Ence proyecta en Xunqueira de Ambía una planta de biometano y biofertilizantes

El documento hecho público por el DOG detalla que el proyecto se basa en el tratamiento de residuos no peligrosos y de subproductos ganaderos que serán sometidos a un proceso de digestión anaerobia controlada, del que se obtendrá biogás. Este, tras un proceso de purificación conocido como upgrading, alcanzará la calidad necesaria para ser inyectado en la red nacional de gas natural como biometano renovable.

Los residuos digeridos pasarán por una separación mecánica sólido/líquido. La fracción sólida se destinará a la fabricación de compost, mientras que la fracción líquida y las corrientes de aguas sucias serán tratadas mediante un proceso de ósmosis inversa. El resultado será un efluente que tendrá varios usos: se recirculará en parte al proceso industrial, se aprovechará como fertilizante líquido y también como agua para riego.

El DOG especifica además que las aguas sanitarias se conducirán a una fosa estanca gestionada por un gestor autorizado, garantizando así un tratamiento independiente de las corrientes residuales.

Una apuesta por Galicia y la economía circular

Desde la empresa destacan que este nuevo proyecto, liderado a través de la filial gallega Biofertilizantes y Biometano Sertogal Xunqueira, constituye una apuesta decidida de Ence por Galicia, tanto en términos de producción de energías renovables como de impulso a la economía circular. La sociedad promotora cuenta con sede social en Santiago de Compostela y trabaja en colaboración con la compañía local Sertogal.

En declaraciones recientes, Ence enmarca esta iniciativa dentro de su plan estratégico de crear una plataforma nacional de biofertilizantes y biometano, después de que en diciembre de 2024 adquiriese la planta de biometano de La Galera (Tarragona). A mediados de 2025, la compañía ya acumulaba una cartera de 17 proyectos en tramitación ambiental y otros 20 en fase de desarrollo con estudios de viabilidad completos.

La planta de Xunqueira requiere una inversión aproximada de 25 millones de euros, con la previsión de producir anualmente 25.000 toneladas de biofertilizante sólido según los estándares europeos de calidad. La producción se centrará en un 90% de fertilizante orgánico y un 10% de gas renovable, que será inyectado en la red gasista.

Ence resalta que los fertilizantes orgánicos obtenidos en Xunqueira contarán con un alto contenido de materia orgánica, permitiendo así mejorar la estructura y fertilidad del suelo, reducir la contaminación por nitratos en acuíferos, aumentar la capacidad de retención de agua y mejorar la disponibilidad de nutrientes para los cultivos.

La capacidad total de valorización de la instalación se estima en 140.000 toneladas de biomasa procedente de sectores agrícolas, ganaderos y de la industria agroalimentaria, principalmente de la comarca y su entorno. En este sentido, Ence subraya su compromiso en utilizar materias primas de proximidad, lo que beneficiará a explotaciones locales que generan volúmenes significativos de subproductos ganaderos. Solo en el municipio de Xunqueira se calcula una producción de 19.000 toneladas anuales, que se elevan a unas 420.000 toneladas en un radio de 20 kilómetros.

El proyecto contempla la creación de aproximadamente 80 empleos directos e indirectos en la fase de operación de la planta y hasta 150 puestos adicionales durante la construcción. Ence ha indicado que se dará prioridad a la contratación de empresas locales, con el objetivo de generar un impacto positivo en el desarrollo económico y social de Ourense y del entorno rural gallego.

Una de las cuestiones que generan habitualmente preocupación social en torno a este tipo de instalaciones es el posible impacto en la calidad del aire. Ence asegura que el modelo planteado en Xunqueira está diseñado para funcionar sin emitir olores, gracias a un sistema cerrado de acopio y almacenamiento de materias primas y a la implementación de tecnologías de filtración de aire de última generación en las naves de trabajo.

Según la compañía, los sustratos líquidos se almacenarán en depósitos cerrados, mientras que los residuos sólidos se concentrarán en naves cubiertas y ventiladas con filtros que eliminan los compuestos responsables de la generación de olores. Además, la planificación del proyecto incluye evitar el tránsito de camiones pesados por núcleos urbanos, reduciendo las molestias para la población.