Menús en residencias de mayores: una lucha diaria sin horizonte
Las residencias del Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar siguen llevándose malas notas en la evaluación de sus menús por parte de los usuarios. De esta forma, y a pesar de contar con cocinas propias, la comida que se sirve es comida de cátering para ser reconstituidos en hornos de las propias residencias. Además, las y los trabajadores de estos centros insisten en la necesidad de contratar más personal ante la acumulación de carga de trabajo.
La realidad actual de las residencias gallegas es, para muchos usuarios y personas trabajadoras, pasa por imperativo abordaje en varios frentes. En primer lugar, la recuperación de las cocinas propias se presenta como una demanda histórica para abandonar el modelo de catering externo. Asimismo, es fundamental una atención nutricional personalizada, se quiere tener en cuenta las valoraciones genéricas por informes específicos que atiendan a las patologías individuales de cada mayor. Finalmente, la especialización y estabilidad de las plantillas, junto con el aumento de personal en áreas críticas como enfermería y fisioterapia. Estos son los pilares necesarios para garantizar un servicio que no solo cuide, sino que dignifique la etapa de la vejez.
MENÚS: DIFERENCIAS CONSORCIO-XUNTA
La calidad de lo que llega al plato de los residentes varía drásticamente según la titularidad del centro. De esta forma, en las residencias bajo competencia de la Xunta, se dispone de cocina propia y personal especializado (jefes de cocina y cocineros). Esta diferencia es la que permite elaborar menús diarios de alta calidad. Durante las fechas de Navidad, estos centros realizan un esfuerzo especial sirviendo platos como cordero o pescados, intentando que sean productos de proximidad.
Por el contrario, en los centros del Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar y en grandes corporaciones privadas como Domus Vi o Emera, predomina el servicio de catering externo. Estos menús llegan "engramados", precocinados, en ocasiones congelados o presurizados, y simplemente se reconstituyen en hornos especiales. Esta opción se ha ganado la denuncia de que algunos menús diarios tienen un coste ínfimo, en torno a un euro o poco más, lo que compromete gravemente la calidad.
Por otra parte, los usuarios de centros como el de Ortigueira califican la cena de Navidad como una "chuchería de niño". Según usuarios consultados, este menú consiste en turrón o platos sencillos como sardinillas, muy lejos de ser una comida extraordinaria.
La insatisfacción ha saltado de los comedores a las instituciones. En centros como Ortigueira, los residentes valoran la comida con un 5,5 sobre 10, raramente se alcanza el seis. Algunos usuarios denuncian que se ha detectado que muchos compañeros y compañeras pierden peso de forma alarmante durante los primeros meses de estancia. Según los propios usuarios, las empresas suelen atribuir a la "adaptación" la pérdida de peso. Aun así, no son pocos los familiares que vinculan a la falta de proteínas y nutrientes esenciales la bajada de peso.
Las denuncias sobre la precariedad en residencias del Consorcio es tal, que en algunas residencias privadas se permite a los usuarios tener frigoríficos en sus habitaciones, todo para "sobrealimentarse" por su cuenta al no estar satisfechos con el menú servido.
Por todo esto, los afectados han llevado sus quejas al Valedor do Pobo, al Parlamento de Galicia y han realizado concentraciones sociales. A pesar de ello, denuncian que las instituciones a menudo ignoran la documentación presentada alegando "falta de pruebas".
TRABAJADORAS
El personal que atiende a las personas usuarias también enfrenta un panorama de incertidumbre y cambios estructurales. El personal del Consorcio, que durante años estuvo en una situación de "fraude de ley" debido a la concatenación de contratos temporales, se encuentra actualmente en un proceso de estabilización y funcionarización para integrarse plenamente en la Xunta de Galicia.
Otro punto más acuciante es la falta generalizada de personal especializado, sobre todo enfermeras y fisioterapeutas, lo que sobrecarga al resto de la plantilla. Y, ante la falta de personal en las listas ordinarias, se está recurriendo a la contratación de trabajadores directamente desde las listas del INEM, tal como aseguran fuentes del CSIF. En muchos casos, se trata de personal temporal sin cualificación específica ni experiencia previa en el sector sociosanitario, lo que repercute en la calidad de la atención que se da a los y las usuarias.
En estos momentos, la situación en cuanto a calidad en el servicio de cátering parece no haber variado. En algunos casos, los usuarios de centros que fueron especialmente señalados (Casa de A Pontenova), han optado por pedir traslado a otras residencias el cual les ha sido concedido en un breve período de tiempo, “tan solo dos días”.
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