VTC vs Taxis, una carrera por el control de las ciudades: "Tenemos más usuarios que votos el Gobierno"

Galiciapress conoce las posturas contrapuestas de Eduardo Martín, presidente en Galicia de la asociación nacional de empresas de VTC MOVEA, y la Federación de Autónomos del Taxi de Galicia (FEGATAXI), coincidienco ambos en el hecho de que existe una gran demanda en Galicia, pero discrepando en los caminos para cubrir la misma, pues mientras unos defienden su irrupción otros denuncian la ilegalidad de los servicios prestados a la sombra de una normativa que hoy recae en la Xunta y en los Concellos. 


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Vtc vs taxi
VTC vs taxi | Foto: RTVE

 

Este otoño se han sucedido en Galicia las protestas de taxistas en distintos puntos de la comunidad para denunciar la indefensión que, aseguran desde el sector, sufren ante la llegada de cada vez más empresas de vehículos de transporte con conductor (VTC) que operan en las ciudades cuando, en principio, la normativa gallega establece que solo pueden realizar trayectos entre concellos, nunca en recorridos urbanos. Este caso de "instrusismo" ha despertado muchas voces en ocasiones contrapuestas: desde los que piden eliminar a empresas como Cabify o Uber hasta los que demandan que se abra la mano para que puedan operar también en los municipios gallegos, como hacen ya con normalidad en ciudades como Madrid o Barcelona. En este contexto, las administraciones públicas parecen pasarse la pelota sin tener muy clara la opción por la que se decantan, mientras el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) viene de emitir un auto en el que aclara que los VTC en A Coruña solo pueden hacer viajes interurbanos, sentando un precedente que puede dibujar la línea a seguir para los críticos.
 

 

"LA VTC OBLIGA AL TAXI A ESFORZARSE"

Entre los defensores de las VTC está Eduardo Martín, presidente en Galicia de MOVEA, una organización que se define como “un proyecto asociativo que nace de la decisión firme de defender los derechos de los titulares de autorizaciones VTC”. Su aspiración es lograr que en Galicia haya un vuelco definitivo al panorama actual, pues las protestas que se dieron estos meses en ciudades como A Coruña, Vigo o Santiago contrastan de manera frontal con la alta demanda existente en estas ciudades. 

 

“La administración parece que está más al servicio de los taxistas”, lamenta Martín, que ve en el sector del taxi a un colectivo que “amenaza, coaccione, secuestra a la ciudad”. Mientras esto sucede, las empresas de VTC se quedan fuera del diálogo con las administraciones gallegas. “Es tan disparatado como si a la hora de hacer una regulación aeroportuaria Renfe dijese que no quiere aviones en A Coruña, que quiere el monopolio del transporte exclusivo con trenes. Y, si no, que bloqueará la ciudad. No parece lógico”, razona. 

 

 

Sin embargo, no todo han sido portazos para las VTC. Martín celebra que desde el Concello da Coruña se hayan mostrado “receptivos” a la hora de conocer la perspectiva de las empresas. “Una administración tiene que estar al servicio de los ciudadanos. Las ciudades de hoy no son las mismas que hace 80 años y hoy existen directivas europeas que imponen zonas de bajas emisiones de especial protección para que todos respiremos aire de mejor calidad”, incide Martín, considerando que la apuesta de Europa es la de reducir el número de vehículos particulares que resultan “contaminantes, caros de mantener, que requieren seguros, impuestos...”. 

 

“Lo que tienen que hacer las administraciones es interesarse por cuáles son las necesidades que tienen los ciudadanos. Y el problema es que el taxi no tiene ningún tipo de competencia. En cuanto aparece la VTC, le aparece competencia, y eso obliga al taxi a esforzarse”, explican desde MOVEA, donde creen que “la competencia es buena para todos” y ponen de ejemplo la irrupción de las compañías telefónicas hace unos años cuando en un mercado prácticamente exclusivo de Telefónica. 

 

 

Martín explica que el dio el paso de operar con un taxi a hacerlo en VTC por el salto de calidad y tecnológico que suponen. “En un taxi parece que tengo que pedir permiso casi por bajar la ventanilla. En ocasiones no tienen las condiciones de higiene que uno puede desear. El precio es cerrado en el momento de contratar el VTC, no te expones a vueltas innecesarias para que corra el taxímetro, y con distintos métodos de pago. Son coches de  última generación, muchos de ellos eléctricos…”

 

“Buscamos ofrecerle al ciudadano una alternativa de transporte a vehículos privados y que ellos elijan libremente. En las ciudades en las que están presentes las VTC los taxis han mejorada mucho, pero, cuando los usuarios pueden elegir, nos eligen a nosotros”, puntualiza Martín, dando portazo a la teoría de que las VTC puedan estar hoy demonizadas por un sector de la población: “Tenemos más usuarios en España que votantes el Gobierno. Es una clara demostración de que día a día, operando solo en las grandes ciudades, cada vez nos escogen más personas como un transporte satisfactorio para sus necesidades”. 

 

UNA DEMANDA "TREMENDAMENTE ISATISFECHA"

En esa línea, desde MOVEA vuelven a subrayar la “demanda tremendamente insatisfecha” que existe en ciudades como la herculina, que podría aprovecharse además, dicen, de contar con esta flota de vehículos en constante movimiento, lo que genera alternativas para “ampliar los espacios verdes” y para el tránsito de peatones. Lo mismo sucede en Ourense, donde el propio alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, acusó a taxistas de actuar como VTC para servicios privados, lo que para MOVEA significa reforzar su tesis de que existe una demanda que no se está satisfaciendo. 

 

 

“Tratan de ponerle puertas al campo, y eso no es buena idea. A Coruña, Ourense, Vigo…son ciudades importantes y no pueden ser ajenas a las nuevas tecnologías. Algunos taxistas tratan de satisfacer esa demanda, pero hace falta altura de miras”, sostiene.

 

 

“Además, incrementa la seguridad vial. Ofrecemos una alternativa para que muchas personas cuenten con un método para salir, puedan beber y tengan garantías de regresar a su vivienda sin tener que coger el coche”, sentencia, agregando que esto supone “un impulso para todos los sectores de la economía” con el refuerzo de plataformas de restauración y ocio nocturno que abogan por el desembarco de la VTC en la comunidad gallega para evitar imágenes como “colas de gente en las paradas esperando a alguien que los lleve a casa”.

 

Martín, además de defender que “el cliente es el centro de la experiencia” cuando los usuarios acuden a las VTC, habla de la situación de os trabajadores de las VTC, que han resultado una forma para “muchos trabajadores de poder reciclarse cuando, por su edad, se habían quedado obsoletos y sin alternativas para reincorporarse al mercado laboral”. “Los trabajadores de VTC tributan en el mismo epígrafe que los taxistas. Los trabajadores cuentan con sus licencias, están dados de alta en la Seguridad Social en jornada laboral completa, no son falsos autónomos, y están todos monitorizados por las nuevas tecnologías, conociendo el grado de satisfacción de los viajeros”, incorpora sobre una vía de dos direcciones, ya que el chofer también hace una valoración del pasajero.

 

 

 

Martín reprende que todavía hoy exista la segregación entre el sector de la VTC y el taxi, toda vez que distintas sentencias los equiparan. Pese a todo, la normativa existente ha provocado que, a principios de otoño, se hubiesen notificado más de 250 actas de sanción por servicios prestados en el ámbito urbano por vehículos VTC. “Las VTC han hecho servicios en ámbito urbano durante los últimos 80 años”, expresan desde MOVEA, con los “gran turismo de toda la vida” prestado esa clase de servicios que ahora se han actualizado y transformado. 

 

 

A renglón seguido, la asociación defiende que desde la aprobación del ‘Decreto Ábalos’ que dejaba la pelota en el tejado de las autonomías “Galicia ya reguló el sector” y, asegura Martín, “no prohíbe los servicios urbanos”, sino que contempla que sean los municipios los que tomen la decisión última. “¿La regulación puede ser mejor? Estaremos encantados de hacerla mejor, siempre que intervenga el sector de las VTC”, subraya la plataforma, abierta a llevar las VTC más allá de las urbes gallegas, llegando “allá donde el ciudadano nos necesite; donde exista la demanda estaremos dispuestos a llevar alternativas de transporte que se adapte a sus necesidades”.

 

¿HUELGA DE TAXIS?

Las apreciaciones de MOVEA son radicalmente opuestas a las que hacen a este diario desde la Federación de Autónomos del Taxi de Galicia (FEGATAXI), con representación en todas las ciudades gallegas salvo Vigo, donde se muestran preocupados por las protestas celebradas en los últimos meses por los profesionales del sector. “Entendemos el malestar de muchos compañeros y compartimos muchas de sus preocupaciones”, aceptan desde la organización, que sin embargo toman distancia ante la posibilidad de que este descontento pueda cristalizar en una huelga, como la que está teniendo lugar en Barcelona en estos momentos, alternativa que “debe ser fruto del consenso de todo el sector”.

 

 

Desde FEGATAXI son conscientes del daño que supone la irrupción de las VTC, pero dicen ser incapaces de cuantificar el impacto económico que les supone, pese a ver “a diario” los “servicios urbanos que realizan” cuando “la ley autonómica no les autoriza”. Hasta la fecha la normativa no ha cambiado y se sigue moviendo entre los grises que defienden unos y la claridad que exigen otros. 

 

Los taxistas demandan “un estudio detallado de movilidad” ante el temor de que la llegada de compañías como Uber o Cabify pueda poner “en riesgo la viabilidad económica de un servicio público de interés general”. Para FEGATAXI puede existir un equilibrio entre las dos actividades, pues así ha sido a lo largo de los años “con las VTC tradicionales”: “Cumpliendo la norma y diferenciando el tipo de servicio”.

 

Tampoco los taxistas son ajenos a la transformación de las ciudades y de la nueva movilidad, condicionada por “la humanización de los barrios”, “más espacio para los peatones” y “menos sitio para los vehículos, en donde se incluye el transporte público”. “Debe haber un plan de movilidad conjunto en el que el transporte público colectivo sea un complemento a la actividad del taxi, pues ante los puntos de concentración de personas (eventos o ante la llegada de un tren con 300 viajeros) el transporte público individual no puede dar respuesta a dicha demanda”, matizan desde FEGATAXI. 

 

 

Donde son especialmente críticos es en la “manga ancha” que dicen existir sobre las VTC que incumplen la normativa, amparadas muchas de ellas en “la falta de adaptación de las ordenanzas municipales”. “El taxi está sometido a una regulación estricta tanto en el ámbito municipal como autonómico, mientras las VTC tiene una regulación autonómica sin control por parte de los Concellos”, reprenden, que ven como “un servicio arraigado e identificado, que hace ciudad” como el del taxi hoy cada vez tiene más problemas para competir.

 

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Protestas de taxistas contra las VTC | Foto: RTVE

 

En esa línea, desde FEGATAXI recalcan que “el trato personal y la calidad del servicio” son el sello del colectivo, por el que salen al paso por las declaraciones de Jácome, las cuales no entran a valorar, pero que entienden como el hecho de que muchos taxistas “tienen sus propios clientes”, sin que ello signifique que trabajen para el sector de las VTC. 

 

El sector del taxi del futuro será “moderno”, atendiendo a las transformaciones que ha experimentando ya que “siempre se ha adaptado al momento”. “Aunque seguimos teniendo las centrales para solicitar taxi por las líneas convencionales, hemos integrado dos APP, PIDETAXI y TAXICLICK, para solicitar nuestros servicios de forma inmediata y adaptarnos a las nuevas tecnologías”, reivindican, además de contar con vehículos híbridos, eléctricos y de bajas emisiones, contribuyendo así “a un modelo de movilidad más sostenible”.

 

 

A la expectativa de ver cómo evoluciona el conflicto y la respuesta que dan las ciudades, los taxistas integrados en FEGATAXI no descartan poner en marcha acciones “en defensa de un servicio público de interés general”, pero “siempre con el consenso de todo el colectivo”. Por ahora, la carrera entre taxis y VTC no tiene un ganador claro, pese a las dudas que suscita la competición sobre si están corriendo bajo las mismas reglas.

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