Disfagia: síntomas a los que debemos estar atentos y causas posibles, por ejemplo, los ictus
La disfagia, una condición que afecta la capacidad de tragar, puede tener un origen tanto estructural como funcional. De acuerdo con especialistas del Servicio de Logopedia de la Unidad de Neuro-rehabilitación del Hospital Quirónsalud Miguel Domínguez, las causas estructurales incluyen tumores en la cabeza, cuello y esófago, mientras que las funcionales están relacionadas con enfermedades metabólicas, endocrinas, autoinmunes y neurológicas.
Los expertos subrayan la importancia de un diagnóstico temprano para evitar complicaciones respiratorias y alimentarias. La logopeda Adriana Iglesias, del Hospital Quirónsalud Miguel Domínguez, advierte que la disfagia se manifiesta a través de dificultades para tragar tanto sólidos como líquidos, e incluso saliva. Además, síntomas como tos durante o después de las comidas, una voz húmeda o la sensación de bloqueo del alimento en la garganta o el pecho pueden ser indicativos de la enfermedad.
Para abordar la disfagia, se recomienda un tratamiento personalizado, que incluye ejercicios rehabilitadores y adaptaciones en la dieta. "El tratamiento debe centrarse en mejorar la movilidad y la fuerza de la musculatura implicada en la deglución", explicó Iglesias, quien también destacó la importancia de utilizar texturizadores o espesantes para modificar la consistencia de los alimentos.
En España, esta patología afecta a aproximadamente el 3% de la población, según datos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Sin embargo, este porcentaje aumenta notablemente entre las personas mayores, con una prevalencia estimada de entre el 10% y el 30% en individuos de más de 65 años. El Servicio de Logopedia del Hospital Quirónsalud Miguel Domínguez, con más de dos décadas de experiencia, ha observado una alta prevalencia de disfagia en pacientes que han sufrido daño cerebral adquirido, como aquellos que han experimentado un ictus o un traumatismo craneoencefálico.
Iglesias enfatizó, además, la relevancia de educar a los cuidadores y familiares del paciente para garantizar un seguimiento adecuado del tratamiento y prevenir complicaciones adicionales. "Es fundamental que el entorno del paciente esté bien informado para asegurar la correcta aplicación de las pautas recomendadas", señaló.
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