Kike García rescata al Espanyol en Balaídos ante un Celta sin pegada
El Celta de Vigo prolonga su mal momento en Balaídos tras caer por la mínima frente al Espanyol (0-1) en un duelo gris, carente de ritmo y ocasiones, que solo se decidió en el tramo final gracias al oportunismo de Kike García, autor del único tanto del choque. El delantero de Motilla del Palancar volvió a erigirse en protagonista con un cabezazo certero, a balón parado, que condenó a los celestes y consolida a los pericos en zona europea.
El Celta, pese a dominar la posesión durante gran parte del encuentro, se mostró falto de profundidad, ideas y pegada. Balaídos volvió a asistir a un partido espeso, de fases lentas y sin brillantez, donde la frustración en la grada creció a medida que avanzaban los minutos. Con este nuevo tropiezo, el equipo de Claudio Giráldez sigue sin conocer la victoria en casa esta temporada y encadena ocho jornadas consecutivas sin ganar como local, igualando el registro negativo de la era Benítez.
Desde el inicio, ambos equipos priorizaron el control sobre el riesgo. Las ocasiones brillaron por su ausencia y el ritmo fue tan bajo que cada interrupción parecía alargar el tedio. El Celta tuvo el balón, pero no el peligro, mientras que el Espanyol se limitaba a esperar en su campo, cómodo sin posesión y con las líneas muy juntas.
La única acción reseñable de los primeros 45 minutos llegó de las botas de Bryan Zaragoza, que recortó en el área y rozó el palo en la que sería la mejor ocasión local del partido. Antes, Borja Iglesias había sido derribado por Calero dentro del área, pero la jugada quedó invalidada por un fuera de juego claro. La revisión del VAR, innecesaria por lo evidente del fuera de juego, enfrió aún más un encuentro que ya de por sí carecía de ritmo.
Tras el descanso, los de Giráldez siguieron empujando con más voluntad que acierto. Iago Aspas intentó filtrar balones al espacio, pero su conexión con Borja Iglesias no terminó de funcionar. El capitán acabó sustituido superada la hora de juego, exhausto y sin incidencia en ataque. El Espanyol, entretanto, apenas había inquietado al meta Radu, que hasta el minuto 70 no tuvo que intervenir.
Todo cambió con la entrada de Kike García. El veterano atacante aportó presencia y oficio en el tramo final y en el tiempo añadido firmó el golpe definitivo. Un córner lanzado por Edu Expósito encontró la cabeza del ariete, que se adelantó a toda la defensa celeste para marcar el 0-1 con un remate marca de la casa. En un partido sin lucidez, la jugada a balón parado terminó siendo oro para un Espanyol que sabe explotar cada detalle.
Tras el gol, el Celta se lanzó a la desesperada. Starfelt tuvo una buena opción en un remate de cabeza que se marchó alto y Pablo Durán lo intentó con una acrobacia en el descuento, pero el marcador no se movió. La impotencia volvió a adueñarse de Balaídos, donde el equipo se mostró una vez más incapaz de transformar dominio en puntos.
Para Giráldez, el resultado supone un golpe duro, no solo por la derrota sino por la continuidad de una dinámica que empieza a pesar en el entorno. El técnico vigués defendió su propuesta ofensiva, pero lo cierto es que el Celta volvió a mostrar un preocupante déficit de pegada, a pesar de disponer de jugadores de calidad como Borja Iglesias, Aspas o Bryan.
Del otro lado, Manolo González se marchó satisfecho con el trabajo de su plantilla. El conjunto catalán supo sufrir y aprovechar su oportunidad en un choque que definió con precisión el técnico blanquiazul: “un partido de 0-0 resuelto por oficio y concentración”. Con esta victoria, el Espanyol alcanza los 24 puntos en diciembre y se instala con firmeza en la parte alta de la clasificación, reafirmándose como una de las sorpresas de la temporada.
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