de PODEMOS, tener CLARIDAD DE IDEAS para ver que en el seno de las izquierdas es la hora de la unidad, de priorizar las coincidencias sobre las discrepancias que tanto dañan la imagen de las izquierdas: ¿es que no veis lo que pasó con PODEM en Catalunya?


Que, por tanto, hoy -compañeros de IZQUIERDA UNIDA, alcaldes de los ayuntamientos de COMPOSTELA y A Coruña- son tiempos de dejar a un lado las aspiraciones personales, olvidar personalismos que debieran ser impropios en las izquierdas, para con ALTURA DE MIRAS apostar con lealtad por proyectos colectivos -como por caso están haciendo ICV, EUiA y la propia Ada Colau- donde tengan cabida todos/as aquellos/as que apuestan por un cambio real en Galiza.


O se entiende que EN MAREA es un proyecto integrador de corrientes de izquierdas antisistémicas aunque diferentes, o se acaba con EN MAREA. Y si se acaba con EN MAREA, ¿qué beneficios políticos sacan los partidos que la integran? ¿Es que no se entiende que se eso se produce está garantizada la continuidad del PP al frente de la Xunta de Galiza? ¿Es que no se ve claro que una EN MAREA unida, en su diversidad, es la única garantía que tienen las clases populares gallegas de que haya un cambio real en Galiza? Es que no se entiende que una de las riquezas de la izquierda gallega antisistémica es la pluralidad. Otra debiera ser la lealtad.


Es hora, por tanto, camaradas de EN MAREA, de trabajar a destajo pero unidos para junto con los movimientos sociales crear un bloque sociopolítico que sea quien de descabalgar al PP del gobierno gallego y abrir así la posibilidad de poner en marcha en Galiza nuevas políticas que tengan como referente social las clases populares.


Los tiempos del cambio real son chegados en Galiza, y en España. No podemos perder esta nueva oportunidad. Las clases populares gallegas no nos lo perdonarían… y con toda la razón.


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