No hubo tamayazo: ¡Es su turno, señor Sánchez!

“2. El candidato propuesto conforme a lo previsto (...) expondrá delante del Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretende formar y solicitará la confianza de la Cámara.
3. Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgara su confianza a dicho candidato, el Rey lo nombrará Presidente. De no obtenerse la dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviese la mayoría simple.
4. Si hechas las citadas votaciones no se otorgara la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista...” (C.E. Artículo 99)

Se cumplió el guion previsto y no hubo tamayazo, por lo que las derechas extremas (PP/VOX) no consiguieron que su candidato, el señor Núñez Feijoó, fuese investido presidente por el Congreso de los Diputados. No lo consiguieron porque, a pesar de sus esfuerzos, no contaron con los votos suficientes. Esfuerzos que se dirigieron fundamentalmente en dos direcciones: una, la de intentar convencer al PNV y/o a JxCat de que bien apoyasen la investidura bien se abstuviesen (recordar que en la segunda votación solo se precisa la mayoría simple), otra, la de conseguir (como había sucedido en la Asamblea de Madrid el 30 de junio del 2003) que parlamentarios del PSOE y/o de Sumar, traicionasen a sus organizaciones y a su electorado no votando negativamente la investidura. Esfuerzos que resultarían baldíos y que no pudiendo así evitar el fracaso.

Un fracaso que resulta no la causa de las razones esgrimidas por la candidato (“no estoy dispuesto a pagar los precios que exigen los independentistas catalanes y aceptar una ley de amnistía”) sino por que los soberanistas vascos y catalanes (incluso los de derechas: PNV y JxCat) le negaron los votos como rechazo a su alianza con la extrema derecha (“para añadir nuestros votos, tendría que restar primero los 33 de VOX”: Aitor Esteban, portavoz del PNV). Un fracaso que tiene como base democrática que esta derecha extrema (PP/Vox) no dispone de una mayoría parlamentaria (172 diputados de un total de 350) ni tampoco social (31,75% de los votos en las últimas elecciones generales) que la apoye. Una falta de apoyo que deriva de unos modos y unas estrategias políticas que provocan un amplio repudio político y social.

En relación a las estrategias resulta indiscutible que su alianza con la extrema derecha franquista (Vox) les lleva a mantener una oposición frontal (auténtica confrontación) con las fuerzas soberanistas, lo que supone que la alianza con estas, imprescindible para alcanzar una mayoría parlamentaria, sea inviable. Una realidad que también pone en evidencia como mientras las derechas extremas no asuman la realidad de una España muy plural tendrán muy, muy difícil alcanzar la presidencia del Gobierno de España.
 

Con respeto a los modos cabe lamentar que las derechas sociales españolas no apuesten definitivamente por unos lideres y unos dirigentes políticos auténtica y sinceramente demócratas que, como tales además de utilizar formas políticas democráticas, respeten al resto de las fuerzas y no abandonen nunca la senda democrática. El comportamiento político del señor Núñez Feijóo y de la mayoría de su equipo, propio de una taberna, confirma esta carencia que, por otra parte, resta más que suma aliados, como pudimos comprobar en el debate de investidura (“¿Es de un partido de Estado lanzar arengas contra la mitad de la población de tu país?”. Aitor Esteban portavoz del PNV).

Unos apuntes finales sobre las fuerzas soberanistas catalanas sacados de la realidad actual: 1. Ni el estado español es la antigua URSS ni Cataluña es una república báltica. 2. En las últimas elecciones generales (23J) las fuerzas independentistas solo sacaron el 30,12% de los votos catalanes. Y 3. Tanto ERC como JxCat sufrieron una muy importante pérdida de votos: 500.000 en conjunto (cerca de un 40%). No tener en cuenta estas realidades las llevará a nuevos fracasos políticos. No por casualidad, cada día que pasa, el señor Salvador Illa (PSC) está mas cerca de ser el próximo Presidente de la Generalitat.

Volviendo a la investidura, señalar de nuevo que no hubo tamayazo: ¡Es su turno, señor Sánchez!