Patronal de la discapacidad intelectual advierte a la Xunta del cierre de centros por bajas ayudas

La paz social en el sector de los servicios sociales de Galicia se resquebraja por momentos. A la creciente tensión por los problemas en la tramitación de las ayudas a la dependencia, se suma ahora un frente de una dureza y origen inusuales. 

La Asociación Empresarial para a Discapacidade Intelectual e do Desenvolvemento de Galicia (AEDIGAL) ha lanzado un ultimátum a la Xunta de Galicia ante lo que califica como una "delicada situación económica" que amenaza con el cierre de centros. La patronal acusa directamente a la Consellería de Política Social de "inacción" a la hora de revisar el precio de las plazas concertadas, un precio que, según denuncian, lleva tiempo sin cubrir los costes reales de la prestación de los servicios.

En una nota de prensa de un tono duro, la organización empresarial alerta de que esta situación pone en jaque la viabilidad de los apoyos esenciales que reciben las personas con discapacidad intelectual y sus familias. AEDIGAL sostiene que la Xunta está vulnerando el principio básico del concierto social, que implica una financiación suficiente para garantizar la calidad y sostenibilidad de la atención. La falta de actualización de las tarifas, sumada a la inflación y al incremento de los costes operativos, ha creado una tormenta perfecta que está llevando a muchas entidades a una situación límite de asfixia financiera.

La patronal no se ha quedado en la mera denuncia y ha anunciado la puesta en marcha de dos líneas de actuación que evidencian la gravedad del momento. Por un lado, ofrecerá asesoramiento técnico especializado a las entidades que se encuentren en una situación cercana a la insolvencia. 

El objetivo, señalan, es "afrontar con garantías los procedimientos necesarios, incluyendo la eventual declaración de concurso de acredores". Este movimiento revela que el riesgo de quiebra no es una hipérbole, sino una posibilidad real y tangible para algunos de los centros que atienden a este colectivo vulnerable.

La segunda medida anunciada es aún más contundente y busca visibilizar el conflicto ante toda la sociedad. AEDIGAL organizará un acto público para realizar una primera entrega de llaves de los centros y residencias a la Xunta de Galicia. 

Este gesto, cargado de simbolismo, pretende ser "un aviso formal a la Administración" sobre el riesgo cierto de cierre si no se adoptan medidas urgentes de financiación. La patronal advierte de que, si no hay una respuesta en un plazo razonable, esta entrega simbólica podría convertirse en una cesión efectiva de la gestión, dejando los centros en manos de la administración autonómica.

Lo excepcional de esta protesta no reside solo en su contundencia, sino en su origen. Las críticas más duras a las políticas sociales del gobierno gallego suelen proceder de los sindicatos, colectivos de usuarios o los partidos de la oposición. Sin embargo, en esta ocasión es la patronal, la organización que representa a los empresarios del sector, la que alza la voz. Este hecho insólito subraya que el problema ha trascendido el debate ideológico para convertirse en una cuestión de pura supervivencia empresarial, poniendo de manifiesto una fractura profunda entre los gestores de los servicios y la administración que los financia.

Este nuevo frente se suma al malestar ya existente en el llamado "cuarto sector". Ayer se ha presentado una plataforma de afectados que denuncia los enormes retrasos y los problemas burocráticos en la tramitación de las ayudas de la ley de dependencia. Las quejas de las familias se centran en la lentitud para la valoración del grado de dependencia y para la asignación del Programa Individual de Atención (PIA), lo que deja a miles de personas en un limbo, esperando durante meses o incluso años por unos recursos que les han sido reconocidos por ley. La nueva plataforma 'Por unha atención Digna á Dependencia' alerta que más de 55 murieron en 2025 sin ayudas.
 

La situación descrita por AEDIGAL no es nueva. La asociación recuerda que el pasado 5 de septiembre, la Federación FADEMGA Plena Inclusión Galicia ya había manifestado su "fonda preocupación" por la misma problemática. FADEMGA alertó entonces de que la falta de actualización de los conciertos ponía en riesgo la continuidad de servicios básicos. Aquella federación solicitó formalmente una reunión con el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, para trasladarle de primera mano la gravedad de la situación y la necesidad de compromisos concretos. No hay noticia de que tal reunión se produjese.

Ante este escenario de máxima tensión, AEDIGAL apela finalmente a la "responsabilidad institucional" y urge a un diálogo inmediato con la Xunta para encontrar soluciones que eviten la desaparición de servicios que son esenciales para miles de familias gallegas. ¿Quién se hará cargo de los usuarios si los centros finalmente se ven obligados a cerrar sus puertas?

AEDIGAL, la Asociación Empresarial para a Discapacidade Intelectual e do Desenvolvemento de Galicia, es una patronal que agrupa a diversas entidades y asociaciones sin ánimo de lucro del sector. No es una asociación de personas individuales, sino de organizaciones que prestan servicios a personas con discapacidad intelectual. Según los datos de su constitución y los que aparecen en su web, tinen unas 29 entidades que son miembros. 

Estos son algunos de sus miembros, ASPANAS (Ourense), ASPADISI (Carballiño), ASFAVAL (O Barco), PRODEME (Monforte), AGASFRA (Vigo), SPECIAL OLYMPICS (Santiago), FUND. BARCALA (Negreira), ASPAS (Santiago), APADER (Cedeira), ASPANAEX (Vigo), ASPAVI (Pazos de Borbén), ASPRONAGA (A Coruña), ASOCIACIÓN CAMIÑA (Burela), RAIOLAS LUGO (Lugo), JUAN XXIII (Pontevedra), ASPANANE (Viveiro), ASPNAIS (Lugo), FADEMGA PLENA INCLUSIÓN (Santiago), PROD. CARNE DA RIBEIRA SACRA (Monforte), ASPAS EMPREGO (Santiago), CENTRO SAN VICENTE DE PAUL (Lugo), Nª SRA DE CHAMORRO (Nerón), SERVICIOS LAMASTELLE S.L (Oleiros), FUNDACIÓN EU SON (Burela), PAI MENNI (Betanzos), ASOCIACIÓN BURGAS (Barbadás), CON ELES (Vilagarcía), ASDEME (Chantada), ASPADEZA (Lalín).