La normativa europea del CO₂ pone en jaque a Stellantis Vigo y a la industria de la automoción, advierte CC.OO.

Esta misma semana arrancó en Brasil la Cumbre del Clima con el desafío de poner a las grandes naciones en el camino de la descarbonización y la rebaja de sus emisiones. A esta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025 (COP30) Europa llega con los deberes hechos, pero dividida en las formas al encontrar voces contrapuestas en torno a los objetivos medioambientales y de reducción de emisiones de CO₂ establecidos por la Unión Europea. Los miembros difieren en la rigidez de las medidas, puesto que pueden tener un efecto negativo sobre algunos sectores, como el de la automoción, clave para la economía gallega y sobre el que pone el foco la Coordinadora de Comisiones Obreras del Grupo Stellantis en España. 

COMPROMISO CON EL CLIMA...Y EL EMPLEO

La Coordinadora emitió una nota con respecto a la reducción de emisiones en donde hace "una reflexión" en torno al "momento decisivo que atraviesa la industria del automóvil en Europa". Desde el sindicato recalcan, en primer lugar, que mantienen un "compromiso firme y sin ambigüedades" en caminar hacia "la descarbonización del transporte y con la transición hacia un modelo productivo más sostenible". 

"Entendemos que la movilidad eléctrica y las tecnologías limpias son el camino necesario para garantizar un futuro medioambientalmente responsable", enfatizan desde la Coordinadora, que no obstante no oculta su temor a que estos cambios se han sin la adecuada "justicia social, sostenibilidad económica y garantías de empleo digno y estable".

"El sector de la automoción es un pilar esencial de la economía española y europea. Detrás de cada fábrica, de cada centro logístico y de cada vehículo, hay miles de trabajadoras y trabajadores que aportan valor, innovación y esfuerzo diario. No podemos permitir que una transición mal planificada ponga en riesgo ese tejido industrial ni el empleo de calidad que sostiene a tantas familias y territorios", reivindican desde CC.OO., al tiempo que recuerdan los "factores geopolíticos, económicos y tecnológicos" que han lastrado al sector en los últimos años, desde la crisis de los microchips hasta las políticas arancelarias, pasando por una caída en la demanda, elementos que han puesto en jauqe la producción de plantas como la de Balaídos, pero también otros centros de Stellantis en toda Europa. 

¿GRAN ACUERDO EUROPEO?

En este contexto, el sindicato estima que no se están haciendo las evaluaciones necesarias para aplicar los cambios en la medida en que no resulten lesivos para el empleo en el sector: "Defendemos que la transición ecológica no puede medirse únicamente en términos de reducción de emisiones, sino también por su impacto sobre el empleo, la cohesión territorial y la estabilidad social". 

"Es imprescindible que las multinacionalesm junto instituciones europeas y los gobiernos nacionales, aborden este proceso con realismo, planificación y diálogo social efectivo con las organizaciones sindicales, garantizando que ningún territorio ni ningún trabajador o trabajadora quede atrás", abundan en su comunicado, en el que reclaman más "mecanismos de flexibilidad y acompañamiento" enmarcados en el compromiso de lograr los objetivos climáticos pactados, en pro de dirigir una transición "que permita consolidar las inversiones industriales, impulsar la innovación tecnológica y asegurar el mantenimiento y la creación de empleo de calidad en nuestro país".

A renglón seguido, el sindicato dice estar alineado tanto con la industria como con la defensa del medioambiente, así como con "los derechos de las personas trabajadoras", por lo que abogan por un "diálogo social" que pueda comprender a todo el sindicalismo europeo que reuna bajo un mismo paraguas "las exigencias ambientales y las realidades productivas".