¿Tiene la misma pena hacer rimas contra Juan Carlos I que apalear una piñata de Pedro Sánchez?
Los precedentes en España pueden marcar el futuro de los manifestantes que en Ferraz colgaron el pasado 31 de diciembre un monigote que representaba a Pedro Sánchez. Algunos de los allí congregados golpearon al muñeco y cantaron proclamas contra Sánchez. Podrían ser juzgados por un delito de incitación al odio.
La posibilidad de que puedan ser o no condenados dependerá de que la Justicia valore si es, como defienden los organizadores de la protesta, una forma de libertad de expresión.
La condena al rapero Valtònyc fue un caso especialmente paradigmático donde la libertad de expresión no evitó su condena a más de 3 años de prisión. No obstante, en otros episodios, como en la quema de fotos de Juan Carlos I, no se apreció delito de odio.
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