Ourense arde por los cuatro costados con riesgo para las casas en Chandrexa y Vilardevós
Hay por lo menos siete incendios de notable tamaño activos en Galicia, la mayoría concentrados en la provincia de Ourense. El más extenso es el de Chandrexa de Queixa, que ya ha calcinado unas 3.000 hectáreas en una zona de alta montaña y de muy difícil acceso, lo que complica las labores de extinción pese al amplio despliegue de medios aéreos y terrestres. En Vilariño de Conso sigue activo otro incendio con unas 180 hectáreas afectadas y evolución favorable. En Maceda, un fuego que ha quemado alrededor de 450 hectáreas permanece estabilizado tras haber obligado a activar en su momento la Situación 2 por riesgo a viviendas en A Teixeira. En Vilardevós, las llamas han alcanzado unas 20 hectáreas y también motivaron la activación preventiva de la Situación 2, ya desactivada. En Montederramo, el incendio iniciado en la parroquia de Paredes supera las 70 hectáreas, mientras que en Verín, en la parroquia de Mourazos, el fuego ha quemado unas 15 hectáreas tras haber estado próximo al núcleo de Tamagos. Además, en la provincia de A Coruña, el incendio estabilizado de Monfero, en la parroquia de Queixeiro, ligado al Parque Natural de As Fragas do Eume, ha calcinado unas 5 hectáreas y ya no supone riesgo para la población. Hay fuegos por ahora de menor entidad en Cartelle, Outomuro, A Estrada y Verín.
Los incendios forestales que continúan activos en el Macizo Central de Ourense mantienen en alerta a las autoridades y a la población debido a la vasta superficie afectada y a las dificultades que enfrentan los equipos de extinción para controlar las llamas. En conjunto, los incendios de Chandrexa de Queixa, Maceda, Vilariño de Conso y Montederramo han calcinado aproximadamente 3.700 hectáreas de terreno, una superficie que supera ampliamente la extensión de espacios naturales reconocidos como la Illa de Arousa.
El incendio más grave y complejo es el de Chandrexa de Queixa, que desde su inicio el pasado viernes a las 15:51 horas ha quemado alrededor de 3.000 hectáreas y permanece fuera de control.
Este fuego es el mayor registrado en Galicia durante 2025 y afecta a una zona del Macizo Central situada a más de 1.500 metros de altitud, con condiciones orográficas y meteorológicas extremadamente adversas. La dificultad de acceso para los equipos de extinción es notable, ya que se trata de un terreno abrupto y escarpado, donde el viento y las altas temperaturas elevan la virulencia del fuego.
Los medios aéreos —doce helicópteros y catorce aviones— han sido esenciales para abordar la lucha contra el fuego en puntos inaccesibles para los equipos terrestres, aunque su efectividad está limitada en ciertos sectores debido a la orografía y la intensidad del viento. Pese a los esfuerzos, las llamas avanzan sin control. Requeixo, Vilar e Zamorela, en el concello de Chandreixa de Queixa, acaban de entrar en situación 2, lo que quiere decir que hay riesgo para las casas.
En paralelo, otros incendios en la misma área, como los de Vilariño de Conso, con una superficie afectada que alcanza las 180 hectáreas y que evoluciona favorablemente, el de Montederramo, que supera las 70 hectáreas y aunque no ha afectado aún al abedular próximo se mantiene vigilado, y el de Maceda, que ha quemado más de 450 hectáreas y se encuentra estabilizado tras desalojar viviendas en la zona de A Teixeira, complican aún más la situación en la provincia de Ourense. En Maceda, el fuego comenzó con varios focos simultáneos, lo que apunta a una posible intencionalidad, según informan las autoridades.
La Xunta de Galicia ha movilizado un operativo compuesto por más de 14 técnicos, 46 agentes, 75 brigadas, 36 motobombas, siete palas, seis unidades técnicas de apoyo, 12 helicópteros y 14 aviones para hacer frente a estos incendios. Además, el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) ha desplegado brigadas helitransportadas de alto nivel, desplazando efectivos de distintas provincias para reforzar el combate contra las llamas. Entre estos recursos, destacan las brigadas tipo 1 de La Iglesuela, Laza y Tabuyo del Monte, y la utilización de grandes palas (bulldozers) para crear cortafuegos y controlar la propagación en el terreno más inaccesible.
La conselleira do Medio Rural, María José Gómez, ha mantenido un discurso de alerta y prudencia, subrayando que la meteorología adversa —con temperaturas elevadas y fuertes vientos— y la alta actividad incendiaria han convertido a Ourense en la zona con mayor gravedad de incendios en Galicia durante las últimas dos semanas. Gómez ha insistido en que ninguno de los incendios activos representa peligro directo para la población, aunque en algunas zonas como Vilardevós se ha activado la Situación 2 por la proximidad de las llamas a núcleos habitados, particularmente a las aldeas de A Silva y San Paio, en el Concello de Riós. La alcaldesa de Vilardevós ha asegurado en todo momento que no existe peligro para sus vecinos y que el incendio está siendo contenido y frenado. Se da la circunstancia que este fuego había sido declarado extinguido hace unos días, pero se ha reactivado, como sucedió con otros fuegos forestales estos días.
El fuego en Vilardevós se declaró el lunes a las 16:05 horas y afectó inicialmente unas 20 hectáreas, movilizando a técnicos, agentes, brigadas, motobombas, palas, helicópteros y aviones. En otros focos, como el de Verín, también en Ourense, el incendio ha afectado unas 15 hectáreas y la Situación 2 de emergencia ya ha sido desactivada tras su estabilización.
Esta amplia movilización de medios refleja la magnitud que han adquirido los incendios en el interior gallego este verano, con una superficie total quemada en Galicia durante la campaña estival que supera las 5.000 hectáreas, más del doble de lo ocurrido durante el año anterior en toda la comunidad. La mayoría en el este de Ourense, zona cero de las sucesivas olas de todos los veranos.
Además de la gravedad territorial, el balance humano incluye heridos entre el personal que trabaja en la extinción. Un brigadista sufrió quemaduras por radiación mientras operaba en el incendio de Maceda, aunque ya ha sido dado de alta tras recibir atención médica.
Destaca también la importancia del impacto ambiental en espacios naturales emblemáticos. El incendio forestal en el Parque Natural de las Fragas do Eume, en la parroquia de Queixeiro (Monfero, A Coruña), fue estabilizado tras afectar unas cinco hectáreas, y se han controlado fuegos de envergadura en municipios de Lugo, como el de A Fonsagrada que arrasó 150 hectáreas, y otros puntos de Ourense como Padrenda, donde llevaban bajo control unas 40 hectáreas quemadas.
Los equipos de extinción continúan trabajando sin descanso para intentar frenar la propagación de los incendios, pero se enfrentan a la dificultad añadida de una meteorología poco favorable, con pronósticos de temperaturas muy elevadas y vientos cambiantes para los días próximos. La Xunta ha pedido extremar la precaución y ha reiterado el llamado a la ciudadanía para que reporten cualquier indicio de fuego marcando el número gratuito 085.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha expresado su condena a los autores de los incendios y ha enfatizado la continuidad en las investigaciones y detenciones para perseguir a quienes provocan estos fuegos. La consellería de Medio Rural mantiene una vigilancia estrecha y reforzada, en un momento crítico en el que la suma del cambio climático, la sequía y las altas temperaturas hacen que Galicia viva una temporada especialmente dura en cuanto a incendios se refiere.
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