Los efectos de los discursos de odio

Si la Seguridad Social española presenta ahora un importante superávit es gracias a las aportaciones de los trabajadores inmigrantes

Las imágenes que estos días nos llegaron de una playa de Granada, en la costa de Castell de Ferro, donde los “bañistas” persiguen a unos inmigrantes que habían llegado en una embarcación -en la que con seguridad se jugaron la vida- resultan especialmente preocupantes tanto por el hecho en sí mismo cómo por lo que tienen de “aviso”. Unas imágenes que también deberían hacer reflexionar a los dirigentes políticos (PP/Vox) y las élites mediáticas amigas que utilizan a la inmigración para atacar al gobierno español (PSOE/Sumar) y criminalizar a los inmigrantes con argumentos que no resisten el más mínimo análisis.

¿Qué ha pasado para que un sector de la ciudadanía de España haya cambiado tan radicalmente  y en tan poco tiempo su actitud con respecto a inmigración?. No están lejanas las fotos de ciudadanos españoles acogiendo amistosamente a estos inmigrantes que huyen de las guerras, la violencia, el hambre y la miseria que asolan a muchos países africanos. Porque basta con informarse del que está pasando tanto en el Norte de África como, por caso, en la región del Sahel para entender el porqué de esta marea inmigratoria. 

Tampoco estaría de más que, en el caso de Andalucía, estos ciudadanos vean los campos e invernaderos donde se cultivan frutas y hortalizas para ver quién son los trabajadores inmigrantes quien, en una condiciones casi de esclavismo, recogen los frutos realizando trabajos que muchos nativos no quieren bien por su dureza bien por la precariedad de las condiciones laborales. Tampoco deben perder de vista que , por ejemplo, si la Seguridad Social española presenta ahora un importante superávit es gracias a las aportaciones de los trabajadores inmigrantes.

Sí los bañistas que persiguieron a estos inmigrantes son los principales responsables de un acto de tal deshumanización no menos responsabilidad tienen las élites políticas y mediáticas de las derechas extremas (PP/Vox) que vienen sembrando un discurso de odio contra los inmigrantes. Una élite política y mediática que, en su paranoia antigubernamental, no tienen problemas para utilizar todo tipo de argumentos falsos y tendenciosos con la esperanza de derribar al legítimo gobierno (PSOE/Sumar). Una estrategia que alimenta un discurso de odio, que tensiona la sociedad, persigue al diferente y debilita una democracia que costó mucho conseguir. 
 

Volviendo a esos ciudadanos que nos abochornan persiguiendo inmigrantes no sobra recordarles que no hace muchas décadas muchos/as ciudadanos andaluces, así como gallegos, extremeños, castellanos.... tuvieron que emigrar a países europeos, y latinoamericanos, “para ver de ganarlo”, y en la mayoría de los casos no recibieron el trato que ahora les quieren dar a los que inmigran.
 

Pero a quién más hay que responsabilizar de estos actos vandálicos e inhumanos es a las élites citadas por sembrar odios con sus infames discursos. Unas élites cuyos líderes políticos (Feijoo, Abascal, Bonilla, Guardiola, Mañueco) dan sobradas muestras de un gran déficit de espíritu democrático y de formación cívica.