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El avance no es tanto por la eficacia del medicamento, que no llega al 30% de los casos y solo en pacientes que sufren las primeras fases. Con todo, rompe una racha de fracasos científicos y abre las puertas a soluciones más eficaces.
Un estudio de la University College de Londres ha descubierto un fármaco que podría retrasar el deterioro cognitivo en pacientes con etapas tempranas de Alzheimer. Estos resultados dan luz a un problema que afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo, y deja abierta la puerta a que pueda tratarse con este medicamento.
“Este es el primer fármaco que proporciona una opción de tratamiento real para los pacientes de Alzheimer”, dijo Bart De Strooper, director del Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido en el University College London, y añadió que “si bien los beneficios clínicos parecen algo limitados, se puede esperar que se vuelvan más evidentes con el tiempo”.
El fármaco en cuestión se llama lecanemab, y es una terapia de anticuerpos que elimina las proteínas "beta amiloide" que se acumulan en el cerebro y que son en parte los responsables del desarrollo de esta enfermedad. Los desarrolladores de este fármaco, Biogen en los EE. UU. y Eisai en Japón, anunciaron los resultados del ensayo clínico en casi 1800 pacientes en septiembre, pero no fue hasta este martes cuando se hicieron públicos los datos completos de la investigación.
Este medicamento consiguió reducir la disminución de las habilidades mentales generales de los pacientes en un 27 % durante 18 meses, un resultado modesto pero significativo. “Creo que confirma una nueva era de modificación de la enfermedad de Alzheimer. Una era que llega después de más de 20 años de arduo trabajo en inmunoterapias anti-amiloide, por muchas, muchas personas y muchas decepciones en el camino”, dijo Nick Fox, profesor de neurología clínica y director del Centro de Investigación de Demencia en UCL.
No obstante, existen una serie de problemas que podrían dificultar la popularización de este fármaco: su precio (entre 10.000 y 30.000 libras por paciente al año) y su efecto moderado. Además, también hay que destacar que se han producido dos muertes como consecuencia de este estudio.
El objetivo de las empresas es que este tratamiento pueda comercializarse a partir de enero de 2023 en Estados Unidos.
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