#Claves de la semana

"Me ha picado una medusa, ¿qué debo hacer?" Quirónsalud responde a todas tus dudas

En verano son habituales las picaduras de medusa a nadadores inocentes o curiosos incautos que se las encuentran en la orilla y, creyendo que son inofensivas, reciben una picadura.

 


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En verano son habituales las picaduras de medusa a nadadores inocentes o curiosos incautos que se las encuentran en la orilla y, creyendo que son inofensivas, reciben una picadura.

 

Quirónsalud enumera las recomendaciones para tratar una picadura de medusa, a la que nunca hay que tratar con agua dulce, o acudir al médico si la picadura es de gravedad.

 

Medusa
Medusa

 

Solo aquellos a los que nos ha picado una medusa sabemos que es un animal que siempre pica dos veces: una cuando te pica, sea donde sea; la otra en la mano, cuando reaccionas instintivamente a la picadura y tratas de apartarla. Un error que se comete de forma inevitable y desesperada, porque nadie espera estar nadando en el mar tranquilamente y recibir una descarga que puede convertirse en un verdadero problema si desconocemos sus efectos. Por eso, desde Quirónsalud quieren acercar toda la información posible para que este verano sepamos reaccionar en una situación así. 

 

Desde la firma sanitaria advierten que este es un problema "relativamente frecuente". "Sus tentáculos, causantes de las picaduras, están formados por miles de aguijones punzantes microscópicos que liberan veneno, inyectándolo en la piel. A pesar de que las picaduras suelen ser causadas de manera accidental al pisar o manipular una medusa, es importante tomar precauciones, ya que pueden llegar a afectar de manera grave", recomiendan.

 

NO TOCARLAS NI EN EL MAR NI EN LA ARENA

No obstante, aunque pueden darse casos graves, el alcance de la picadura varía según el tamaño del animal, nuestra salud, el tiempo de contacto con el aguijón o el tamaño de la superficie afectada. Además, dependiendo de si el veneno llega a los vasos sanguíneos o si se queda en la piel, la dimensión varía. 

 

"Entre los síntomas más frecuentes se encuentran dolor, ardor, marcas rojas o moradas en la piel, ampollas, picazón, hinchazón o dolor pulsátil. En ocasiones en las que estos síntomas son más graves, pueden llegar a provocar dolor de cabeza, náuseas o vómitos, dolores o espasmos musculares, desmayos, debilidad y desorientación, dificultad al respirar o tragar y problemas cardíacos", reflejan los expertos, que recomiendan seguir siempre las indicaciones de la zona de baño si se han detectado medusas en el entorno. Tampoco tocarlas si están en la arena, aunque puedan parecer inofensivas. 

 

TRATAMIENTO Y TIPOS

En cuanto a los tratamientos, existe una amplia variedad, pero las autoridades sanitarias indica que "es importante no frotar la zona para evitar extender la infección ni tocar los tentáculos, en el caso de que siguieran estando en la piel deben arrancarse con unas pinzas".

 

"Tampoco debe lavarse nunca la herida con agua dulce, pues puede provocar la activación de los aguijones; en su lugar es recomendable enjuagar la picadura con vinagre, ya que puede evitar que estos liberen más veneno. Por otro lado, puede aplicarse hielo, siempre que no entre en contacto directamente con la piel ya que se trata de agua dulce, o sumergir la superficie de piel afectada en agua caliente. Para los casos más complicados, es necesario acudir a un médico para aplicar el tratamiento más conveniente, sea un medicamento oral o la atención de urgencia en los casos más severos".

 

Por otro lado, y si bien en España no existen razas de medusa cuya picadura puede ser mortal, Quirónsalud recoge en un listado los tipos más habituales:
 

  • Carabela Portuguesa: más común en las costas del Atlántico y el cantábrico, este animal, que puede llegar a medir 30 centímetros de largo, se caracteriza por su cuerpo violáceo lleno de gas, que flota en el mar como si de una bolsa de plástico se tratara. Es una especie de peligrosidad elevada por su veneno, aunque no llega a causar ser mortal.
     
  • Medusa fluorescente: de color rosado y con la capacidad de brillar en la oscuridad, esta medusa cuenta con unos tentáculos que pueden medir hasta 25 centímetros y que liberan un veneno que las posiciona como una de las especies más venenosas del litoral español.
     
  • Aguamala: con una campana blanca con bordes azulados y 8 tentáculos, es conocida por ser una de las medusas más grandes que habitan el Mediterráneo. Si bien no posee un veneno mortal, puede provocar serias inflamaciones en la piel, incluso aunque el contacto no haya sido directo.
     
  • Medusa "huevo frito": recibe este nombre por el peculiar formato de su cuerpo, aplanado y amarillento con un centro protuberante anaranjado. Común en el Mediterráneo, esta especie de pequeño tamaño cuenta con una peligrosidad baja, pues a excepción de reacciones alérgicas, causa irritación y picores en la piel.

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