Protesta frente a Aproser por convenio de seguridad privada termina con gritos de huelga
Parte de los vigilantes de seguridad están molestos por la falta de avance en la negociación del convenio estatal. Un influencer gallego, Pablo "percebe87", logró reunir ayer en Madrid a cientos de ellos y recabar el apoyo de algunas figuras políticas de la extrema derecha y de la extrema izquierda. A su juicio, en declaraciones a este diario, la fecha de ayer supone un punto de partida para una mayor unidad en el sector.
Varios cientos de vigilantes de seguridad se concentraron ayer frente a la sede de Aproser, una de las patronales que está negociando el convenio estatal de seguridad privada. El principal promotor de la protesta del llamado movimiento “placas blancas” es Pablo “percebe87”, el vigilante de seguridad gallego que es uno de los principales influencers del sector.
El motivo de la concentración es la supuesta falta de avance en el diálogo entre las patronales y los principales sindicatos. Centrales mayoritarias que no secundaron la movilización.
Si contó con el apoyo de otros colectivos minoritarios, como Aude, ADN Sindical de Cataluña, Asociación Marea Negara Seguridad Privada, Arsepri, LiVendad Catalunya, Unión Independiente de Trabajadores de Madrid y el partido marxista y crítico con la inmigración frente Frente Obrero, que estuvo representando por su líder Roberto Vaquero. También acudió Macarena Olona, la ex-líder de Vox en Andalucía.
La pancarta de la concentración reclamaba “un convenio digno”, “más protección jurídica” y recordaba que “sin seguridad privada la inseguridad es pública”. La manifestación no registró incidentes y estuvo vigilada por una pequeña dotación policial.
Pablo denunció que un vigilante de seguridad privada raso gana, limpios, en torno a 1.100 euros al mes. “Hay muchas horas de España que con eso no puedes vivir, al final, ¿qué haces? Horas extras”, añadió tras recordar que el plus por las extras es ínfimo y que muchos trabajadores padecen problemas de salud mental por la sobrecarga de horas.
El gallego cargó contra los grandes sindicatos -los que están negociando el convenio- porque, entiende, dialogan en su nombre pero al final, convenio tras convenio, los vigilantes no pueden llegar a final de mes. “Todo es mentira, nos están robando a la cara”, concluyó antes de hacer un llamamiento a la unidad en la profesión y reclamar la convocatoria de una huelga.
Patronal y sindicatos llevan meses negociando sin avances sustanciales. También es cierto que el convenio no caduca este año.
Los representantes de los trabajadores alegan que detrás de las dificultades que tiene el sector para atraer profesionales están los bajos salarios y la negativa de las empresas de facilitar que los vigilantes de seguridad recuperen parte del poder adquisitivo que han perdido en los últimos años.
Por su parte, los empresarios alegan que los márgenes del sector son estrechísimos y que atender las reivindicaciones de los trabajadores supondría en la práctica condenar a muchas empresas pequeñas y medianas al cierre en un sector en el que ya son frecuentes las quiebras y los impagos. De fondo, la necesidad de los empresarios de contar con un marco estable para disponer de cifras estables con las que abordar las próximas grandes licitaciones públicas.
Por otra parte, CSIF ha convocado una manifestación. Será el 16 de diciembre frente a la sede de Aproser en Sevilla bajo el slogan “¡Por la firma de un convenio digno!”.
"ES UN PUNTO DE INICIO"
En conversación con este diario, el promotor de la movilización quiso, en primer lugar, agradecer a "todos esos compañeros" que participaron en la "concentración pacífica" ante APROSER. "No tengo más que palabras de agradecimiento a esos compañeros que quisieron invertir en su profesión, en su futuro, en el bienestar de su familia. No tengo más que palabras de apoyo", sostiene Pablo, que hace extensible el agradecimiento a "los pequeños sindicatos" y asociaciones que también se dejaron ver de alguna forma en la protesta.
"¿Fue un éxito? Lo fue. Juntar a gente, de varios puntos de España, en un punto concreto", celebra el vigilante, que no obstante no esconde su esperanza en que la acogida fuese mayor, ya que, como dice, "cuando realizas una concentración de este estilo todos esperamos que venga cuantos más mejor".
Con todo, fueron varios de centenares los profesionales de la seguridad privada desplazados pese a que "las expectativas podrían ser mayores". "Es un avance, un gran punto de inicio para unirnos y seguir adelante luchando por los derechos de los trabajadores, por el derecho de una profesión tan digna en España y tan necesaria como es la seguridad privada".
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