Nuevos sabores para el fuerte placer del café en Galicia
Las últimas estadísticas señalan el aumento en el consumo de café tanto a nivel gallego como nacional. Al igual que el resto de España, el torrefacto es la mezcla más consumida aunque esté considerada de menor calidad que otras variedades. Hoy en día numerosas iniciativas están ofreciendo en el mercado granos y sabores muy diferentes a los que estamos acostumbrados
El consumo de café en Galicia experimenta un crecimiento sostenido y alineado con la tendencia nacional en el número de tazas que consume de media una persona. A esto se le añade la irrupción de tiendas especializadas en café que ofrecen un producto en teoría menos industrializado y más respetuoso con el sabor. Por contra, en los últimos tiempos han surgido voces advirtiendo del abuso de la cafeína como estimulante y de su peligro como elemento adictivo. De esta forma, las investigaciones científicas son ambivalentes: por un lado confirman beneficios del café para la salud pero advierten sobre el riesgo de adicción por el consumo excesivo. Fijándonos más en nuestro alrededor, el café torrefacto es el más consumido en todo el territorio gallego y español, a pesar de estar considerado como de menor calidad frente al café de especialidad, un producto que va ganando más protagonismo entre los y las consumidoras.
Una costumbre arraigada
El consumo de café en España y Galicia ha vivido una tendencia ascendente en los últimos cinco años, algo que lo ha consolidado en la dieta y en el estilo de vida de la población. Durante 2024 el consumo nacional creció un 3,7%, alcanzando los 67 millones de tazas diarias, lo que equivale a 562 tazas por habitante y año, o 1,5 tazas diarias. Y eso que los precios han ido experimentando un incremento superior al 7% en un solo año.
Galicia, históricamente situada por debajo de la media nacional en consumo, se mantiene en ese margen, pero con un ritmo de crecimiento prácticamente idéntico al estatal. En el periodo 2021-2025, Galicia pasó de un consumo aproximado de 57,7 a 64,1 millones de tazas diarias, lo que supone un aumento del 11,1% frente al 11,3% nacional, manteniendo así la brecha del 7% habitual respecto al ámbito estatal.
Las cifras en sí no muestran solo la cantidad de café consumido, también dan cuenta de las preferencias dentro del público: el café de tueste natural y de mezcla son las opciones favoritas tanto en el hogar como en hostelería. Sin embargo, las cápsulas ganan terreno en los hogares gallegos más jóvenes y urbanitas. Con la venta online y las suscripciones mensuales a cafés de especialidad, que crecen cerca de un 20% anual, se ha conseguido diversificar el mercado y ampliar el acceso a granos en teoría de mayor calidad.
Virtudes y riesgos del café
Se considera que el consumo moderado de café comporta múltiples efectos positivos sobre la salud. Algunos análisis realizados a largo plazo entre decenas de miles de personas confirman que ingerir entre una y cuatro tazas diarias reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y mortalidad global. Hay quien incluso ve vínculos con la longevidad y el envejecimiento saludable, especialmente cuando el café forma parte de una dieta equilibrada. Asimismo, se asocia a mejoras en la concentración, el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo. Estos beneficios son atribuibles a la presencia de antioxidantes y compuestos bioactivos como los polifenoles.
No obstante, el consumo excesivo de café —por encima de cuatro a cinco tazas diarias— puede generar dependencia a la cafeína. En caso de un freno abrupto en el consumo de esta sustancia, los síntomas de abstinencia se dejan sentir con dolor de cabeza, irritabilidad y fatiga. La moderación es el mejor método para evitar la dependencia, un ejemplo de esto último es tomar café en horas tardías algo que puede afectar negativamente al sueño. Por eso se recomienda evitar tomar café después de las comidas y en la tarde-noche para prevenir alteraciones en el descanso. La posibilidad de adicción es relevante en la población gallega, dado el alto índice de población que afirma necesitar el café para comenzar el día o rendir en el trabajo, un hábito muy extendido en las sociedades más industrializadas.
¿Por qué se consume el torrefacto?
El café torrefacto es el resultado de la adición de azúcar durante el tueste de los granos y su consumo es el más generalizado en España. Su sabor extremadamente intenso y amargo responde al proceso de caramelización del azúcar, que recubre el grano con una capa oscura y brillante. Esta técnica surgió en tiempos de escasez para conservar el café y abaratar costes. Hoy en día está obsoleta en la mayoría de países europeos y se prohíbe su comercialización fuera de España, Portugal y México.
Numerosos estudios advierten que el café torrefacto presenta una calidad notablemente inferior al tueste natural. Las sustancias derivadas del azúcar caramelizado son potencialmente perjudiciales para la salud, incluyendo compuestos considerados cancerígenos por la OMS y relacionados con el proceso de tostado a altas temperaturas. Además, en catas especializadas los expertos coinciden en que la presencia de azúcar oculta los matices de origen, procedencia y tueste, empobreciendo sensorialmente la experiencia del café.
En Galicia el torrefacto se consume sobre todo entre la población de mayor edad y en establecimientos tradicionales. Por su parte, las nuevas generaciones y los consumidores más informados optan cada vez más por cafés de tueste natural y de especialidad. Los hábitos varían entre áreas urbanas y rurales, así en ciudades como A Coruña, Vigo o Santiago, el consumo de café de especialidad crece a doble dígito, mientras que en pequeñas localidades se mantiene el consumo de torrefacto, especialmente en bares y tabernas.
Especialización
El café de especialidad se ha ido abriendo camino en Galicia durante el 2025 con ocho cafeterías gallegas entre las mejores de España, siendo A Coruña, Vigo y Pontevedra las ciudades más destacadas. Locales como Astro Café Roasters, Conuco Coffee, Waco Coffee, y La Manière trabajan con granos seleccionados de origen, tuestes artesanales y una notable oferta de catas y talleres formativos. Estos establecimientos —muchos de ellos también tostadores— apuestan por la transparencia, la sostenibilidad y el trato directo con productores, ofreciendo cafés procedentes de fincas de Etiopía, Colombia, Brasil, México o Guatemala, cada uno con su perfil de sabor.
El fenómeno de las tiendas especializadas responde a una demanda creciente de calidad, trazabilidad y nuevas experiencias en el consumo de café. La venta en línea y las suscripciones mensuales permiten ampliar el acceso a cafés singulares y fomentar la “cultura cafetera”. La tendencia indica que el café de especialidad es un sector en plena consolidación.
Galicia consume mucho café, y si bien el torrefacto sigue presente por tradición, su peso declina ante la irrupción del café de especialidad. La ciencia avala los beneficios del café tomado con moderación y evidencia un bajo riesgo salvo en consumos excesivos. Por otra parte, al igual que en el resto de Europa los locales especializados y el mercado online abre las puertas a nuevas experiencias.
Escribe tu comentario