Crisis en el Hospital da Mariña: “222 enfermos esperan 3 meses a ver a un internista en Galicia y todos están aquí"
El Hospital de Burela se encuentra en una profunda crisis por la falta de personal, que ha llevado a los propios sanitarios a protestar delante del centro de manera ininterrumpida durante las últimas cuatro semanas. Galiciapress charla con la doctora de Medicina Interna Raquel Gómez, que desgrana la situación en este hospital donde las listas de espera son larguísimas y en donde hay que derivar constantemente a enfermos al HULA por orden de la dirección ante la falta de personal en planta.
Otro día más -y van unos cuantos- Raquel Gómez se concentra con otros compañeros sanitarios a las puertas del Hospital de Burela. A las concentraciones en A Mariña se han ido sumando también usuarios que, cansados de las listas de espera y de los viajes de hora y pico a Lugo, demandan una mejora atención sanitaria y una inversión mayor sobre este hospital. “Algunos vienen todos los días a apoyarnos”, celebra Gómez, que hace una valoración “muy positiva” de estas protestas que cumplen ya su primer mes de manera continuada.
La crisis en el hospital mariñano no es nueva, pero es límite. La situación es cada vez peor y son los propios sanitarios, no centrales sindicales ni plataformas, los que se han organizado para ir a la guerra mientras tratan de mantener el servicio en pie. “Es un apoyo de prácticamente todo el personal porque parte del personal, de nuestra frustración a múltiples niveles al ver la incapacidad que existe en el centro para dar una atención apropiada a los enfermos”, recalca Gómez.
Afortunadamente, en Burela pudieron sobrellevar bien el apagón del lunes y todo funcionó correctamente, aunque el servicio “fue un poco caótico”, sobre todo por la caída de los sistemas informáticos y la dependencia de los sanitarios para acceder a los historiales o tratamientos de los pacientes. “La luz aquí volvió sobre las 17:30 horas, por lo que durante la tarde pudimos recuperar la normalidad”, indican.
UNA “CARRETAXE” DIARIA
Para lo que suele ser el Hospital da Mariña, el del lunes fue un día tranquilo, teniendo en cuenta que este es un hospital que se puede radiografiar por sus listas de espera: de los 366 gallegos que llevan más de un año esperando por una cita con el cardiólogo, 363 están en A Mariña -los otros tres restantes en Lugo-. La de cardiología es una de las áreas donde faltan especialistas, pero también en urología o en medicina interna, área a la que pertenece Gómez y desde donde en más de una ocasión han advertido encontrarse al borde del colapso.
“De manera prolongada vivimos periodos en los que las plantillas están a menos del 50%. Esto se traduce en que para dar atención a los pacientes agudos tenemos que cerrar consultas que no funcionan durante semanas, y cuando funcionan lo hacen a medio gas. La atención ambulatoria está completamente caída y la atención a los pacientes agudos fluctúa en función de cuántos facultativos hay activos cada día”, relata Gómez.
La consecuencia directa son las derivaciones de pacientes al centro de referencia, el Hospital Universitario Lucus Augusti, pese a que existen camas libres en Burela. “En los últimos meses las derivaciones fueron constantes y masivas. Si no hay médicos para atenderlos en planta se tienen que trasladar”, reconocen desde el hospital, donde solo se quedan aquellos que no pueden ser trasladados o que directamente rechazan irse a Lugo por la cuestión que sea.
“Hay días en los que hay que trasladarlos a todos porque en planta somos pocos y los ratios se cubren y se sobrepasan. Llevamos años trabajando con ratios por encima de lo permitido. Vemos a muchos más pacientes de los que deberíamos ver para asegurar una atención óptima”, lamenta Gómez, que asegura que desde el personal sanitario “hacemos lo que podemos”.
La “carretaxe” de pacientes al HULA en escenarios que en Burela definieron como “propios de una guerra”, no es ni mucho menos un hecho aislado y puntual: “Es todos los días”. “Es una orden para el traslado porque no hay médicos suficientes. Es una situación diaria ya no solo a nivel de hospitalización, sino también para pacientes ambulatorios, trasladando a pacientes para consultas o pruebas que podrían hacerse en este mismo centro si hubiese suficientes especialistas”, denuncia, lo que ha provocado, por ejemplo, que en el hospital de la ciudad amurallada hoy tengan que realizar jornadas extraordinarias para poder realizar endoscopias.
“Esto tiene una gran repercusión que afecta a diagnósticos como el cáncer y otras patologías importante. Tiene una relevancia pronóstica muy importante en el enfermo por el tiempo que pasa desde el diagnóstico hasta el tratamiento, porque puede variar el pronóstico vital. Estamos jugando con la vida de las personas y hay que ser sensatos”, insiste Gómez.
“NO HAY UNA DISTRIBUCIÓN EQUITATIVA”
La preguntan que se harán muchos es por qué motivo hay tantas dificultades para contratar a personal sanitario para el hospital mariñano. Se trata de una dificultad que, aparentemente, están encontrando todos los centros del SERGAS, y la plantilla reflexiona sobre ello, considerando que sus problemas son fruto de “una muy mala gestión a lo largo del tiempo”.
“No es algo que ocurriese en tres meses, es el resultado de plantillas deficitarias. No hay médicos para contratar por una mala planificación de las tasas de reposición durante años. Tenían que prever que se iban a jubilar muchos médicos y que la planificación a medio y largo plazo debía ser otra”, reiteran.
Sobre esto, Gómez condiciona también las carencias a las “condiciones precarias” que se vienen proponiendo a los sanitarios desde hace años, incentivando así la fuga de talento a otros países o a la sanidad privada. Al tiempo, menciona que las plantillas en el caso de A Mariña “están infradotadas” por la particularidad poblacional que se da en este territorio.
“Es una población de más de 70.000 habitantes y las plantillas están dotas para una población menor, pero es que encima no se tiene en cuenta la cantidad de personas que no están censadas pero que tienen aquí su segunda vivienda ni los muchos que eligen A Mariña como destino vacacional”, razona.
“No hay una distribución equitativa de recursos”, reprocha Gómez, entendiendo que “puede haber una dificultad para contratar, pero es de justicia que todos los pacientes tengan el mismo acceso”. “Hay que ver qué recursos tiene el área sanitaria y repartirlos de manera equitativa para que todos disfruten de la misma cartera existencial. Hoy existe una hipertrofia en los hospitales de tercer nivel en detrimento de los comarcales, además de un proceso de estabilización y oposición mal diseñados, resolviendo procesos de 2022”, censura.
LISTAS DE ESPERA INTERMINABLES
En este caldo de cultivo, los datos indican que el tiempo medio para que un paciente sea visto por un internista en Galicia es de 54,4 días. En Lugo es de 12,6 y en Monforte de 14,5. La cifra se dispara porque en A Mariña el tiempo de espera llega hasta los 106,6 días en esta especialidad. “Hay 222 enfermos esperando más de tres meses por una cita con un internista en Galicia y todos están en A Mariña”, resume Gómez sobre la situación extrema en la que se encuentran.
Así las cosas, el diálogo parece no avanzar para tratar de revertir estas listas de espera. “No es una guerra personal contra nadie. Queremos que nos escuchen, que se muestren abiertos al diálogo y que busquemos una solución para dejar de ser una zona abandonada”, aspira Gómez, lanzando la pelota al tejado tanto de los gestores locales como del Conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño.
Las protestas continuarán en los próximos días y el personal ahora lo que valora es aplicar otras medidas, algo que descubrirán si no hay una respuesta de las autoridades sanitarias. Por ahora, en estas semanas la respuesta es el silencio. Mientras, la lista de espera es cada día un poco más larga…
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