El 70% de los ejemplares de animales salvajes han desaparecido en el último medio sigo

Las poblaciones de animales silvestre de la Tierra se han desplomado en un promedio del 69% en poco menos de 50 años. Así lo indica el Living Planet Report que la WWF y la Sociedad Zoológica de Londres publican cada dos años.

Si se mira en profundidad, las especies que viven en agua dulce (ríos, lagos,...) son las que han sufrido un mayor descenso en su número de ejemplares desde la década de 1970, cuando se empezaron a recoger estos datos.

¿POR QUÉ SE PIERDE LA BIODIVERSIDAD?

El informe explica que pese a que "la biodiversidad, la variedad de la vida en la Tierra, nos proporciona servicios esenciales para el bienestar humano" como ropa, alimentos y medicinas, la acción del ser humano hace que "la estamos perdiendo a una velocidad alarmante".

La ONG mediambiental y la sociedad zoológica apuntan, como causas, aspectos como el cambio climático (que amenaza especies terrestres y marinas), el impacto de la industria de la alimentación y que "nuestra relación con la naturaleza está rota", entre otras.

En este sentido, Marco Lambertini, director general de WWF Internacional, apunta que "nuestra sociedad se encuentra en la encrucijada más importante de la historia, enfrentándose al desafío de realizar un cambio profundo de lo que ha venido siendo". El italiano, que ocupa el cargo desde 2014, apunta que "quizás la más existencial de todas estas cuestiones es revisar cómo nos relacionamos los seres humanos con la naturaleza".

Aparte del punto de vista de las entidades responsables del Living Planet Report, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) identificó cinco indicadores claves en la pérdida de biodiversidad. Son los cambios en el uso del mar y la tierra, la explotación directa de los organismos, el cambio climático, la contaminación y las especies invasoras.

¿Y LAS SOLUCIONES?

Pero del mismo modo que los expertos hacen una diagnosis de la situación, aseguran también que las soluciones están a nuestro alcance. En este sentido, la ONG mediambiental y la sociedad zoológica afirman que "los últimos estudios muestran que si no hacemos grandes esfuerzos para contrarrestar la pérdida de especies y la degradación del hábitat, seguiremos perdiendo dramáticamente la biodiversidad mundial".

Sin embargo, apuntan que "para lograrlo serán necesarios muchos esfuerzos en conservación y una producción y un consumo más sostenible". Además, sostienen que "ninguna de estas acciones por sí sola es suficiente", sino que es necesario trabajar de forma transversal y a todos los niveles.
 

Si las tres acciones se llevan a cabo a la vez, "veremos que la pérdida de la naturaleza puede ser reversible, y serlo a la velocidad que necesitamos".

En este sentido, WWF y la Sociedad Zoológica de Londres apuntan que "los líderes mundiales tienen una oportunidad de vital importancia para revertir la destrucción de la naturaleza y asegurar un mundo con una naturaleza en positivo, que beneficiará a las personas y al planeta". Dentro de dos meses, en diciembre de este 2022, en la conferencia de biodiversidad de la ONU (COP 15), los líderes mundiales decidirán cuáles van a ser los esfuerzos para recuperar la biodiversidad durante la próxima década. 

La WWF exige a los gobiernos de los grandes estados "que intensifiquen la ambición y propongan un plan integral y basado en la ciencia listo para ser puesto en práctica con urgencia".

EL DERECHO A UN MEDIO AMBIENTE SANO

El cuidado del planeta no únicamente es un derecho abstracto, sino que es algo que ha llegado a entidades como las Naciones Unidas. En 2021, la ONU reconoció el derecho a vivir en un entorno limpio, sano y sostenible como un derecho universal. Por lo tanto, ya no es una opción para los que gobiernan, es una obligación. 

De hecho este tipo de declaraciones de intenciones existen en algunos países del mundo desde hace décadas. Costa Rica, por ejemplo, añadió el derecho a un ambiente sano a su constitución en 1994. En este sentido, las energías renovables ahora suponen el 99% de su mix eléctrico, sus leyes prohíben la minería a cielo abierto y el desarrollo de petróleo y gas y los impuestos al carbono pagan a los Pueblos Indígenas y agricultores para restaurar los bosques, que ya han duplicado su tamaño.